SOLO ESTOY YO

6 0 0
                                    

Otra vez pasa lo mismo, esa presión en el pecho que te oprime, vuelve, las inmensas ganas de llorar aparecen de nuevo atormentando tus pensamientos, el nudo en la garganta se hace presente, tu cuerpo tiembla como si fuera un terremoto quién sacudiera la cama en la cual estás tumbada intentando buscar el consuelo que nunca llega.

Las palabras se repiten en tu cabeza, tu corazón grita sin piedad ante el desgarramiento que le producen los pensamientos atormentados que no dejan en paz tu demente cabeza. Quieres desaparecer cuanto antes, sin dejar rastro ni huella, sin dejar pista, solo quieres irte de allí donde tanto te duele estar y aparecer en donde nunca nadie daño te podrá causar.

¿Por qué soy así? Te repites millones de veces mientras las frías lágrimas que son fruto de tu dolor descienden por tu rostro marcando tus mejillas de rojo y provocando el dolor de millones de martillos golpeando tu cabeza. ¿Por que debí nacer? Te mata cada palabra que sale de tu boca como susurros mientras tú corazón grita y súplica que detengas todo aquello que lo está rompiendo de aquella manera tan dolorosa.

¿Por qué no puedo irme? Es la pregunta final que hace que tus labios al fin se sellen y que tu mente se quede en blanco, sin saber que decir ante aquello, sin saber que responderle a tus preguntas sin respuesta, ¿Seré yo el fallo, el error? Dudabas de ti como han dudado siempre, provocando el odio hacia ti.

Había salido de aquí, te solías repetir constantemente, en busca de un mínimo de consuelo entre tus magulladas palabras, ¿Por qué no puedo ser de otra forma, de otra manera, normal? Cada vez ibas dudando más y más de ti, como si fueras un completo extraño al cual nunca le viste la cara.

Otra vez está horrible sensación que se siente como si estuvieran desgarrando tu vientre, anudando tu garganta y tu estómago, provocando el deseo de expulsar todo lo que habías ingerido ese mismo día, mandando señales a tu corazón para que bombeara lo más rápido que pudiese, provocando que no pudieras respirar, que no pudieras pensar.

Todo estaba mal en esa solitaria y dolorida noche que comenzó con sonrisa y emoción, y poco a poco se fue convirtiendo en aquellas solitarias noches que deje meses atrás, convirtiendo las cuatro paredes de tu habitación en una inmensa oscuridad de la cual no podías escapar.

¿Qué hago ahora? Tan solo te queda la opción de dejar que las sábanas de tu cama envolvieran todo tu delicado y tembloroso cuerpo en sus cálidos ropajes de seda y algodón, empapando tu almohada de las lágrimas de dolor que desprendían tus apagados ojos y notando como poco a poco todo se iba apagando, oscureciendo, hasta quedar en lo más profundo de tus pensamientos, dormida, arropada, acogida en tus propios brazos porque donde antes te refugiabas ya no tenía salida.

~MI MAR DE ROSAS~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora