TE HABÍA OLVIDADO

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Ya me había olvidado de como sonaba tu voz, esa misma que años atrás retumbaba entre mis pensamientos como si fuera el ritmo de esa canción tan pegadiza que no puedes sacarte de la cabeza por mucho empeño que hagas en intentarlo.

Ya me había olvidado de lo intensas que eran tus miradas reflejadas en el color azul diamante que resaltaba tus ojos siendo ese lago en el cual me introducía con estos ojos color café común para no volver a salir de él ni siquiera para poder respirar.

Ya me había olvidado de la perfecta curvatura de tu nariz aguileña que te hacia ese parecido al primer acto del cual me enamoré con tan solo cinco años en una película de Marvel, mi querido Ojo de Halcón que veía reflejado en ti, pero tú eras mejor, o eso es lo que yo llegue a pensar.

Ya me había olvidado del vuelco que daba mi corazón rompiendo la cordura que mantenía ordenada mi cabeza cuando te veía, cuando mis ojos divisaban tu figura haciéndolos brillar como una luciérnaga entre el prado a la luz de las estrellas en la inmensidad del cielo.

Ya me había olvidado de como hacías perder el juicio a mis pensamientos y a mi cabeza inundando está de únicamente tu presencia tan resplandeciente que admire cada día de cada semana de cada año, y así los siete años que duró este sentimiento que me hacía sentir así de extraña, o eso pensaba yo.

Ya me había olvidado de la manera en la que hacías que mi piernas perdieran el control haciéndome así olvidarme completamente de como era andar, pareciendo un pato cuando andaba, haciéndome sentir ridícula pero, esa ridiculez era la que te gustaba de mi, o eso era lo que yo pensaba en aquel entonces donde me habían puesto esa venda en los ojos que me impedía ver más allá de todo lo que pensé sentir.

Ya había olvidado los recuerdos que me atormentaban día sí y noche también, haciéndome perder el juicio y haciéndome llegar hasta el extremo que jamás pensé cruzar, pensando que si mi yo pasado me viera de aquella forma se quedaría horrorizada, sin saber que hacer más que llorar hasta que despertará de esa pesadilla que en verdad era lo que le esperaba en un futuro cercano y que en el futuro lejano que ahora es mi presente la haría madura y tener la mentalidad que poseo.

Ya me había olvidado del motivo por el cual mi piel era marcada tras mi frustración y mi odio hacia mi propia persona que me hacía sentirme tan pequeña y ridiculizada el día que mi sueño de príncipe azul que siempre había soñado aunque me pusiera esa etiqueta de chica masculina que aborrecía el amor cuando en verdad estaba perdidamente demente por ti ahora se convertía en mi mayor pesadilla de la rogaba de rodillas poder salir.

Ya me había olvidado de los sentimientos que me producieron estar viviendo durante dos eternos años que hiciste de mi vida un completo infierno, arrancándome la venda de los ojos para poder enseñarme lo que había cambiado los otros dos años que tan solo te había visto los miércoles de mercadillo tras la ventana del coche de mi madre.

Ya me había olvidado de como era mirarme en el espejo y no reconocer a quien estaba reflejada en él, recorriendo en todo mi cuerpo la impotencia y el deseo de llenar mis nudillos de sangre por haber roto en millones de pedazos el cristal que había frente a mi al igual que lo estaba mi corazón, aunque realmente de él solo dejaste escasas cenizas que dejaban un vacío tan profundo en mi pecho que me consumía tan lentamente como la mecha de una vela prendida, derritiéndose al igual que las lágrimas descendían de mis mejillas sin poder tener fin.

Pero eso que yo pensé haber olvidado y haber dejado atrás revivieron como el ave fénix cuando nuestras miradas se quedaron fijas entre la lejanía que separaba nuestros cuerpos que cada vez estaban más cerca, cada paso que daban mis piernas sin poder controlarlas era un escandaloso latido de mi corazón que en cualquier momento rompería mis costillas por la brutalidad que tenían.

Nuestras miradas parecían estar fijas en nuestros ojos, sintiendo como un nudo cortaba mi garganta dejándome sin aire, sintiendo como mis pulmones se estaban comprimiendo por la presión de mi pecho, pareciendo que me habían puesto diez libros encima de este.

Podía notar como nuestras miradas nos estaban gritando aquello que nuestros sellados labios estaban callando. Ya te había visto más veces, pocas, muy pocas, con el tiempo justo como para detener mi corazón pero no morirme porque seguía latiendo cuando te pedía de vista al segundo, pero aquel reencuentro fue más longevo, más duradero, más intenso aunque la mayoría solo dijera que era una simple mirada sin más.

Pase a tu lado, sintiendo como tú fragancia inundaba cada rincón de mis pulmones, tu mirada estaba clavada en mi como si fueran estacas que me estaban atravesando. Otra vez aquella sensación de olvidarme de como poder andar, manteniendo la mirada firme al frente y con una expresión seria, ocultando que verte me estaba matando y que deseaba con todo mi corazón tu regreso.

Aquel día solo hiciste que los sentimientos y los recuerdos que pensé haber tenido olvidados tan solo habían sido enterrados en los más profundo de mis pensamientos y de mi ya a medias construido corazón, aquel día solo avivaste la llama en mi, prendiendo todo mi cuerpo en escasos segundos de los cuales no puede evitar sentirme viva sin entender la razón o el motivo.

Esa misma noche, después de una tarde con aquella intensa mirada en mis pensamientos, pesadillas de ti comenzaron a perturbar mi sueño, desperté temblando y con el corazón dando tales tumbos que temí que pudiera salir de mi pecho, llore, llore como una niña pequeña hasta el amanecer, preguntándome porque de nuevo esta sensación que pensé tener superada.

El día siguiente no fue mejor, pero al menos no te vi, el miedo constante de poder caer en la misma situación que años atrás atormentaba mis pensamientos e inundaba mi mente, pero sabía que ya no era esa persona de hacia cuatro años, sabía que había madurado, que había aprendido cosas que antes pensé que estaban muy lejos de mi alcance, y lo más importante, ya no estaba sola.

Creí en mí, sabía que ya no volvería a verme encerrada en un servicio, viendo mis enrojecidos ojos gritar de desesperación y pidiendo la ayuda que mis labios sellados y temblorosos no eran capaces de formular, viendo con miedo y horror como las gotas de rubí descendían con tanta lentitud por mi piel marcada porque había perdido la razón de ser.

Las pesadillas aún no han cesado después de un mes, el insomnio volvió a llamar a mi cabeza estás últimas noches, la ansiedad me ha vuelto a ganar terreno que pensé que ya no podrían volver a pisar, la inseguridad volvió a envolver mi mente como si fuera una enorme manta, las dudas volverán a colapsar mi mente y mis miedos volvieron a estar demasiado presentes.

Pero esta lucha que me volvía a plantar cara, esta guerra contra mi misma que pensé haber tenido zanjada con una victoria gloriosa, no había hecho nada más que empezar, pero una cosa tenía bien clara, no me iba a rendir, iba a luchar hasta que mis fuerzas se agotarán y no me quedara aliento, porque si antes no me había rendido ahora tampoco iba a hacerlo.

~MI MAR DE ROSAS~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora