✧・゚𓂃 transparente: final.

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Todo el proceso fue tan rápido que me era imposible asimilarlo. Había días que me despertaba con la idea de visitar el pueblo, como si todo siguiera igual, como si nana nos fuera a recibir en la entrada con los brazos abiertos y esa afable sonrisa tan característica suya.

Luego reaccionaba, recordando los recientes sucesos, y buscaba a Jeongin de inmediato, aliviándome al verlo dormido a mi lado.

El castaño solo lloró en el entierro, después de ese día no volvió a derramar ni una sola lágrima, y eso que le insistí a hacerlo, para que se desahogara, para que no se guardara su sufrimiento adentro. Pero no lo hacía, realmente parecía que no quería llorar. En su lugar sonreía a cada instante, casi forzándose a ello, y creo que eso me dolía más que cualquier cosa.

La granja la heredó la madre de Innie al ser la única hija de Nana, y como era de esperar, la puso en venta. Quizás debí insistir más en lo contrario, hacerle saber lo doloroso que sería eso para su hijo, pero sería injusto. Nadie iba a hacer uso de esa propiedad, no generaba beneficios, y el pueblo estaba tan abandonado que nadie querría alquilarla como vivienda.

No tardaron en encontrar una empresaria interesada en el terreno, y los contratos y ajustes de la venta casi duraron menos que el entierro. Él último día que Jeongin y yo pasamos en esa casa, fue el último antes de venderla, y podía asegurar que sin nana, todo había perdido su brillo. Incluso el campo de girasoles parecía estar marchitándose.

Los días pasaban, dejando atrás lo sucedido. Obviamente jamás olvidaríamos a nana, pero los silencios incómodos empezaron a bajar en número, los besos aumentaron, y lo más importante, empecé a atisbar sinceridad en las sonrisas de Innie.

Pero a pesar de todo, aunque yo no lo supiera, no habíamos pasado página aún, y no lo hicimos hasta un día en el que visitamos su tumba.

Era un sitio precioso, una entre muchas, destacando por los girasoles que Jeongin decidió plantar a su alrededor. La piedra era lisa y blanca, resplandeciente bajo los rayos de luz, y permitiendo una mejor apreciación del nombre de su abuela escrito a grandes letras sobre la losa. Era realmente bonito.

— Jinnie —dejé de observar las flores y me giré hacia él, rodeándole con mis brazos y besando su cabeza con cariño aunque no pareciera necesitarlo. El castaño era realmente fuerte, aún sonreía como el primer día. — ¿Crees que Nana estaba feliz?

— Dicen que las personas encuentran su momento cuando se sienten tranquilas, relajadas y contentas, tan satisfechas con lo que dejan atrás que no les importa dar el paso y seguir adelante. —me encogí de hombros cuando me miró con curiosidad, tan solo eran cosas que había oído. — Estoy seguro de que sí.

— Yo también lo creo.

— ...

— ¿Sabes por qué lo creo?

— No, ¿por qué?

— Gracias a ti —levanté una ceja extrañado por su respuesta, y obviamente con un pensamiento contrario a ella. Su abuela podía quererme mucho, pero no tanto como para proporcionarle toda su felicidad. — Gracias a ti nana murió tranquila.

— ¿Por qué piensas eso?

— Porque al fin conoció a alguien que me quería tanto como ella lo hacía, a ti.

Reí y bajé la vista, con intención de besarle, de confirmar sus palabras y decirle que realmente tenía razón. Yo quería a Jeongin más que a nadie en el mundo, y seguro que nana conocía mejor que nadie ese sentimiento.

Pero cuando vi al castaño, me helé por completo, sorprendido por la imagen que se mostraba ante mis ojos.

— Jeongin... —le estreché entre mis brazos, dejando que llorara en ellos. Eran las primeras lágrimas que mostraba desde el entierro.

— Ji-Jinnie, muchas gracias por volver a por mí ese día... —sollozó en mi cuello. Le aparté lo suficiente para poder apreciar su rostro, el cual besé con ternura al tiempo que limpiaba gentilmente sus mejillas, de manera inútil ya que los lloros no cesaban.

— Gracias a ti por esperarme.

Nunca mostré tanta sinceridad en unas palabras, como aquel día, agradecido con todo ser que me hubiera ayudado a cumplir la primera promesa que hicimos Jeongin y yo, la mejor de toda mi vida.

[★]

fin, gracias por leer hasta aquí. 💞

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