Capítulo 10

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Cuarto consejo: Las oportunidades se multiplican a medida que se toman

—Y entonces gritó: "¡Leszczynska, la devota hija de sus amados padres!" o algo así.

—Lesz —entendió Teo.

Borja tallaba con fuerza unos platos, que habían salido al agua desde el fondo de un mueble, sólo por la ocasión de tallarlos. Teo estaba casi seguro de que tallar platos se estaba transformando en la nueva distracción hacia sus emociones revueltas.

—Sally estaba enfurecidísima —continuó—, así que tomó sus cosas y se fue. Leo y Rita la siguieron. Según lo que deduzco, Dorian les pagó un taxi o algo así.

Borja no estaba muy seguro de ese último punto, porque sus recuerdos posteriores eran difusos y el dolor de cabeza que tenía no le permitía seguir indagando con propiedad.

—La verdad es que no le dí tanta importancia en ese minuto; ni al berrinche, ni a los comentarios posteriores de Dorian, porque... bueno...

—No estabas en todos tus sentidos, me imagino —completó severo Teo. Pero no había mucho que imaginar, porque el recorrido de la noche se había visto en muchas publicaciones de YouGram.

—Seee.

—Sally me llamó hoy en la mañana, porque no le respondes los mensajes y la producción le está pisando los talones. Estaba muy asustada, porque igual que tú, tampoco recuerda tan bien la jornada —Teo levantó la mirada con fastidio y se preguntó qué habría hecho en su vida pasada para merecer tanto tormento—. Le dije que seguramente estabas con resaca, por la noche anterior. Que no se preocupara.

Pero Borja no lo oía.

—Leszczynska Rivas —farfulló para sí mismo y le explicó—. Fue lo primero que me llegó a la mente cuando desperté y luego lo tuve que buscar en el contrato, porque no era fácil ni de pronunciar, ni de escribir.

La verdad es que le había tomado más que sólo esa maniobra; había requerido tomar una ducha, un café, dos analgésicos y mucha agua, para llegar a la conclusión de que ahí podía encontrarlo.

—Entonces —le apresuró Teo, buscando el hervidor para prepararse un café—, ¿sólo eso? Yo pensé que era algo más grave.

—¿Te parece poco?

Y sí. A Teo le parecía una tontería.

—Si buscas Leszczynska y Dorian Rivas, lo primero que te aparece es una de esas reseñas para familias acomodadas que le hicieron en el diario de la provincia.

—¿En serio?

Borja asintió, molesto y Teo trató de buscar la reseña en su celular.

—¿Y cómo se deletrea?

—L-E-S-C —Borja se tomó un segundo para aplacar la jaqueca que le martillaba el lado derecho— No, L-E-S-Z-Z... ¡Dioses, no sé! Míralo en su contrato con la producción, allí aparece.

Teo revisó los correos de SSG y entre ellos encontró el que le habían enviado al abogado, un par de días atrás.

—¡Guau, es un acertijo!

Borja no atendió, estaba demasiado ofuscado como para pensar en ello.

Teo escribió el nombre y concluyó, mientras lo hacía, que si se llamara así, también se lo habría cambiado.

—¿Cómo es que no lo habías visto antes?

—Pues no lo había necesitado. El otro día sólo llamé a producción para que me dieran su dirección, porque en teoría ya sabía cómo se llamaba ¿Y tú? —le contra-preguntó, con su habitual malhumor.

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