Capítulo 9

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Hoseok estaba más nervioso de lo que hubiera estado en toda su vida.

En realidad, gracias a Kim Taehyung se ponía nervioso todos los días. Hace un mes estaba con los pelos de punta por poder hablarle, ahora que lo hacía por mensaje sentía que podía morir de un ataque de nervios.

Era como hacer todo calculado para no molestarlo y que siguiera hablándole.

No estaba seguro de si lo había conseguido exitosamente o simplemente Taehyung quería deshacerse de alguna forma de él. Pero recordaba entonces: “¿Por qué pediría galletas entonces?”.

Bueno, técnicamente no las pidió, Hoseok se las ofreció. De todas formas, creía que era un gran paso el que Kim no lo apartará aún cuando estuvieron tres días “hablando” si es que eso se le llamaba hablar.

Por lo menos estaba esperándolo con una caja de galletas fuera de su salón y esperaba que esta vez no le ignorara o podría ponerse de mal humor y tiraría todo a la mierda.

Tenía suerte de que su clase acabará 10 minutos antes que la de Taehyung. Pero eso no quitaba que tenía que caminar como la mierda ya que los salones de último año estaban hasta el otro lado del edificio.

Y habían muchos.

Masomenos estaba exagerando, no estaba tan lejos a comparación con los otros edificios, pero Hoseok nunca fue buena en los deportes.

Esta escuela era inmensa y no era para menos si era una de las más prestigiosas y caras, no tan exageradamente, pero eran caras para cualquier que no tuviera la vida de Hoseok. Que aún cuando sus dos padres trabajaban, les alcanzaba para mucho más. Lo cual era bueno o si no, Hoseok tendría que verse obligado a trabajar para pagarse esta escuela.

Aunque ya lo hacía, más o menos. Es por eso que Hoseok era una persona simple que no gastaba el dinero de sus padres porque para eso tenía el suyo siendo Cupido. Claro que no era un dineral, pero algo era algo para comprarse cosas pequeñas cada mes si es que lo requería o ahorraba de lo que le sobraba del almuerzo.

Ni que hablar de su hermana, que en vacaciones trabajo en una tienda de música y tenía un buen ahorro.

En general, vivían bien.

Así que no entendía porque no compro una caja de regalo para las galletas si tenía dinero ahorrado, en vez de hacerlo a mano.

En realidad, no habían muchas galletas, así que con ayuda de su hermana tuvieron que hacer más galletas y se demoraron toda la madrugada. Recibieron la regañada de sus padres por estar mucho tiempo despiertos, pero Hoseok dijo que valía la pena porque le salieron exquisitas.

Su hermana se fue a dormir después de eso, pero Hoseok siguió despierto hasta las 4 de la mañana (solo durmió 2 horas, quería morir) haciendo una bendita caja con moño y todo para el agrado de Kim.

Recordó que Kim le dijo que sus ojeras eran feas, así que agarro un poco de maquillaje de su hermana y las tapó como pudo. Quería verse bien para otorgarle las galletas, no era gran cosa.

Aún así, cansado y exhausto, estaba esperando afuera del salón de Kim con una sonrisa nerviosa.

Por fin podrían hablar.

No pasó ni medio segundo desde que tocó la campana cuando el tumulto de gente hizo aparición arrastrando un poco a Hoseok. Se mantuvo firme aún así y busco una cabellera marrón.

Sus ojos lo divisaron saliendo por la puerta. Vestía un pantalón caqui y un suéter de color avellana muy bonito. Casi parecía un chico de universidad y no de escuela.

—¡Taehyung!—llamó Hoseok cuando este había dado unos pasos lejos desde donde estaba.

Taehyung volteo a mirarlo y lo evaluó un instante antes de acercarse.

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