;; 𝐀𝐍𝐎𝐓𝐇𝐄𝐑 𝐋𝐎𝐕𝐄 ▪ ♯ 𝖺𝖼𝗍 𝗍𝗐𝗈, chapter eight : don't die playing the hero ଽ ꞋꞌꞋꞌ ꞋꞌꞋꞌꞋꞌꞋꞌ ꞋꞌꞋ
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
LOS BESOS QUE REPARTÍA su marido por su cuello desde la noche anterior no parecían calmar la ansiedad y preocupación de la princesa Alysanne. Esto junto a su insomnio crónico no fue lo más agradable que vivió en las últimas semanas.
El mismo presentimiento que le perseguía desde la decisión de su hermana la reina no dejaba de atormentarla.
— Estaré bien —murmuró un somnoliento Lucerys escondido en el cuello de su mujer para evitar la luz que entraba por la ventana—, se defenderme, aprendí de ti, de la mejor.
— Me alagas —sonrió levemente acariciando el cabello del muchacho—, pero tengo un mal presentimiento, Luke.
— No debes preocuparte —se incorporó levemente entrecerrando los ojos—, solo te siento a ti, ¿no? —juntaron sus frentes—, solo soy un mensajero, no moriré por eso.
— Nunca sabemos que pasará —lo miró antentamente.
— ¿No confías en mí? —preguntó.
— Lo hago pero... —suspiró—, solo no mueras haciéndote el héroe, ¿si? —pidió—, si te encuentras con alguien o sucede algo, te intenten provocar, sal de ahí y no pelees, ¿entendido?
— Entendido, Lady mano —rió antes de besarla—, mi madre... digo, su majestad nos espera —corrigió.
Ambos príncipes se arreglaron para ver a la reina quien los esperaba con una copia del libro La estrella de siete puntas junto al príncipe Jacaerys y su prometida la princesa Baela.
— No creo que sea necesario aclarar el por qué están aquí —comenzó Rhaenyra—, es importante para mí recordarles que sólo irán como mensajeros, no guerreros —aclaró—, no formarán parte de ninguna pelea ni causarán una —les extendió el libro—, deben jurarlo.
Jacaerys fue el primero que coloco su mano en la portada del libro—, Lo juro.
— Lo juro —continuó Baela.
Alysanne indecisa soltó la mano de su esposo y este repitió la acción de su hermano y prima—, Lo juro.
— Bien —dijo la reina—, les deseo buena suerte a los tres —sonrió a sus hijos—, te daré un tiempo para despedirte Anne —le susurró para después retirarse.
— Jace —lo llamó—, ten cuidado, ¿si?, igual tu Baela.
— Lo tendremos prima —le sonrió la joven.
Miro a su esposo—, Luke... —acarició su cabello castaño—, recuerda, no mueras...
El joven la interrumpió—, Haciendome el héroe, lo se —tomó las manos de la muchacha—, estaré bien Anne, volveré para la boda de Jace y Baela, confía en mi.
— Lo hago, Luke —deposito un beso en la frente de Lucerys al tiempo que Arrax y Vermax aterrizaban a sus costados—, suerte.
Los instantes siguientes fueron como una daga en el corazón de la peliblanca. Sabía que algo no estaba bien, algo saldría mal, pero al mismo tiempo confiaba en su esposo.
— ¡Lucerys! —lo llamó cuando estaba por partir—, ¿cuáles son las reglas de combate? —quería estar segura que las sabía y utilizaría correctamente.
El joven sonrió arriba de Arrax—, No te defiendas, ataca —comenzó—, se ágil y que nadie sepa tu siguiente movimiento —peson unos segundos—, y no subestimes a tu oponente.
Alysanne asintió y observo con melancolía como su sobrino le sonreía mientras se alejaba. Algo dentro de ella sabía que esa sería la última vez que lo vería.
Joffrey se encargo de sacarla de sus pensamientos, pidiéndole clases de valirio como su hermano había hecho hace no mucho. El pequeño príncipe logró sacarle más de una sonrisa junto a su medio hermano Viserys, tratando de pronunciar las complicadas palabras en su lengua materna. Mientras Viserys intentaba decir su nombre.
— Vi —ayudó Alysanne a su sobrino—, se...rys —el bebé la miro confundido—, Viserys —pero el pequeño solo logro balbucear.
— Es inútil tía, aún es un bebé —dijo Joffrey—, no entiende lo que dices.
— ¿Y tú?, ¿Ya sabes decir tu nombre en valirio? —el niño pasó saliva.
— ¡Claro! —respondió dudoso.
— Entonces dilo.
— Prince Joffrey he-en lentor Velaryon —exclamó tratando no tartamudear en lo que claramente falló.
Alysanne lo tomo de la mano,— Prince Joffrey hen lentor Velaryon —corrigió la peliblanca.
— Lady mano —la llamó Sir. Jeffrey—, necesito hablar con usted.
— Claro, quédense aquí —ordenó a sus sobrinos dulcemente—, ¿Qué sucede Sir?
— Tengo noticias de la capital —explicó—, la doncella Katherina me ha informado que su hermano, el príncipe Aemond ha partido a pedir el apoyo de la casa Baratheon, justo en donde se encuentra nuestro príncipe...
— Lucerys...
... Pues... mejor no digo nada jeje, hasta el próximo cap.