Capitulo 25. Vamos, Sarah, arreglemos todo de una vez.

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Deseaba contestar, pero el orgullo no me dejaba, en realidad amo demasiado a Axel. Entonces él siguió insistiendo.

Axel:

¡Por favor, Sarah!, dame una segunda oportunidad para demostrarte cómo soy en realidad.

Axel:

Sarah, por favor, sólo te pido que respondas un mensaje, diciendo hola, o no sé, algo, así sabré que por lo menos no estás tan enojada y podrás perdonarme.

Tal vez podría, pero que te mientan duele demasiado.

Axel:

Si mañana tenemos una conversación en persona en la escuela, sería genial, así podría explicarte todo.

En realidad quería.

Axel:

Contestes o no yo te buscaré.

A la mañana siguiente.

—Espero que ya no estés enojada conmigo, Axel me obligó, yo deseaba contártelo pero prometí no decirlo, Nos vemos en la siguiente clase,Sarah.

—No, Samantha, cómo podría estarlo. Adiós.

—Adiós, Sarah—terminó de decir Samantha mientras se marchaba.

—Oh, mierda, ¿porqué aquí?

— ¡Sarah!—gritóAxel mientras me miró entre la multitud.

—Hola.

En realidad esto era demasiado extraño.

— ¿Dónde has estado? Te he buscado toda la mañana.

—Por ahí, en las clases. Oye Axel, me tengo que ir.

—Espera, ¿qué estás haciendo?

— ¿Podemos no hacer esto aquí, Axel, por favor?

— ¿Hacer qué?

—Conversar.

—Tiene que ser hoy.

— ¿Por qué te comportas como un verdadero idiota?

—No me llames Idiota, señorita ilusa.

—Me estuviste mintiendo todo el tiempo.

— ¿Qué? ¿Es por lo que sucedió? Sé que no debí mentirte, por eso estoy aquí. Sarah, en verdad lo siento.

—No es eso, bueno, en parte sí.

— ¿Entonces qué es?

—Es que no lo entiendo.

— ¿No entiendes qué?

—Somos muy diferentes, no sé por qué me sigues buscando.

—No tengo ni la menor idea de lo que estás hablando.

—Tú eres Axel, Axel West, tienes todo, podrías salir con cualquier chica, no conmigo.

— ¡Tú no puedes decirme de quién puedo o no enamorarme! Eso es mío, eso me pertenece.

— ¿Entonces por qué te gusto?

— ¡Porque sí, me gustas!

— ¿Pero por qué?

— ¡Sólo porque sí! ¿Ahora quién es el idiota?

— ¡No llames idiota, Axel! ¡Tú eres el verdadero idiota aquí!

Y me besó, por segunda vez sentí los labios de Axel, perdí el aliento, en verdad no puedo estar enojada con Axel, lo amo, me enamoré pérdidamente de él.

—Tú eres el idiota—hablé al término del beso.

—Tú eres la ilusa aquí.

—Tú eres el verdadero idiota.

—Vamos, Sarah, por favor, arreglemos todo de una vez—terminó de hablar y tomó mi mano.

No podía estar enojada con él.

Mensaje equivocado (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora