LA AMISTAD

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¿Amistad? ¿Quién conoce ese concepto? Si en la actualidad no hay más que gente falsa y personas que no conocen aquella palabra, lealtad. O eso es lo que yo pensaba hace meses, eso es lo que yo, quería creer, estuve muchos años engañada, hasta que ella me lo hizo ver.

Me abrió los ojos,
me enseñó a volar sin tener alas,
me salvó de mi mar mientras me estaba ahogando;
¿quién la trajo aquí?
¿quién la mando?
¿el destino?
¿la simple casualidad?
¿la luna, cansada de oír mis oraciones pidiendo que todo cambiará?
No lo sabía, tampoco me interesaba mucho saber de dónde provenía o quién me la había mandado a mi vida pues sabía, que a su lado, yo me quedaría.

Pero no uno, ni dos, ni tres días,
no una simple temporada, como las personas de hoy en día,
meses, años, décadas, ahí, me quedaría.
Con esa persona que siempre protegería,
un ángel,
un destello de luz
y un rayo que iluminó mi oscuridad cuando me estaba engullendo,
ella me salvó, ahora yo la salvó de su tormento.

¿Saldría de aquí?
¿podría escapar?
¿este sería mi final?
Es lo que me preguntaba, es lo que siempre me hacía dudar,
es lo que siempre me planteaba
y lo que por mi cabeza vueltas daba.
¿Me conozco?
¿sé quién soy?
¿sé que debo ser?
¿y que debo hacer?
Ninguna pregunta obtuvo respuesta,
ninguna vida fue echa para obtenerla.

Apareció ella, apareció sin más,
¿quién me diría a mi, que entre ella y yo una larga, hermosa y profunda amistad, se iba a forjar?
"Luna, ¿me la mandaste tú?" Le preguntaba todas las noches en busca de una respuesta que nunca iba a llegar, no porque no quiera, no porque no la busque, sino porque la Luna nunca me iba a hablar.

¿Fue simple casualidad que ambas en este camino nos fuéramos a cruzar?
Ambas como dos gotas de agua,
con un pasado que olvidar;
ambas como dos almas gemelas,
que unidas nadie las iba a parar;
hermanas que no eran de sangre,
compañeras de la vida que caminaban de la mano y que no se iban a soltar.

No me suelta, no la suelto,
me protege, la protejo,
ella me cuida, yo la cuido,
ella es mi hermana, yo soy su hermana,
¿Que la insultas? Ya no hablas,
¿que la tocas? Sin manos acabas,
No por gusto,
no por nada,
simplemente porque de mi, nadie escapa.

¿Doy miedo?
¿debo darlo?
No es mi problema, solo estoy avisando.
¿Te doy risa?
¿te ríes de mí?
Hazlo, pero luego no vengas a mi
cuando no puedas escapar de la tormenta que se dirige hacia ti.

Ella es, ella será, ella fue,
fuerte, valiente, admirable de ser,
una diosa entre mortales,
un ángel sin plumaje,
¿y tus alas? ¿donde están?
¿no las tienes? Pues déjame enseñarte volar.
Yo no sé, tampoco supe y dudo que pueda saber,
pero yo por ti, aprendo hasta lo que no debo de aprender.

Mi guía, mi fuerza, mi razón de ser,
alguien que me diga que soy y no lo que debo ser,
ahí está, ahí la podéis ver,
esa es mi niña, a la que yo sonreír quiero ver.
Dímelo, vuélvelo a decir,
ella es mi hermana, jamás se va a rendir,
ni por ti, ni por nadie,
ni por él, ni por ella,
pues ella es como es, y es una fiera.

Muchos la quieren, pocos la tuvieron, muchos se ríen, muchos otros la temen,
¿hacen mal? ¿hacen bien?
Hacen genial al vernos y correr, porque cuando el viento y el fuego unen fuerzas, no hay quien los pueda vencer.

~MI MAR DE ROSAS~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora