;; 𝐀𝐍𝐎𝐓𝐇𝐄𝐑 𝐋𝐎𝐕𝐄 ▪ ♯ 𝖺𝖼𝗍 𝗈𝗇𝖾, chapter one : night chats ଽ ꞋꞌꞋꞌ ꞋꞌꞋꞌꞋꞌꞋꞌ ꞋꞌꞋ
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LOS PROBLEMAS de sueño de Alysanne eran conocidos por todos en el reino por lo que no era extraño encontrarla deambulando por los pasillos de Casterly, el que antes era su hogar, con una vela en mano, leyendo o bebiendo té. También se podía pasar horas viendo la luna, tenía una rara afición por ella.
La princesa caminaba por los extensos pasillos de Dragonstone, habían pasado varias horas desde que el sol se oculto y al no lograr conciliar el sueño Anne decidió explorar el palacio que desde ese momento sería su hogar.
Alysanne tarareaba una dulce melodía mientras caminaba tranquilamente apreciando el hermoso silencio que la rodeaba. Tras un rato de caminar una puerta entreabierta le llamó la atención además de la tenue luz de una evidente vela dentro de aquella extraña habitación y sin dudarlo demasiado Alysanne se encaminó a aquel lugar.
Abrió la puerta sigilosamente topandose con que aquella habitación era una enorme biblioteca, siguió la tenue luz de la vela hasta encontrarse con su dueño.
— ¿Luke? —lo llamó sobresaltando al menor.
— Tía Alysanne —se tranquilizó un poco al notar a quien le pertenecía aquella voz.
— ¿Qué haces aquí? —preguntó dejando la vela sobre una de las mesas.
— No podía dormir —explicó—, ¿y usted?
— Lo mismo —sonrió tomando asiento junto a él—, ¿Qué lees?
— Historia de la antigua valirya, no he progresado mucho en el alto valirio —le entrego el libro abierto por la mitad.
— Aegon se conqueror se zȳhon mandia ābrazȳrys Visenya —leyó debajo de un retrato de ambos.
— Sabe valirio —murmuró sonriente.
— Nyke emagon classes pār nyke remembere —al ver la cara de confusión del joven sonrió-, me han dado clases desde que tengo memoria.
— Usted podría —la mayor rodó los ojos antes de tomarle la mano e interrumpirle.
— No hay necesidad de formalidades, soy Alysanne solo Alysanne.
— Bueno, Alysanne —dijo dudoso—, ¿podrías darme clases de valirio?
— Pero ya tienes un maestro, ¿no es así?
— Sí, es solo que no entiendo mucho, únicamente repito lo que él dice.
— Bien —la mayor se puso de pie—, mañana aquí a la misma hora Lucerys.
— Gracias.
Antes de irse Alysanne se detuvo y lo miró,— Nunca te agradecí por defenderme aquel día —hizo mención a la noche en que Lucerys le sacó un ojo a su tío Aemond—, gracias Luke.
— No hay de que.
— Claro que lo hay —le sonrió débilmente para dirigirse a la puerta—, puede traerte consecuencias negativas —susurró antes de salir.
Durante el resto de la noche Alysanne no dejaba de pensar en el príncipe y sus hermosos ojos, y, cuando al fin logro conciliar el sueño su subconsciente creo uno nada puritano con el apuesto joven de cabellos castaños. No era nada extraño que la princesa se sintiese atraída así de rápido por alguien, al casarse con un hombre a los quince años que le duplicaba la edad, Alysanne no pudo vivir ciertas experiencias. Cuando estaba recién casada la princesa le juro lealtad a su esposo Gerion Lannister pero poco después, se dio cuenta de que su marido no era nada de lo que aparentaba. Por lo que cuando la joven tenía oportunidad, en alguna de sus caminatas nocturnas convivía con algunos cortesanos o, inclusive, doncellas. Lucerys sentía esa misma atracción desde que su tía había llegado al palacio de Drangonstone, de hecho, lo sentía mucho antes de cumplir los diez años, cuando, por defenderla se había condenado arrebatandole un ojo a su tío Aemond.
Al día siguiente, en la mañana después de desayunar y compartir miradas con el príncipe durante este, Alysanne se preparó para salir a volar sobre Rhaegal pues había pasado demasiado tiempo sin salir a volar con él. Raramente montaba a otro dragón que no fuera Viserion, era su favorito y el que estaba decidido a ser el único de su pertenencia pero la muerte de su medio hermano Baelon hizo que los dos huevos que originalmente eran para él pasarán a su hermana menor.
— Buenos días tía —saludó Jacaerys acariciando la cabeza de Vermax.
— Jace —inclinó la cabeza como saludo antes de acercarse a Rhaegal, liberandolo de las cadenas.
— ¿Saldrá con Rhaegal?
— Así es —dijo colocando la montura de su dragón con ayuda de este—, ¿Quieres ir conmigo?
— Por supuesto.
Anne espero a que su sobrino estuviera listo para emprender el vuelo antes que él tomando varios metros de ventaja. Minutos después Jacaerys le alcanzó incluso la llego a rebasar.
— ¡Tú dragón es lento! —le gritó Alysanne para que la escuchará.
— ¡No tanto como el suyo! —dijo soltando las riendas de Vermax y antes de volver a tomarlas soltó la icónica palabra—, ¡Dracarys!
Al instante el castaño se apartó del fuego dejandole el paso a Alysanne para que atravesará por el centro de la gran bola de fuego.
— Sabes que hacer Rhaegal —el dragón la miro esperando a que diera la indicación—, ¡Dracaenys!
Al instante Rhaegal abrió su boca expulsando lo que a Jacaerys le pareció fuego azul pero al entrar en contacto con el fuego este se congeló desintegrándose poco después. Alysanne solo le miró con burla.
— Llegas tarde —reclamó el joven Lucerys cuando Jace aterrizó sobre Vermax.
— La tía Alysanne y yo fuimos a pasear —explicó antes de bajar de su dragón.
— Lucerys —sonrió tras llegar al lado de Jace imitando su acción—, Ve con los demás y asegúrate de encadenarte, si no lo haces, ao jāhor ipradagon dombo myrdys —lo último pareció aterrar al dragón de escamas color zafiro y emprendió vuelo hacía su guarida.
— ¿Entrenará con nosotros mi princesa? —preguntó Sir. Jeffrey, el caballero que le servía antes de contraer matrimonio con Gerion.
— ¿Le molesta caballero?
— Para nada mi princesa, quería preguntarle si quisiera que trajera a su espada Goldfire.
— ¿Aún la conserva? —cuestiono sonriente, no la había visto desde hace años.
— La llevó conmigo en todo momento princesa —dijo entregándole la espada.
Alysanne desenfundo la espada de oro,— ¿Quién quiere ser el primero?
Sus sobrinos se miraron apretando sus respectivas espadas al cuerpo, hasta que Sir. Jeffrey empujo al frente a Jacaerys.
— Parece que el príncipe Jacaerys mi princesa.
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