Capitulo veintinueve : •La manera para que regreses•

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Camila:
Los días habían pasado sin ninguna modificación, la oficina se había enterado de mi relación con Lauren y entendía el porque yo comenzaba a hacerme cargo de las diversas transacciones que tenían que ver con la revista, Julia era una de las personas que no estaba de acuerdo con aquel cambio pero no podía hacer nada en absoluto, yo me encargaba de firmar los contratos y dar el visto bueno a cada una de las situaciones. Verónica había dejado de preguntarme acerca del paradero de Lauren, lo que me hacía pensar que ella sabía donde se encontraba.
La puerta de la oficina se había abierto de par en par revelando un enorme ramo de rosas rojas, sabía perfectamente que Nick era el encargado de estos arreglos aunque se hubiera esforzado en hacerlos lo más privado posible.
-Le han mandado esto señorita Cabello. ¿Lo colocó en el mismo sitio que los tres anteriores?
-Por favor Tomás
-También debo decirle que un joven ha venido a buscarla nuevamente ¿desea que lo haga pasar?
-¿Sabes quien es?
-No, me ha dicho que solo hablará con usted.
-Hazlo pasar y por favor puedes decirle a Nick que suba a mi oficina en el momento que el joven la abandone.
-Con mucho gusto señorita.
Tomás era uno de los mensajeros de la empresa, era un hombre mayor de alrededor de unos cincuenta años, era bajo y de tez morena, sus rasgos eran difíciles de definir debido a las pocas arrugas que se asomaban ya por su rostro. Era uno de los hombres más eficientes con los que contábamos en la empresa y en estos momentos donde mi mente se encontraba en otro mundo lo agradecia.
La puerta volvió a abrirse revelando un rostro que ya había visto, este joven se había encontrado en la lectura de testamento de Michael, era demasiado apuesto para cualquier par de ojos y estoy segura que si mi mente no estuviera ocupada por una joven de ojos color esmeralda bien podría perderme en él. Su barba cerrada marcaba a la perfección sus delgados labios, su piel no era tan blanca como la de Lauren pero también podías apreciar que no era su fuerte broncearse, las cejas pobladas y los ojos color miel eran el combo perfecto para que voltearas a ver a este hombre en cualquier momento del día. Tenía que concentrarme, tenía que hacerlo, quería que Lauren quedará maravillada cuando pudiera entregarle la empresa de su padre nuevamente.
-¿En qué puedo ayudarte? - Aquel joven se sentó frente a mí con una sonrisa en su boca
-En verdad te quiere ¿cierto?
-¿Disculpa? No sé a qué te refieres sinceramente - Aquel joven se levantó de la silla y se dirigió a una de las esquinas de la oficina en donde Tomás había colocado el ramo de rosas que había llegado hace un par de minutos.
-Son las mismas que mi padre le enviaba a mi madre por más de diez años.
-¿Disculpa? - Pregunté nuevamente, no entendía lo que estaba ocurriendo y no era porque mi mente estuviera centrada en Lauren, la razón era porque llevaba recibiendo estás flores por varios días ya y estaba acostumbrada a recibir flores por parte de Nick pero dudo que su padre anduviera enviando flores a mujeres comprometidas.
-Si, Michael, mi padre se encargaba de enviarle estos enormes ramos a mi madre cada día del año para recordar el porqué la amaba, supongo que era lo mismo que le enviaba a su madre para recordarle que también la amaba - Una amarga risa salió de la boca de aquel joven, si no había entendido mal Michael era su padre y él era hermano de Lauren, pero sus hermanos habían fallecido en un accidente al igual que su madre ¿cierto?
-¿Cuál es tu nombre? - Pregunté con curiosidad mientras tomaba con fuerza una de las rosas que habían llegado, si era cierto lo que este joven decía, Lauren me quería aunque fuera un poco.
-Christopher.
-¿Eres Christopher Jauregui? - La piel se me erizo con solo decir aquello, era imposible que este hombre fuera el hermano fallecido de Lauren. ¿Acaso ella lo sabía? ¿Su madre y su hermana seguirán con vida? ¿Qué haría Lauren si lo supiera? ¿Lo sabrá? Muchas preguntas inundaron mi mente ignorando por completo la presencia de Chris, necesitaba de alguna manera comunicarme con Lauren lo más pronto posible.
-¿Acaso sabes algo de mí?
-No, es solo que no conocía el nombre de la persona a la que le tenía que dar el apoyo mensual, porque supongo que a eso vienes ¿no?
-No, ahora que mi padre ha dejado de ser el dueño de todo este imperio me encantaría trabajar aquí, he tenido las mejores relaciones con modelos y actrices y soy muy buen fotógrafo y no te pediré un sueldo solo quiero hacer algo con mi vida.
-¿Qué pasa con tu vida? ¿Acaso no tienes más familia? - Necesitaba conseguir información de alguna manera que me pudiera ayudar a descubrir que estaba pasando con la familia de Lauren.
-Creo que no quiero hablar de eso en estos momentos, solo necesito saber si puedo trabajar aquí. Soy muy bueno aprendiendo y te juro que no tendrás queja de mí - Necesitaba tener a Chris cerca por si ella regresaba o quizá esta sería la manera para que ella pudiera volver.
-En este momento le pediré a Dinah que te muestre el cuarto de fotografía y la acompañaras a algunas sesiones y veremos cómo todo va funcionando. ¿De acuerdo?
-Me parece un buen comienzo - Christopher se levantó de la silla y se colocó a espaldas de mí, antes de abrir la puerta con la seguridad que la había cerrado minutos antes volteó para decirme - Creo que lo estás haciendo increíble, no sé porque ella no se ha presentado ni una sola vez aquí, pero creo que tu lo estás haciendo increíble.
En el momento que él abandonó mi oficina para encontrase con mi mejor amiga, Nick entró con un aire de superioridad que lo caracterizaba de alguna manera - ¿Que sucede primor? ¿Acaso tendremos aquellos encuentros que nos encantaban en la oficina de tu prometida? - Me encantaba escuchar aquello, que Lauren era mi prometida aunque no fuera para nada cierto.
-Sería una idiota si tan solo lo pensara Nick, necesito que me ayudes a averiguar de que floreria están haciendo estas entregas y es algo sumamente urgente - Nick caminó hacía donde se encontraban los arreglos y observó una de las tarjetas.
-¿Acaso las has abierto?
-¿Disculpa?
-Si, las tarjetas se encuentran cerradas. ¿No te interesa saber lo que hay dentro? - No me había percatado que cada ramo contaba con una tarjeta diferente, era como si no hubieran sido de la misma florería o la persona encargada de esto hubiera sido lo demasiado astuta como para no ser encontrada. Tomé cada una de las tarjetas que aún se encontraban y volví a mi escritorio.
Abrí uno de los sobres con la esperanza de encontrarme con alguna frase de amor o algo por el estilo, pero solo encontré un par de números escritos en ella -Necesito que me digas en donde se encuentran cada una de estas florerías Nick y es urgente - Sin avisar Nick se acerco a la silla de mi escritorio haciéndome sentir una incomodidad irreal, podía ver como un bulto en su pantalón aumentaba al acercarse más y más hasta lograr arrinconarme.
-¿Qué estás haciendo?
-Antes no te molestaba que estuviera tan cerca ¿cierto? - dijo mientras colocaba sus labios sobre mi cuello, nunca me había gustado que alguien interrumpiera este tipo de encuentros pero en este momento le rogué a Dios porque alguien abriera la puerta de la oficina y como si Dios me escuchara en esos momentos la oficina se abrió revelando el cuerpo cansado de Verónica.
-Disculpen no sabía que su cinismo había desaparecido - Nick se alejó de golpe de mi lado y solo se disculpó mientras salía de la oficina - Sigues sin cambiar Cabello, solo venía a entregarte estos papeles que llegaron a mi oficina por la mañana - Solté el aire que no sabía que tenía retenido y tomé los papeles que tenía en su mano Verónica.
Al tomar aquellos papeles no sabía que iba cambiar aún más mi vida y que no estaba preparada para todo lo que venía con esos cambios.

La última oportunidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora