Capítulo 15. Unidos en sangre.

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Las heridas del príncipe Aegon no tardaron en sanar después de algunas semanas de constantes curaciones por parte de los maestres, en ese tiempo Jace había ido a visitarlo en cortos periodos ya que debía de guardar reposo en su propia habitación, además de que no quería meterse en problemas con su otro tío que todavía le guardaba cierto de rencor por lo que había pasado en el norte, aunque este no lo hubiera dicho de forma directa, Jacaerys podía sentirlo en el trato que le brindaba.

Lucerys había intentado hablar con Aemond pero parecía que esta vez no le escucharía, estaba realmente enojado por ver cómo había regresado Aegon de su batalla que era algo que no podía perdonar tan fácilmente. Después de todo, su familia ya estaba más que dividida: su madre y sus dls hermanos permanecían en el bando de los verdes y la posibilidad de perder a su hermano mayor también le había afectado bastante.

Para el paso de dos meses, el embarazo de Jacaerys se podía notar más todavía y aunque aún no debía de abandonar la isla ni mucho menos viajar en dragón, el príncipe por lo menos tuvo la autorización de dar paseos más largos dentro de la isla ya cuando tenía cuatro meses de embarazo y su vientre había crecido más, Aegon en cambio se mudó a la habitación de su pareja con el permiso de Rhaenyra y tras haber hablado con Aemond este finalmente dejó su rencor de lado solo porque veía como su hermano estaba tan feliz como nunca creyó poder verlo.

Y es que Aegon disfrutaba tanto de estar con Jace, ahora que podían estar juntos se volvieron una familia muy unida, ambos cuidaban de su primogénito que iba creciendo cada día, además Aegon se volvía tan protector con Jacaerys al estar encinta que se la pasaba la mayor parte del tiempo con él sin separarle, aunque también debía de atender asuntos de Dragonstone al haberse quedado junto con Aemond a cargo de la isla en lo que su media hermana mayor volvía a partir para MarcaDeriva y continuar con la guerra.

La guerra se había extendido demasiado gracias a que el norte se mantuvo neutral después de la frustrada boda, por lo que el ataque por recuperar Desembarco del rey se volvió cada vez más intenso al punto que se tuvo que usar a los dragones para finalmente hacer que los verdes sé rindieran, las tropas de los Velaryon tomaron la ciudad y apresaron a todos los traidores que había iniciado esto.

Alicent rogó piedad por sus hijos y Rhaenyra aceptó no hacerles nada, sobretodo a Helaena que ella jamás había estado de acuerdo en particular con ese conflicto, Daeron en cambio sería apresado sin llegar a ser ejecutado ya que no podría matar a su propia sangre. El destino de Alicent en cambio fue que la encerraron en una torre al verla fan consternada que muchos pensaron que se había vuelto loca debido a la crisis de la guerra, ella jamás salió de su habitación. En cuanto al perpetuador de todo esto Otto fue capturado por el mismo Daemon que no tardó en darle muerte con su dragón, el resto del consejo verde también había sido capturado y el juicio de su muerte se había llevado poco después.

La noticia de que la guerra había terminado llegó a Dragonstone poco después en un cuervo que se leyó dentro del consejo por Lucerys, todos los presentes gritaron y aplaudieron felices de que finalmente todo se había terminado. Aegon no tardó en salir de aquel salón y comenzó a buscar a su pareja por todo el castillo pero al no encontrarlo salió de la fortaleza para buscarlo por toda la playa, a lo lejos lo vió sentado sobre la arena cerca de la orilla del mar y con calma se fue aproximando hacia este.

— Supuse que estarías aquí..—. Dijo el rubio tras llegar por detrás de su pareja, Jace volteó a mirarlo y sonrió, traía a su hijo Rhaegel en brazos a quien le mostraba la arena y el mar que en ese momento lucia tan precioso.

— He traído a Rhaegel aquí, quiero que conozca más de este lugar tan hermoso—. Murmuró Jace con cierto tono de nostalgia, volteando a mirar a su hijo que movía sus mano con curiosidad.

La sangre del dragón nos uneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora