;; 𝐀𝐍𝐎𝐓𝐇𝐄𝐑 𝐋𝐎𝐕𝐄 ▪ ♯ 𝖺𝖼𝗍 𝗈𝗇𝖾, chapter three : kisses and memories ଽ ꞋꞌꞋꞌ ꞋꞌꞋꞌꞋꞌꞋꞌ ꞋꞌꞋ
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ALYSANNE Y LUCERYS se habían detenido a descansar de su paseo en un bosque de Dragonstone, mientras que sus jinetes estaban recostados en el pasto admirado el cielo Drogon y Arrax dormían plácidamente, ambos dragones eran igual o más consentidos que Syrax pues no podían volar sin antes haber descansado bien, si no, ocurría lo que ahora.
El silencio que abundaba entre ambos príncipes no era para nada incómodo pero Lucerys deseaba hablar con Anne, hace mucho que no hablaban y sus recientes encuentros no fueron precisamente para hablar.
— Tía —habló por primera vez Lucerys recostado en el estomago de Alysanne —, cuénteme un poco de usted, no nos hemos visto en años.
— ¿Qué te dije de hablarme así? —le recordó incorporándose levemente.
Luke la imitó,— Lo siento.
— No te disculpes —le obligó a recostarse en sus piernas—, pues —pensó en su pasado acariciando su suave cabello castaño—, mi madre murió.
— La abuela Aemma.
Supuso, pero Anne negó,— Helen Waters, era una prostituta, no recuerdo mucho de ella murió intentando secuestrarme y llevarme a Winterfell.
— Oh —dijo con sorpresa—, lo lamento
— No es tan malo como parece —aparto la mirada—, y menos cuando no recuerdas nada de esa persona y el reino te adora, incluso, me dolió un poco más la muerte de Gerion, a pesar de todo éramos amigos.
— Comprendo —suspiró—, no recuerdo casi nada de mi supuesto padre, siempre estaba ausente en cambio recuerdo más a Sir. Harwin Strong, mi verdadero padre.
Alysanne le tomo de la mano,— Tenemos un trauma compartido —los dos rieron.
— Debió ser difícil para ti, todos esos rumores y afrontarlos sola —Anne asintió levemente aun con la mirada perdida.
— Lo fue pero, no estaba totalmente sola, tenía a mis hermanos y a mi padre, más a mi padre.
Lucerys la miro atentamente como si analizará cada una de las palabras que decía Alysanne, estaba hipnotizado por su bella sonrisa al finalizar la frase, inconscientemente se incorporó tomándola de la mejilla para que lo mirará. Sus hermosos ojos violetas característicos de los Targaryen miraron los suyos que eran de un marrón casi verde. Y, como hizo su tía la noche anterior depositó un corto beso en sus labios, sorprendiendo a su tía.
— Estas tensa —repitió las palabras de Anne la noche anterior mientras ella reía levemente—, debes relajarte.
Pronto imitó la acción de Alysanne al finalizar la frase posando sus inexpertos labios en el cuello de la joven dejando suaves besos por todo este llegando a su mandíbula para susurrarle poco después,— También me tienes a mí.
Alysanne le sonrió con ternura tomando su rostro con ambas manos,— Lo sé Luke —pero antes de besarse el gruñido de Drogon y Arrax los hizo apartarse—, Drogon —regañó la mayor—, danos un momento —le ordenó y el dragón se alejó de mala gana.
— Arrax —Lucerys le hizo una seña para que acompañará a Drogon y este lo hizo algo malhumorado.
Cuando ambos dragones estuvieron lejos Alysanne beso, por fin, a Lucerys. Este beso no fue nada comparado al del día anterior, fue tierno y lento, y duro más de unos cuantos segundos.
— Tenemos que irnos, de seguro Jacaerys nos esta esperando —murmuró la peliblanca al separarse.
Lucerys asintió y al igual que Drogon, se acercó a Arrax de mala gana sacandole varias carcajadas a su tía. Y, al llegar a la playa de Dragonstone, un aburrido e indignado Jace los esperaba junto a Sir. Jeffrey quién estaba puliendo la espada Goldfire.
— ¿Dónde estaban? —preguntó—, llevo años esperándolos.
— No seas exagerado Jacaerys —dijo Alysanne despidiendo a Drogon y Arrax después de que ambos príncipes bajaran de ellos.
— Drogon y Arrax estaban cansados por lo que nos detuvimos un tiempo —explicó Luke a su hermano.
— Mi princesa —Sir. Jeffrey le extendió su espada y cuando la princesa fue a tomarla el caballero noto una rara marca purpura en su cuello—, princesa, ¿Qué le sucedió? —señaló aquella marca.
— Ammm —miró a Lucerys que charlaba con su hermano—, un mosquito —entonces Sir. Jeffrey comprendío.
Alysanne se acercó con sus sobrinos con espada en mano, y, al igual que Sir. Jeffrey, el príncipe Jacaerys noto la marca purpura pero no cuestiono nada, comenzaba a sospechar de la relación de su tía con su hermano.
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