La bruja

La dualidad de Morgana

Cuando Lena se despertó sintió su miembro duro, a primera hora de la mañana. Sus ojo se abrieron despacio al notar el ligero roce. Kara estaba abrazada a su miembro. ¿Cómo demonios había terminado así, y aún más cómo estaba desnuda?

Morgana se rió. Por supuesto no podía ser obra de nadie más.

La pelinegra se levantó apenada y quitó a Kara de allí. —Esto no es correcto—

Morgana resopló —Nos merecemos diversión.

—No de este tipo— Lena discutió. 

La bruja corrió al baño llevándose sus ropas consigo y se vistió mientras intentaba aplacar su erección con urgencia.

Kara se despertó babeándose, había tenido un sueño bonito, el primero en más de dos años.

—¿Lena? ¿Morgana?— No sabía quién era o cuando.

—Espérame allí, no te acerques.— dijo la pelinegra sujetándose de la pared para comenzar a masturbarse muy rápido hasta llegar al orgasmo. —No tenemos tiempo para esto— dijo con un enorme jadeo por lo bajo.

Eso había sido liberador, pero realmente no tenía tiempo, tenía que comprobar algo.

—Déjame hacerlo yo, tengo lo necesario.— Dijo Morgana en su mente, refiriéndose a la tarea que habían comenzado un día atrás.

—No puedo dejarte tomar el control o matarás gente.—dijo Lena.

—Es mejor que mate yo a que lo hagas tú, ya ríndete de una vez.— gruñó Morgana y luego salió.

—¿Lena estás bien?— Preguntó Kara buscando entre sus cosas plantas venenosas.

—Sí lo estoy— dijo Morgana. —Levántate.

Kara se levantó sin chistar, era evidente que era Morgana. La mujer la alzó con su magia mientras sus ojos brillaban y la mató en ese instante tronándole el cuello a la rubia. Luego se sentó en el suelo con ella para urgar en su mente con tranquilidad. Necesitaba encontrar algo y con la mente de Kara todo el tiempo turbulenta no podía buscar bien.

Durante unos pocos minutos Morgana vió su mente, sus pensamientos ese día en la hoguera.

Kara estaba allí parada mirando a la bruja a punto de arder. Morgana leyó sus pensamientos.

"Debo poder hacer algo, es una bruja pero salvó a mi padre."

Kara apretó los puños.

Duró demasiado poco, pero era evidente que Kara no pensaba todo el tiempo en la maldad de las brujas, había algo que no encajaba y aquello hacía que Morgana maldijera. Agarró a la mujer bruscamente del cuello en cuanto despertó.

—¡Esto no encaja con lo que te vi hacerme!

—No sé a qué te refieres si me explicas...yo puedo entend— Morgana tronó su cuello de nuevo.

Estuvo una hora despertando y matando a Kara para poder ver en su cerebro, no funcionaba Kara despertaba demasiado rápido.

Cuando Morgana vió el rostro retorcido y desencajado de Kara lleno de terror la sostuvo de la barbilla acariciando el rostro de la rubia. —Debemos buscar a Gwen, ella estaba allí ese día, no importa que tenga que matarla.

—Pero Gwen ayudó a rescatarte— Kara respiró hondo con su corazón a punto de fallar y Morgana ladeó la cabeza cuando la vió morir de nuevo.

Esta vez la bruja usó todos sus poderes para traer a Kara, sin saber si era decisión suya o puramente de Lena.