33. después del hospital.

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Quackity no sabía de rubius hace aproximadamente 3 semanas completas, no sabía bien el porqué no le había visitado aunque fuera unos pocos minutos, no era cómo si le importara del todo, pero le preocupaba.

Vivía con una especie de hilo conectado en su garganta como la correa de un perro, un perro que apesar de sentirse abandonado por su dueño seguía a disposición, seguía siendo leal, aunque si eso implicaba besar a luzu cada día que iba a visitarle.

-¡Quacks!- vegetta le saludó con un gran abrazo, dando un leve giro entre sus brazos donde el omega sorprendido al corresponder.

La verdad es que quackity estaba viendo a vegetta como un familiar para él, se había encargado de acompañarlo cada que podía, a veces por las pesadillas le contaba historias o le ayudaba a armar sus juguetes por infantil que pareciera.

-Vegetta, te extrañe- finalmente el mayor le dio la oportunidad de volver a tocar el suelo, acarició su espalda junto a las puntas de su negrizo cabello.

-Afuera están luzu y alexby, tengo la camioneta- quackity asintió con una sonrisa pérdida, quizás por el medicamento o porque extrañamente podía desear el roce de rubius una vez más, y se sentía egoísta después de ver a luzu sentado a un lado dentro de la palangana.

-¡Alex!- alexby le dio un abrazo, al estar a la misma altura alcanzó a darle un besito dulce en la frente -¿Te quieres subir con luzu? Aunque no estoy seguro, habrá mucho viento.

-Sí- dijo sin protestar, no siempre se puede dar el lujo de subirse a una palangana con un chico vestido de negro con una sonrisa coqueta esperando por él, instintivamente sujetó la mano de luzu presionando su pie en una parte del metal de la camioneta impulsando su cuerpo hasta entrar en la palangana.

-¿Te sientes mareado? El doctor dijo que mucho movimiento puede hacerte mal- quackity negó con la cabeza.

-Estoy bien, de todas formas tengo mis medicamentos conmigo- sonrió mostrando el bananero que tenía colgado de la cintura, luzu río.

-Te llevaremos a mi casa- dijo, sin embargo un silencio recorrió a quackity por completo -Rubius estará enojado.

Luzu frunció el ceño acercando la barbilla de quackity hasta la altura de su mandíbula -Él ya no te podrá hacer daño.

Quería creer que no, quería pensar que todo era así de sencillo, quería creerle, pero había algo dentro de sí que sentía el ojo de la tormenta acercarse. Quería protestar, quería gritar, quería llorar, pero tenía que hacer lo que luzu quería.

-Sí, viviré con ustedes- luzu le abrazó, quizás porque pensó que quackity había mejorado, que era más independiente, pero en realidad, temía decepcionarlo.

-¿Quieres escuchar música, quackity?- preguntó, quackity asintió, habían parte del plástico de la camioneta hechos para sentarse, simulaban asientos y así fue como aquellos chicos se sentaron esperando a que vegetta metiera una pequeña maleta dentro del auto, y así arrancar con ellos cuatro.

-Usualmente escucho otra música, pero creo que te gustara- quackity río en bajo tono antes de agarrar uno de los audífonos y meterlo en su oreja, se acercó al hombro contrario antes de que luzu reproduciera la canción.

-Es...- dejó de hablar un momento tomando aire, entre sus oídos resonaba "cherry waves" de deftones. No le encantaba al principio, pero llegó aquel minuto que hizo estallar su euforia.

Se sentía feliz, animado, o con unos sentimientos confusos detrás de su nuca, dejó caer su cabeza en el hombro rígido del alfa sintiendo la adrenalina recorrer su sistema nervioso. El viento resoplaba con el sol escondiendo sus rayos poco a poco, luzu sonrió al ver sus párpados caer lentamente.

Quackity tenía mucho en mente, pero el cariño de luzu lo podía reconfortar, poco a poco se sentía como si fuera una necesidad, el pequeño unió sus manos mientras la canción aún podía sonar poco a poco.

La camioneta habrá durado un rato en estacionar, pero lo suficiente para que la canción finalizará, nunca fue fan de ese tema en general -Es lindo- susurró sacando el auricular de su oído, lo limpió dejándolo en la mano de luzu.

-Alex, ¿tienes jugo?- alexby asintió con un sonido entre labios "mhm" exactamente -Bien, ¡luzu ayudame con esto!

Exclamó vegetta quien bajó la pequeña maleta, quackity sintió algo de mal sabor respecto a esto -...¿puedo ayudar?

Dijo antes de cruzar el otro pie afuera de la camioneta, luzu que yacía fuera se acercó acariciando su barbilla -Nah, tú descansa, cariño.

Se sentía inútil, aun así no dijo nada, pusó sus pies bajo el suelo inclinando sus manos hacía delante, jugaba con sus dedos entrelazados esperando fuera de la casa al menos por 10 segundos. Finalmente entró, el aire se sentía liviano pero a la vez pesado.

Alexby había decorado como había puesto un desodorante ambiental con olores a vainilla, o tal vez se confundía con el edor dulce de luzu -Quackity, ten, pasa a la habitación de luzu, me hizo un berrinche porque quería dormir contigo.

-¡eso es mentira!- el omega sonrió tomando el jugo en un vaso que traía una bombilla pegada al líquido, bebió tomando pequeños sorbos esperando fuera de la habitación con la puerta entre abierta.

Abrió la madera encontrando a luzu acomodando los muebles con la ropa que había comprado vegetta con urgencia, nadie tenía planeado sacar su ropa de la casa donde estaba rubius -Tu cuarto se ve lindo.

Susurró -Nuestro cuarto- quackity sonrió, sentándose en la cama cerrando la puerta y bebiendo de su vaso.

-¿Cómo te sientes, quackity?- el menor tomó un último gran sorbo dejando el vaso a un lado de sus pies -Bien, estoy bien.

En realidad, no quería decir eso, se sentía confundido, mal, perdido, con ganas de besar a rubius tanto como lo tenía de que luzu le quisiera -Hace calor.

Dijo luzu acomodando el pequeño collarín negro que traía entrelazado a su cuello pálido -Yo tengo frío.

Quackity nunca pudo entender porqué desde que conoció a rubius todo se sentía tan frío, incluso con las fechas, luzu acarició su mejilla hasta bajar por su abdomen.

El menor entendió alguna señal extraña, lo suficientemente clara o tal vez en su cabeza todo se armaba de esa forma, su espalda se arqueó junto con sus manos raspando la sábana.

-¿Quieres que tengamos sexo?- preguntó, y tal parece que la respuesta no era del todo clara -...espera, ¿quieres tener sexo?- preguntó, pero esta vez era luzu con una de sus cejas inclinada.

-Yo...pensé, yo pensé que tú- se levantó con la cara roja de vergüenza, sus dedos titubeaban, sus pies chocaron con el vaso rompiendolo en el suelo.

-Ay- gritó poniendo sus manos como escudo antes de sentir los dedos de luzu acariciar su espalda -Hey, cuidado.

-No me toques- dijo en forma de instinto, con rapidez saltó sin tropezar por los vidrios en la madera, abrió la puerta ignorando las voces distorsionadas de los chicos detrás de él, salió de la casa poniendo sus manos detrás de su cabellera oscura.

Quizás hubiera gritado si no hubieran 3 personas que amaba dentro de la casa donde acababa de escapar, se sentía enfermo, quería vomitar, con ese vacío en el estómago, cubrió su boca tratando de no llorar, porque si lloraba parecería un niño asustado.

-Quackity- dijo luzu detrás de él, lo suficientemente suave para no asustarle, el menor miró atrás viendo su rostro preocupado, con lentitud se acercaba al castaño -Perdón, me siento algo mareado.

-¿Por tu salud o porque algo que dije te molestó?- quackity le abrazó enterrando sus uñas detrás de su espalda, entrelazó los brazos por su cuello -Me siento enfermo, ¿podemos dormir y ya?

Luzu asintió, dándole una señal a vegetta y a alexby que se miraban entre ellos con ojos agotados.

ᵍʰᵒˢᵗ ᵇᵒʸ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora