"Emma", me llamaste a tu lado. Aunque parezca una tontería, mi nombre empezó a gustarme cada vez más cuando lo escuchaba salir de tu boca.
Dirigí mi mirada hacia ti.
Habías dibujado a lápiz dos árboles con un paisaje de fondo junto con el típico sol que todos aprendemos a hacer con tres años.
Por si te lo preguntas, cuando vi ese lugar con esa calidez y plenitud en el pecho, mientras fingía que corregía tus "errores"...
Era como estar en casa.
Lo entendí en cuanto te volviste para mirarme y decirme con el ceño fruncido que no había corregido absolutamente nada porque el dibujo seguía igual. Siempre igual de terco.
Siempre igual que en casa.
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Todo lo que ya no te diré
Short StoryEmma y Jaden. Sí, esos eran sus nombres. ¿Su historia? Un nudo. Un hilo enredado con muchos intentos de ser cortado para siempre. Un hilo probablemente destinado en convertirse otra cosa más dentro de un cajón con llave. Pero algunos aún dicen que e...