Emma
El sonido de alerta de ataque me da taquicardia. La mujer que tengo atrás aprovecha para sujetarme del brazo y prácticamente arrastrarme por los pasillos en dirección al salón principal. Escucho como los soldados empiezan a marchar dentro y fuera del castillo en defensa y yo trato de soltarme, pero el agarre es demasiado fuerte.
- ¡Emma! – el grito de Cedric me pone en sobre aviso sin saber que no hay nada de lo que deba advertirme.
- Escóndete – me indica la mujer de rasgos eslavos – él vendrá por ti. Ya ha dejado claro que tomará el reino y la mujer que gobernará en él.
Me dirijo rápidamente a una esquina del salón donde hay una puerta que esconde una habitación secreta en caso de ataque. Antes de cerrar me giro y veo a Viktoria ir hacia el príncipe antes de tomarlo por el cuello y presionar una navaja en su yugular. Sé que ahora lo que procede es sacarlo del palacio, despojarlo de todos sus bienes y mandarlo de incógnito hasta Tuvalu donde un boyeviki lo vigilará por el tiempo que sea necesario hasta asegurarnos de que no causará problemas a futuro.
Cierro la puerta asegurándola y me voy contra la pared del fondo para...
Estallido.
El fuerte repiqueteo de las puertas de roble macizo que permite la entrada al palacio me calienta la sangre. Sabía lo que había al otro lado: los mejores kryshas, sádicos como su líder, destrozando a los guardias. Guardias que eran tan tontos al pensar que podían mantener alejada a la Bratva. Pero el palacio vibraba, y los hombres chillaban ante el horror. Después de todo, no eran más que niños en comparación con el Boss.
Me quedé quieta, con los pies bien metidos debajo de mi trasero en una pose de meditación mientras esperaba. Tanto él como yo estábamos desesperados por este momento que valía la pena el tiempo de espera alejados. Casi sentí pena por Cedric, al menos tenía la certeza de que Ilenko lo dejaría vivo.
Pero fue un tonto, creyendo que podría salirse con la suya sin tener repercusiones y ahora el reino estaba cayendo para darle paso a un nuevo régimen. Desde mi posición escuchaba como los gritos se estaban debilitando, el último de los guardias pronto estaría muerto.
El ruido sordo de pasos resuena en medio de toda la masacre. Mi corazón se acelera cuando los gritos se convierten en ecos y yo miro la puerta. Deseo que quien se esté acercando sea él y parece que lo invoco cuando la puerta se abre, más silenciosa de lo esperado y la suave luz que entra me muestra exactamente lo que necesitaba ver.
Ilenko había llegado.
Entra en la habitación, los ojos leonados centellean con satisfacción, pero una sonrisa aparece en su rostro mientras me mira. Todos los demás sonidos fueron nada cuando se acercó, sus dedos rozando mis mejillas.
- моя ведьма и моя королева – su voz gruesa y rasgada envuelve mi mente en una manta de consuelo.
El gemido se contiene en mi garganta cuando se inclina para besarme. Le doy la bienvenida a sus labios, suaves y exigentes, pero él se estaba alejando demasiado pronto.
- Correcto. Los reyes.
Me ayuda a ponerme de pie y juntos salimos respirando el olor a cobre y metal de la sangre que emerge de los cuerpos mutilados que se encuentran tirados en el piso, tiñendo el mármol de rojo. Saboreando la victoria nos dirigimos donde se encuentran los antiguos reyes, sin protección, luciendo temerosos de pie, el pánico vislumbrándose en sus ojos cuando mi marido me pasa la hoja curva y afilada que sujeto frente a ellos.
- ¡Sorpresa! – ya me sentía incapaz de seguir fingiendo más.
La conmoción y confusión transforman sus rostros mientras miran entre nosotros y no puedo evitar reírme.
- Realmente creyeron mi inocencia Malysh, que solo fui una pobre mujer raptada a la que le rompiste el corazón.
- Eres muy convincente cuando quieres serlo Ved'ma – se burla el Boss mientras besa mi mejilla y le sonríe a los reyes – Mi pequeña actriz.
El deleite que siento es cegador mientras levanto la mano, blandiendo el puñal hacia sus delicados cuellos y tajando sus gargantas. El hilo de espesa y caliente sangre no demora en salir, tiñendo mi fino vestido y en vez de asquearme, me...
Los labios del ruso en mi cuello son una recompensa. Sus manos posándose en mi cintura, el vestido ya amontonándose bajo sus dedos. No importa el escenario que está ante nosotros, manchando mi espalda y su frente cuando nos acostamos, eso no impide que sus manos separaren mis piernas y me abran para él.
Estaba encima de mí en un instante, sacándose la dura verga que ya expulsaba líquido preseminal. Nuestros ojos se conectaron, y fue como si el mundo se detuviera cuando empujó hacia adelante, como un llamado a casa. Embestidas lánguidas, como si tuviera todo el tiempo del mundo. Debido a que el castillo estaba vacío, los gemidos y jadeos eran la única señal de que había vida, y cuando nuestro placer alcanzó su punto máximo, supimos que éramos todo lo que necesitábamos. Aunque también la personita que crecía en mi vientre sería indispensable para nosotros.
Si algunos reinos cayeran, si hombres de los otros clanes de la mafia fueran destrozados, quemados y convertidos en cenizas en el proceso, difícilmente podría ser culpa de nosotros, porque, ¿quién soñaría con enfrentar a una reina y un jefe? ¿Quién se atrevería a desafiarnos?
Después de todo, ahora somos miembros de la realeza y como Romanov-James tenemos nuestro propio reino y organización criminal.
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Años después
- ¡Viva la Bratva, el Boss, la Королева y su reinado!
Los gritos de júbilo se alzan cuando aterrizamos en el búnker de Gehena. Todos celebran que otras de nuestras bombas nucleares que tienen un hermoso y letal centro de plutonio arcaico, haya extinguido el último clan rebelde que se negaba a postrarse a nuestros pies.
Desde hace cinco años hemos estado dejando al mundo sumido en caos y cenizas, la desesperación de los que antes conformaban la pirámide era tan dolorosamente obvia que no tardaron en suplicar patéticamente piedad y un nuevo orden, donde la máxima jerarquía es la mafia roja, y ellos no eran mas que peones y sirvientes dispuestos a cumplir nuestras demandas.
Incluso la FEMF ahora se lo pensaba hasta tres veces antes de intentar cualquier ataque, porque sabían que eso solo nos motivaba a dar de baja a los miembros de los apellidos mas importantes de la entidad judicial.
A lo lejos veo a Rita cargando a nuestra preciosa hija que apenas nos ve se mueve para que la bajen y no tarda en correr hasta nosotros. Amelie le extiende los brazos a su padre para que la cargue e Ilenko la alza dejando que le rodee el cuello con los brazos y apoye los labios en su mejilla, después me la pasa y la princesa repite el mismo movimiento, diciéndome lo mucho que me extrañó y que ahora que nos deshicimos de los <<esclavos>> podemos cumplirle la promesa de darle un nuevo hermanito.
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BOSS AND QUEEN
FanfictionTodos los personajes pertenecen a Dominio y su creadora Eva Muñoz.