Capítulo 7. Inesperado reencuentro.

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Jacaerys había hecho todo su esfuerzo por no caerse de la montura de Vermax ya casi llegando a Dragonstone, desde las altas torres se dio la orden de que un dragón se aproximaba, de inmediato Daemon y Rhaenyra salieron junto con sus guardias personales y al ver que se trataba de Vermax Rhaenyra se alivió tanto de ver a su hijo vivo nuevamente. Pero Jace no venía bien, con trabajo pudo descender del dragón y cuando Rhaenyra lo vió mal rápidamente se acercó a él junto con Daemon que ya había dado la orden de que los maestres vinieran.

— ¡Jace! ¿Qué tienes?—. Preguntó angustiada la princesa quien veía como su hijo se tocaba el vientre donde yacía su hijo, Jace traía una cara muy pálida y se quejaba bastante del dolor.

— Me duele mucho madre, creo que el bebé va a nacer.. —. Respondió el príncipe quien se apoyó de su madre y su padrastro para caminar y llevarlo de inmediato a las habitaciones de curación donde los maestres ya estaban preparando todo.

Aquella tarde noche fue una de las más violentas en cuanto al clima, había comenzado a caer una tormenta tan fuerte que incluso los dragones se había ido a refugiar a las cuevas, en su habitación Jace y los maestres luchaban por que el parto fuera lo más seguro pero no garantizaban que no doliera, Rhaenyra no pudo estar viendo y esperaba afuera, la acompañaba Daemon y Lucerys quien estaba bastante alterado por escuchar los gritos de su hermano mayor, para su fortuna Aemond estaba ahí tratando de calmarlo.

— Luke cálmate, Jacaerys es fuerte—. Decía Aemond quien tomó a Lucerys del brazo y lo alejó un poco de los demás para hablar con él, pero el menor castaño no podía calmarse, estaba enojado y frustrado por no poder ayudar a su hermano mayor.

— Lo sé, pero no puedo no preocuparme.. es mi hermano y no puedo hacer nada por él. Maldigo a Aegon por lo que le hizo..—. Luke dio una patada a la pared pero Aemond le abrazó con suavidad apegándolo a su pecho.

— No me sorprende que mi hermano haya hecho esa traición, pero por un momento creí que cambiaría por Jace—.

— Pues no fue así, el día que lo vea me encargaré de decirle más que sus verdades—. Replicó Luke con furia y sed de venganza a lo cual Aemond solo negó.

— Acordamos no participar en esta guerra, pero quizás en un momento tengamos que enfrentarnos a él —. Aquellas palabras de Aemond hicieron que Luke se calmara y enseguida le abrazara, mientras continuaba aquel tortuoso parto, es curioso identificar el lazo de jinete con dragón tan fácilmente y es que el príncipe Jacaerys era tan unido a Vermax que cuando Jace gritaba, el dragón rugía desde su cueva y se removía inquieto.

Pasados unos minutos más, por fin los maestres habían logrado ayudar a Jace a dar a luz a su hijo, el bebé afortunadamente estaba sano aunque era prematuro ya que el parto se había adelantado, Jace que estaba tan cansado por lo vivido solo alcanzó a ver a su hijo que lloraba y estiraba sus manitas, sonrió complacido antes de desmayarse por el cansancio y dolor. Los maestres dejaron ingresar a Rhaenyra quien cargó emocionada a su nieto, pero también preocupada al ver que Jace había terminado muy mal, los maestres siguieron al pendiente del príncipe toda esa noche hasta que recuperó la conciencia a las pocas horas.

Cuando Jace se dio cuenta de donde estaba y el dolor que todavía tenía en el vientre se llevó la mano a este, en ese momento su madre aparecio con su hijo en brazos y se lo entregó al príncipe quien lo acogió con calma.

— ¿Has pensado un nombre, hijo mío? —. Cuestionó Rhaenyra quien acariciaba la cabecita del bebé dormido.

— Rhaegel me gusta, creo que así lo llamaré —. Respondió Jace acunando a su hijo contra su pecho, Rhaenyra solo sonrió.

— Un digno nombre de un Targaryen —. Dijo orgullosa de su hijo y su nieto, después su expresión cambió a una más preocupada. — Jace, ¿Sabes algo de Aegon?—.

La sangre del dragón nos uneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora