A la mañana siguiente, mi cabeza quería explotar, tenía un dolor demasiado fuerte, Samantha había sido la que bebió y yo era la que estaba sintiendo la resaca. No sabía nada de ella desde anoche, así que tomé mi teléfono y le escribí de inmediato.
Sarah: ¡Hola Samantha!
Samantha: ¿Hola?
Sarah: ¿Cómo llegaste a tu casa sin mí?
Samantha: ¿No lo sé?
Sarah: ¿Por qué rayos te hice caso? Yo no quería ir a esa fiesta, me dejaste sola la mayor parte del tiempo, además tuve que regresar a mi casa a esas horas de la noche, ya no volveré a salir contigo nunca más.
Samantha: Disculpa, ¿te puedo hacer una pregunta?
Sarah: Ya estás haciendo una, pero adelante.
Samantha: ¿Cómo has conseguido mi número?
Sarah: Tú me lo diste ayer en la noche, ¿no lo recuerdas?
¿Samantha aún seguía estando ebria? El alcohol la había afectado demasiado, porque ni siquiera me reconocía. Odiaba que ella olvidara las cosas que hacía cuando se emborrachaba, ¿cómo no iba a recordar que anoche ella me dio su nuevo número?
Samantha: No, no lo recuerdo para nada.
Sarah: ¿Sigues estando ebria o qué?
Samantha: No, no estoy ebrio.
Sarah: ¿Ebrio?, ¿ya cambiaste de sexo?
«¿Qué es lo que estaba sucediendo? Esto no me estaba gustando para nada».
Samantha: ¿No? Según yo y mi aparato reproductor masculino, siempre he sido un hombre.
Sarah: Claro que no, tú eres una mujer.
Samantha: No, yo soy un hombre ya te lo dije.
Sarah: Espera, ¿acaso no eres Samantha?
Samantha: ¿Qué Samantha?
Sarah: ¡Mi mejor amiga!
Samantha: Si sabes que hay muchas Samanthas en este mundo, ¿verdad?
Sarah: Yo hablo de Samantha West, mi mejor amiga.
Samantha: ¿Qué amiga?
Sarah: Samantha, no estoy jugando, si sigues con esta farsa en verdad me voy a molestar contigo.
Samantha: No estoy jugando.
Sarah: ¿Quién demonios eres?
Samantha: ¿Quién crees que soy?
Sarah: Ya te lo dije, ¡mi amiga!, ¿quién eres?
Samantha: ¿Tú quién eres?
«Samantha me estaba sacando de quicio, estaba a punto de explotar, si ella seguía así, me conocería como realmente soy cuando me molesto».
Sarah: Yo te pregunte primero, si no me dices quién eres tú, yo no te lo diré.
Samantha: Entonces no te lo diré.
Sarah: Samantha, no juegues.
Samantha: ¿Cuántas veces te lo tengo que repetir? No estoy jugando.
Es entonces cuando reaccioné. La persona con la que estaba mensajeando en realidad no era Samantha ¡rayos!, ¿cómo pudo pasar todo este lío? Un antro, música por todos lados, alcohol y Samantha en un estado no muy bueno, era más que obvio que algo como esto sucedería. Lo más probable era que yo había cambiado su número por el de otra persona o ella me lo dio mal, pero lo que realmente importa aquí es que no sabía con quién estaba hablando; tal vez era un secuestrador, un pedófilo necesitaba saber quién era, los más rápido posible para estar tranquila.
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Mensaje equivocado (En Edición)
Teen FictionSarah Harper es una chica del montón. Su plan para el último curso del instituto es pasar desapercibida y seguir divirtiéndose con su mejor amiga, Samantha, y disfrutar de su soltería. Pero todo cambia cuando Sarah decide mandar un mensaje de texto...