—Axel, una pregunta.
—Adelante—respondió Axel mientras no apartaba la vista del cielo.
— ¿Qué tanto me amas?
—Lo suficiente como para estar siempre contigo.
—Una más, ¿qué hacías antes de conocerme?
—Te imaginaba—dijo sin pensarlo.
Axel me encanta cuando se ve guapo y huele rico, con su dulzura y nobleza, hace que no pueda dejar pensar en él ¡Por favor nunca dejes de ser Axel!
— ¿Sarah? ¿Quisiste decir algo?
—No—respondí tímidamente.
En realidad me encanta por cómo es.
—Sarah, realmente me gustas mucho, y quiero que sepas que si tuviera la opción de salir con cualquier persona en el mundo entero, o simplemente ir a tu casa, sentarme en el sofá contigo, comer pizza y ver una película, a tu lado, yo pagaría la pizza.
—Eres un estúpido arrogante, ¿lo sabías?
—Soy el estúpido arrogante más grande de todos, pero eso no cambia lo que siento por ti—me sonrió.
—Eso no te quita lo estúpido—contesté.
—¿Sabes?, de noche te sueño y de día te insomnio.
—Axel, eso no tiene sentido, pero si estamos jugando a decir palabras bonitas me toca decir algo.
—Entonces,¿qué esperas para decirlo?
—Usa solamente conmigo esa voz tierna y graciosa que me encanta.
—Y el Arrogante soy yo—dijo mientras reía.
—Axel, que no te quiera compartir con las demás chicas no significa ser arrogante, ¿o sí?
—No, pero, ¿desde cuándo soy tuyo?
—Axel, enserio sí eres el mayor idiota —dije riendo.
—Pero por lo menos yo no me apodero de las cosas.
—Axel, enserio, ¿quieres discutir como lo hacíamos antes?
—Sarah, ¿puedes dejar por lo menos un día sin decir «enserio»?
—Axel, eres un idiota.
—El idiota a que amas.
—No, yo no te amo.
— ¿Segura?
—Sí.
— ¿Lo probamos?
— ¡¿Qué?! Espera, Axel no...
El beso de Axel interrumpió mis palabras, sus labios eran dulces, en realidad amaba los besos de Axel y no sabría qué haría sin ellos.
— ¿Ahora me amas? —dijo mientras ponía una cara de arrogante.
—Te odio.
— ¿Me odias y amas?
—Axel, ya no juegues con las palabras.
— No juego
—Axel, quiero que sepas que llegaste en el momento que menos te buscaba, pero más necesitaba. Vi en tus ojos algo que jamás había visto, sentía algo diferente contigo. Podría apostar que era feliz. Bueno, soy feliz.
—Sarah, por favor, quédate conmigo en los buenos momentos, pero sobre todo en los más difíciles y nunca te separes de mí, en verdad no sabría qué hacer sin ti.
—Axel, nunca lo haré. ¿Promesa de amor?
—Promesa de amor—respondió Axel mientras uníamos nuestro dedo meñique.
— ¡Escuche todo el mundo, amo a Sarah y no puedo ocultarlo! —gritó Axel al viento.
— ¿Enserio? , nadie podrá oírte.
—Vamos, hazlo, se siente bien decirlo.
—No.
—Sarah, por favor deja de ser amargada por un día.
—Está bien, pero...
—Nada de peros—interrumpió Axel.
— ¡Amo a Axel, en verdad lo amo y no puedo dejar de hacerlo!
— ¿Enserio?
—Idiota.
— ¿Soy un idiota?
—Sí.
— ¿Quieres probar que no?
— ¿Cómo lo harás?
—No lo sé.
— ¿Entonces?
—Puedo demostrar que si jugamos te puedo atrapar.
— ¿En verdad?
—Empezaremos, contaré...
Y comencé a correr.
— ¡Oye, Sarah! Eso no es justo.
—Sí lo es. ¿Y el lento de Axel no puede atraparme?
—Aquí vamos.
Y ahí nos quedamos toda la noche, disfrutando el tiempo juntos, podría decir que fue nuestra primera cita, la primera cita con el verdadero Axel.
ESTÁS LEYENDO
Mensaje equivocado (En Edición)
Teen FictionSarah Harper es una chica del montón. Su plan para el último curso del instituto es pasar desapercibida y seguir divirtiéndose con su mejor amiga, Samantha, y disfrutar de su soltería. Pero todo cambia cuando Sarah decide mandar un mensaje de texto...