comienzó

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Todo esto inicio en el pueblo central.

Auron, como es su costumbre, quiso hacer una fiesta para los habitantes de los dos pueblos.

Con ayuda del profeta se logró esto y solo faltaba que todos llegaran para comenzar la celebración.

¿Porque celebrarán?

Te respondo con otra pregunta ¿Tiene que haber siempre una razón para hacer una fiesta? No verdad.







Las horas pasaron volando para algunos, tal vez por el alcohol consumido.

Hacer un resumen de todo lo que pasó me tomaría demasiado tiempo, solo diré que, el profeta nunca más volverá a dejar que auron haga una fiesta en el pueblo central.

Pero, cambiemos un poco de tema y veamos cómo está uno de nuestros protagonistas.

Podíamos ver a alguien sentado a los pies de la gran estatua que estaba en el centro del pueblo, estaba completamente solo.

Así es, era nada mas y nada menos que spreen.

Él fue a esa fiesta por petición de sus trabajadores, según ellos, debía salir un poco y dejar el trabajo, pero, Spreen veía esto como un despropósito.

Ahora mismo podría estar construyendo Spreenfieldo terminando su estadio.

Estaba muy distraído, tal vez por eso no noto cuando alguien de le acerco.

- hey... -

Spreen reacciono al instante, la persona que lo llamaba era nada más y nada menos que el hechicero supremo, Juan.

- ¿Porque tan solo? La fiesta está por haya -

Juan se sentó a su lado, traía con él dos vasos, uno a medio tomar y el otro casi lleno.

- no soy mucho de estas cosas gafotas ¿Y vos? ¿Porque no estás en la fiesta? -

- Aah, bueno verás... Reborn y auron se están agarrando de los pelos y la verdad no quería ser parte -

Se pudo escuchar una pequeña risa por parte del oso.

- te entiendo, yo tampoco querría estar en un momento como ese -

Juan también río un poco, quedaron en un silencio bastante cómodo.

Spreen comenzaba a llevarse bien con Juan, después del incidente con el pollo y que lo encerraran sin motivos, se tomó el tiempo para conocer al hechicero y también para renovarse un poco.

Juan le extendió el vaso que estaba casi lleno, spreen negó.

- no gracias, no quiero ponerme en pedo -

- vamos, no seas así, un poco no te va a matar -

Juan insistía y Spreen negaba, hasta que al final, accedió.

Un poco no mata a nadie.

Tomo el vaso y llevo el líquido a sus labios, tenía un sabor dulce.

Hablaron por un rato de algunas cosas que habían pasado en el tiempo que el oso estuvo el la cárcel.


Pero, en un momento, Spreen comenzó a sentirse mareado.

- ¿Spreen? ¿Te encuentras bien? -

Spreen no se comenzaba a ver bien, ni tampoco se sentía bien.

Su cabeza daba vueltas, veía borroso y tenía muchas ganas de vomitar.

Y de dormir.

- creo, creo que debería... Volver a casa -

- deja te ayudo, no podrás volver a casa tu solo en ese estado -

Spreen acepto la ayuda del hechicero y fueron a paso lento al pueblo naranja.

En el camino, Spreen se durmió...









































Y Juan, cambio la trayectoria, ahora iban al pueblo verde

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- ¿Han visto al patrón?

- ¡Patrón!! -



Se viene más odio para Juan ;)

𝑼𝒏 𝒃𝒖𝒆𝒏 𝒐𝒔𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora