Quiero Un Bebé 👶| Kookmin |

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El sol brillaba fuertemente, el viento golpeaba calidamente los rostros de aquella pareja que yacía recostada disfrutando de la paz que les provocaba el escuchar las olas del mar golpear entre las rocas, la brisa llenandoles de dicha y paz.

Finalmente, después de dos semanas habían podido ir a su tan esperado viaje a la playa para relajarse, se había estado aplasando por las distintas situaciones de cada uno, pero hoy finalmente podían relajarse.

— Amor, ¿Podrías colocarme bloqueador en la espalda por favor?— Pidió el pelinegro a lo que el castaño se levantó de su cómodo lugar para ayudarle a su amado

— Claro que si amor.— Le dice colándose detrás de él para comenzar a esparcir la crema
— ¿No te gustaría un masaje con final feliz?— Le Susurra coquetamente mientras muerde ligeramente su oreja

— ¡Jungkookie! Estamos en un lugar publico.— Le Regaña entre risas

— Nunca dije que lo haría aquí, podemos ir al hotel, a esta hora debe estar vacío y no hay que preocuparse por guardar silencio.— Continúa coqueteando dejando un beso húmedo sobre el cuello del pelinegro

— Mgh, no me provoques Jungkookie, estoy muy cómodo aquí.

— Lo sé, pero mi amor, te necesito tanto.— Le dice dejando otro beso, esta vez, sobre su hombro
— Me pones tan mal, no puedo evitarlo, me encantas y solo con verte haces que me ponga duro.— Le confiesa descaradamente tomando la mano contraria y colocándole sobre su miembro erecto

— Joder Jungkook.— Excitado, se gira para besarle apasionadamente
— Vayamos al hotel a resolver este asunto.— Le dice con una sonrisa coqueta mientras da un leve apretón al miembro del castaño quien en respuesta gruñe excitado

No tardaron en llegar al hotel y encerrarse en su habitación, a penas la puerta se cerró, el castaño estampó sus labios con los ajenos en un beso morboso y caliente, sus manos apretaban y jugaban con el trasero del pelinegro quien sólo podía gemir gustoso ante los deliciosos toques de su esposo, sus manos tocando la musculatura de éste jugando a su modo.

El castaño cargo a su esposo y lo guió hasta la cama, recostandolo suavemente sin dejar de besarle, el chasquido de sus bocas siendo el protagonista de aquella escena, las caderas del pelinegro comenzaron a moverse para causar fricción con el miembro ajeno, el calor en ambos cuerpos aumentando con cada roce, los labios del castaño bajaron al cuello ajeno, beso y chupo a su modo recibiendo como respuesta gemidos placenteros de su amado.

— E-espera Jungkookie.— Le detiene abruptamente sin embargo su esposo sigue con la tarea de besar aquel blanquecino cuello
— No puedo.— Dijo alterado, empujando a su esposo para quitárselo de encima y correr al baño donde pudo soltar aquello que le había puesto mal

A penas llego al baño, se hincó frente al inodoro y soltó arcadas, devolviendo el desayuno que había consumido esa mañana.

— ¿Estas bien amor?— Le pregunta preocupado en respuesta sólo le escucha seguir vomitando por lo que solo atina a acariciarle la espalda suavemente

— Lo siento.— Se disculpa cuando dejó de vomitar

— No te preocupes mi amor, ¿Que es lo que pasa? Esta es la tercera vez en el día que vomitas ¿Te sientes mal? — Le ayuda a levantarse con cuidado

— Seguramente me cayeron de peso los mariscos de anoche.— Dice para enjuagarse la boca después

— Te dije que te haría daño comer eso tan tarde.— Le Regaña
— ¿Quieres que vayamos al medico?

— No amor, estoy bien, tomaré una pastilla y se me pasara.

— ¿Estas seguro?

— Si amor.— Sonríe para darle tranquilidad y aunque no muy convencido el castaño le sonríe de vuelta para después depositar un beso en su frente con cariño