Capítulo 5. Despedidas y milagros.

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Las heridas del príncipe Jacaerys conforme los días se habían logrado sanar con satisfacción, con respecto a los torneos y fiestas que le siguieron en el reino se celebraron sin mayor problema ya que era tradición que el Rey Viserys hiciera una gran fiesta cuando de su casa se trataba. Aquello alargó la estancia de los señores de todos los demás reinos, algo que para Cregan Stark le convenía para poder estar tiempo con Jace, mas sin embargo aquello no fue del todo cierto ya que por alguna razón Jacaerys comenzaba a evadirlo, algo que preocupaba sin duda al joven gobernante de Invernalia.

Jace en cambio había vuelto a dormir con su tío y aunque él seguía bastante confundido por sus sentimientos hacia Cregan y también por Aegon, no pudo no negar que su tío se esforzaba para intentar cambiar su actitud hacia él y demostrarle lo que le había dicho aquella noche, su madre en cambio le había ordenado que además de sus deberes reales debía de permanecer con su abuelo el rey para que aprendiera de cómo gobernar ahora que había sido declarado el próximo rey de Westeros.

Así el ultimo dia de los torneos había llegado y al menos para Cregan era la última oportunidad de buscar una forma de poder hablar y estar con el príncipe, así que él se esperó escondido bajo los palcos donde la familia real se encargaba de ocupar para ver el espectáculo, esperó a que todos los integrantes fueran ocupando sus lugares y para su fortuna en ese momento Jacaerys venía solo sin Aegon, así que facilmente lo pudo jalar del brazo para escabullirse con él en su escondite, el príncipe al ver que era Cregan lo siguió pues también deseaba hablar con él.

— Cregan.. tenía ganas de hablar contigo..—. Comenzó a decir Jace algo nervioso pues desde hace dias no sabia como terminar con aquella ¨relación¨ ya que no tendría futuro ahora que todo su destino se había entrelazado, Cregan en cambio lo miraba serio.

— Lo dudaría un poco pues en estos días no me has buscado—.El tono que usaba el lobo sonaba molesto, algo que hizo que el príncipe hiciera una mueca de disgusto.

— Creo que no es el mejor lugar aquí para hablar, vayamos a otro lado—. Propuso Jace tomando del brazo a Cregan para poder salir del recinto y escaparse por lugares en donde ya sabía que no habria guardias merodeando, aquel camino que daba hacia los bosques detrás de la Fortaleza Roja fue el lugar perfecto para estar a solas aprovechando el tiempo mientras empezaban a buscar al príncipe, Jace llevó a Cregan a los mas profundo del bosque donde se le vino a la mente las veces que solían cazar juntos, haciendo que se le removiera el corazón con esos recuerdos.

— Y bien, ¿De qué querías hablar?—.  Cuestionó el lobo mientras miraba a un Jace cabizbajo que iba observando el movimiento de sus pasos.

— Realmente no se como empezar, Cregan.. tengo sentimientos encontrados ahora que estoy con Aegon y me siento mal de estar en medio de ustedes dos.. —.Jace comenzaba a intentar expresar lo que sentia cuando el lobo inmediatamente le interrumpió.

—¿Lo amas?—. Cuestionó Cregan que se detuvo en seco observando al principe que se quedo tambien quieto y negó.

— No y lo sabes, creo que te lo deje muy claro en esa carta, eres el que me ha hecho sentir un bonito amor correspondido, pero nuestro destino fue separado en el momento que mi familia me hizo casarme con mi tío—.

— Jace, te diria que huyeras conmigo, que nos fueramos a vivir lejos de todo esto solo tu y yo, sin importar lo que piensen los demas, pero no me puedo robar al heredero del Trono de Hierro y aunque me duela demasiado dejarte ir, es necesario que lo hagamos..—. Cregan parecia que aquello no le afectara en decirlo y Jace en cambio estaba guardando sus fuerzas para no llorar.

— Lo dices como si fuera muy simple, Cregan, no creo poder olvidarte—.

— Ni yo a  ti, mi hermoso dragón, pero también entiendo mi posición con esto.. aún así, como siempre te he dicho, no dejas de ser mío, Jacaerys—. Y tras decirle aquello Cregan se acercó a besarlo con ansiedad y deseo, Jacaerys correspondió de inmediato a ese beso, sus labios se afianzaron de los del lobo que no tardó en acorralarlo contra uno de los árboles, las manos de Cregan comenzaron a recorrer el cuerpo del príncipe con necesidad, haciendo que Jace se removiera y sus sentidos se activaran por completo, aquello no pasaba del todo con su tío y por eso es que disfrutaba más todavía que Cregan lo tocara de aquella manera.

La sangre del dragón nos uneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora