Capítulo veintidos: • Por debajo de las piedras •

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Lauren:
Me había presentado a la oficina de Sebastián como todos los meses anteriores, no sabía que iba a decir acerca de la ausencia de Camila a la reunión y peor aún con la cercanía de Cara. Sebastián entró con su portafolio en las manos y una pequeña sonrisa en su rostro como si algo realmente bueno le hubiera pasado esta mañana, cosa que realmente le envidiaba en estos momentos.
-Buenos días Lauren pensé que no asistirías. ¿Cómo sigue Camila? .- Mi cuerpo se tensó con solo escuchar su nombre y eso no fue lo peor, lo peor es que no sabía cómo responder aquella pregunta. No sabía cómo se encontraba Camila.- Louis me ha pedido el día de ayer permiso para que la señorita Cabello pudiera realizar la firma de su contrato en su casa debido a una infección, a lo cuál accedí. Debo admitirte Lauren que pensé que lo suyo solo era una farsa por su parte, salir con Lauren Jauregui una de las mujeres más poderosas de toda la industria se me hacía demasiado descabellado, pero cuando vi la seguridad con la que tomó tu mano la primera vez que se presentó a firmar sabía que lo de ustedes era algo más que una simple relación por interés y debo admitir que estoy demasiado orgulloso de esa decisión Lauren, tu padre no se equivocó en obligarte a elegir un compromiso más grande que el que tienes contigo misma para poder hacerte responsable de sus negocios y cuentas. Solo falta un mes para que todo esto termine y tu puedas seguir con la vida a la que estás acostumbrada así que no puedo decir nada más que cuida demasiado a Camila, mujeres como esas no se encuentran en cualquier oficina de trabajo.- Yo no había dejado de asentir con cada palabra que había dicho  Sebastián, las emociones habían invadido por completo mi cuerpo y estaba segura que cualquier momento me iba  a romper en pedazos.
Tomé el contrato que me había ofrecido Sebastián en dónde vi reflejada la firma de Camila, no la entendía, ella ya no ganaba nada con esto. Había dejado todo lo que en su momento me había pedido para tener este acuerdo conmigo y aún así seguía aquí sin abandonarme ni un segundo. Este era el mayor golpe que me había dado sin siquiera intentar darme alguno.
Salí de aquella sala de reuniones y me subí al automóvil que me estaba esperando afuera.
-¿Qué ha sucedido? .- Verónica se encontraba dentro, era irreal que nunca me abandonara y eso se lo agradecía.- ¿Te han quitado la herencia de tu padre?
-No, por muy extraño que te parezca Camila ha firmado su parte del contrato.- Le había tenido que contar toda la situación a Verónica aunque había evitado todos los detalles importantes por la cláusula de confidencialidad a la que estaba sujeta, en algún momento las mentiras habían consumido mi vida y me sentía ahogada, a demás no podía justificar de ninguna otra forma mi interés repentino por Camila aunque no estaba del todo segura que solo se tratara de aquel contrato lo que me hacía no dejar de pensar en ella.
-¿Se ha presentado a firmar y no has hecho algo para impedir que se vaya? No creí que fueras tan imbécil Jauregui.
-No, su parte del contrato ya estaba firmada.
-¿Cómo logró eso?
-Según Sebastián. Louis se encargó de llamarle y pedirle un amparo para la firma de Camila.
-¿Sabes lo increíble que es eso?
-No, realmente esperaba poder verla el día de hoy.
-Louis sabe dónde se encuentra Camila.- Soltó Verónica como si fuera algo tan obvio pero que yo no lograba verlo aún.
-¿Como?
-Si, Louis pidió el amparo, Louis llevó el contrato firmado, eso quiere decir que en algún lugar recabó la firma. Así qué, Louis sabe dónde está Camila.- Ahora que ella lo explicaba de esa manera realmente tenía sentido, tenía sentido que Louis supiera donde se encontraba Camila y yo estaba más que ansiosa que me lo dijera. Tomé mi teléfono y comencé a marcar el número de Louis esperando que pudiera decirme todo lo que supiera acerca de Camila.- ¿Qué demonios haces? .- Verónica me arrebató el teléfono antes de que yo pudiera concluir la llamada.
-¿Qué te pasa? Necesito saber dónde se encuentra!
-¡Lo sé! Pero sería demasiado obvio marcarle a su abogado un instante después de saber que ella firmó aquel contrato.
-¿Qué sugieres que haga? .- Verónica tomó mi teléfono y marcó un par de números, segundos después pude escuchar la voz de Harry detrás de aquel altavoz.
-Lauren! Querida! ¿Qué necesitas? ¿porque está llamada a estás horas de la tarde?
-Harry déjate de hipocresías, no soy Jauregui soy Verónica necesitamos una ayuda de nuestro abogado de confianza.- Verónica se embarcó en una llamada con Harry por más de diez minutos en donde le pedía que siguiera por cielo, mar y tierra a Louis, según la teoría de Verónica en algún momento Louis tendría que verse con Camila y en ese momento nosotros sabríamos cuál era su ubicación exacta. Además si Harry era descubierto en algún momento podía justificar el hecho que era para algún trámite legal. Debo de aceptar que Verónica era demasiado lista cuando quería.- Busca hasta por debajo de las piedras si es posible Styles. Por debajo de las piedras.
Camila:
Llevaba más de quince minutos esperando que mi madre decidiera aparecer en la casa, después de nuestro recorrido por las playas de Miami mamá se había tomado un tiempo a solas para caminar por uno de los bulevares de la ciudad dejándome hacer a mí el camino de regreso a la casa. Era real que no había vivido mis años de infancia en este lugar, pero era demasiado cómodo y tranquilo pasar tiempo en un lugar en el que no tuvieras recuerdos de nada ni de nadie.
La puerta comenzó a sonar en el momento que me dispuse a ponerme de pie de la sala principal, con más desgana de la normal opté por abrir la puerta. No era posible que mi madre hubiera olvidado las llaves así que suponía que era algo importante.
-Buen día Sinuhé, vengo a entregar nuevamente tu periodico. Sofía me comentó que podríamos hablar después de las dos de la tarde así que esperé hasta este momento para poder hacerlo.- Detrás de la puerta de la casa de mi madre se encontraba de pie una joven de mi edad aproximadamente, su cabello largo y lacio completamente por debajo de la cintura, una tez bronceada y sus ojos color avellana la hacía lucir diferente al resto de las personas que había visto pasar por aquí últimamente. Ella no usaba colores llamativos y su cabello no tenía aquellas mechas rubias que eran muy populares por aquí. Lo más sorprendente de todo era que aquella chica me había llamado Sinuhé. Ella no utilizaba anteojos y mucho menos se podía percibir que su mirada se desviara a algún otro lado, en este momento ella me estaba observando directamente a los ojos con la mano estirada esperando que yo tomara aquel pedazo de papel de entre sus manos.- ¿No vas a tomarlo?.- con mayor delicadeza de la que comúnmente estaba acostumbrada a usar tomé aquel periodico entre mis manos, observe el encabezado principal de la sección de espectáculos y mi corazón se apachurro un poco. El encabezado mencionaba el homenaje principal a "Michael Jauregui" y solo recordar que yo había desarrollado aquella obra de arte me hacía sentir nostalgia.- ¿Puedo pasar? O solo te quedarás ahí esperando que algo maravilloso ocurra sin hacer nada?
-Lo siento, pero mi madre no se encuentra en casa y no sé en qué momento ella volverá.
-Tu no eres Sofía, una disculpa por la confusión pero usas un perfume similar al de Sinuhé.- ¿Qué demonios? Claramente no usaba el perfume de mi madre! .- Tu madre me ha pedido que la vea a esta hora, a las seis exactamente.- Miré con precaución mi reloj, no podía creer que el tiempo hubiera pasado tan rápido y efectivamente no me equivocaba. El reloj marcaba apenas las cuatro menos cinco.
-Disculpa que vuelva a corregirte pero son las cuatro de la tarde.- La chica comenzó a observar el cielo y solo sonrió.
-Creo que me he equivocado, ¿podría esperar dentro? Por cierto me llamo Ariana.- Por todo lo que había ocurrido no confiaba en nadie pero había algo en ella que me hacía sentir que no actuaría de una forma mala o en mi contra. Me hice a un lado esperando que pudiera caminar con dirección al interior de la casa pero no lo hizo.
-Claro.- Ariana ingresó como si conociera a la perfección la casa, había algo que no entendía de esta chica era como si pudiera ver por momentos y a la vez no pudiera distinguir nada, era demasiado confuso para mí.
-Supongo que tu nombre debe ser Camila, tu madre me ha platicado muy poco sobre tí espero no te moleste.
-No tendría porque. Por cierto, ¿puedo hacerte una pregunta?
-Si, pero antes de que puedas hacerla debo aclarar que si, tengo un problema de visión regularmente no puedo ver.
-¿Y cuando es cuando puedes ver?
-Cuando estoy soñando .- Ariana comenzó a reírse como si acabara de decir un enorme chiste y yo la acompañé en ese viaje, no sabía que le había ocurrido ni cuál era su condición pero me gustaba la manera que tenía de enfrentar sus problemas tomandolos como un motivo para reírse de ellos.- Pero cuéntame, ¿qué quieres saber?
-¿Cómo es que conoces a mi madre?
-Sinuhé salvó mi vida, por ella solo perdí la vista y no la vida.- Se me había erizado la piel de solo escuchar aquello .- Te preguntarás qué pasó, pues resumiendo la historia sucede que mi padre agredía físicamente a mi madre cada vez que llegaba borracho. Eso pasaba cada noche. En una de las incontables noches que se presentó en ese estado le hice frente. Frankie mi hermano mayor no se encontraba en casa esa noche así que mi padre aprovechó para amenazarme con una botella de cerveza pero esta vez no huí como todas las veces anteriores, podía escuchar a mi madre quejándose en el frío piso de la cocina y él no hacía nada para ayudarla, estaba dispuesto a seguirla golpeando. Antes de que eso pudiera ocurrir nuevamente me avalance sobre su cuerpo obligándolo a romper la botella en uno de los azulejos del comedor, yo no me había percatado que uno de los residuos de esa botella había entrado a mi ojo y cortaría mis pupilas poco a poco. Tu madre logró escuchar los gritos y forcejeos mientras caminaba por la acera e ingresó a ayudarnos mientras mi padre colocaba con fuerza una parte de la botella sobre mi cuello logrando crear una pequeña rajada en forma horizontal .- Ariana bajó un poco la chamarra que traía colocada y pude ver una ligera línea sobre su cuello, por alguna razón había retenido el aire en mis pulmones, no imaginaba que los padres pudieran ser tan hijos de puta cuando se lo proponen y en verdad estaba muy orgullosa de mi madre, sabía que ella era una guerrera pero escuchar como había defendido a alguien que no fuera su familia me hizo sentir la mujer más segura en ese momento.- La policía llegó tiempo después, pero eso le dio tiempo necesario a mi padre de huir. Nadie estaba en desacuerdo con que se hubiera marchado, era un alcohólico sin remedio, pero a lo largo del tiempo las cosas fueron empeorando cuando mi visión disminuyó de manera abrupta en uno de mis ojos seguido por el otro en un par de semanas más. Frankie dijo que lo buscaría hasta debajo de las piedras si fuese necesario para hacerle pagar lo que había hecho con mi madre y conmigo, pero eso no ocurrió, él se marchó a los pocos meses de la casa dejándonos a mi madre y a mí solas.
-Tu hermano es un cabrón.- Fue lo único que logré decir mientras ella se acomodaba más recta de lo que ya estaba.
-No puedes obligar a nadie a que actúe de la manera en la que tú lo harías. Frankie solo hizo lo mejor para él y eso era no tenernos a nosotros en sus planes.
Ariana había dicho una frase clave "No puedes obligar a nadie a actuar de la manera en la que tú lo harías" Yo no podía obligar a Lauren a que se entregará de la forma en la que lo deseaba y eso me jodia hasta el hueso.

La última oportunidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora