Capítulo diez: • ¿Indiferente? •

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Camila:

Lauren me había dejado de pie en el recibidor de aquel hotel, al parecer el golpear a alguien la hacía tener una rabieta como niña de ocho años. Debía aceptar que mi jefa tenía un aspecto tremendamente sexy pero una actitud tan nefasta que odiaba la idea de tratar de lidiar con ella.
-Señorita Cabello su auto la está esperando en la entrada.
Dirigí la mirada a la puerta principal y efectivamente un automóvil en color rojo estaba estacionado esperando por mí . ¿A dónde me dirigía? No lo sé, pero moría de hambre.
El recorrido fue demasiado rápido, el automóvil se detuvo al cabo de un par de minutos en un restaurante que a simple vista se notaba que era demasiado costoso para lo que yo traía en mi bolsa. A lo lejos pude divisar el pequeño cuerpo de Silvio que intentaba cubrirse del fuerte sol que hacía.

-Señorita Camila, pensé que tardaría más en llegar. ¿Le apetece comer algo en especial?
-No Silvio, solo necesito comer.

Ingresamos al lugar y efectivamente, era demasiado lujoso. Las paredes de cristal desbordaban un lujo completamente innecesario, los enormes candelabros colgados del techo y la hermosa vista hacía una de las colinas del lugar indicaron que no podría pagar ni uno solo de los platillos que pudieran ofrecer en este lugar.

-¿Se encuentra bien? .- Silvio me regaló una mirada preocupante mientras tomaba asiento en la mesa que estaba reservada con mi nombre.
-Es solo que no sé si cuento con el dinero suficiente para estar aquí.
-No se preocupe, su novia ha dejado pagado por adelantado, solo disfrute la estadía .- Se hizo un silencio demasiado incómodo para cualquiera de los dos, ¿cómo era posible que Lauren pagará algo que aún no consumía? .- en el hotel me han contado lo que ha pasado en el restaurante. ¿Cómo te encuentras?
-¡Molesta! No puedo creer que Lauren haya sido capaz de golpear a alguien solo porque no la ha dejado comer en ese restaurante.
-¿Lauren golpeó a alguien?
-¡Si! El pobre hombre cayó de la silla donde se encontraba al sentir el impacto de Lauren contra su mandíbula.
-¿Puedo tomar su orden? .- El mesero había llegado con un botella de champagne entre sus manos y dos copas .- Les puedo recomendar en esta ocasión el pato a la naranja.
-Traiganos la especialidad de la casa y deje la botella entera.-Un joven demasiado guapo para mi gusto tomó asiento a mi costado haciéndome sentir demasiado incómoda.- Un placer vernos de nuevo.
-¿Disculpa?
-¿Acaso no eres la chica que acaban de sacar del restaurante de uno de los hoteles más prestigiosos de todo Cuba?
-¿Acaso aquí todos cuentan lo que ha sucedido en los hoteles?
-No todo, yo suelo ser muy discreto. ¿Verdad Silvio?
-Mario qué casualidad verte por aquí, pensé que seguirías en España.- El mesero había llegado con una copa más y tres platos de enorme pasta acompañada de una especie de carne sobre de ella.
-He decidido regresar un poco y creo que lo he hecho en el mejor momento. Me he enterado que Lauren ha golpeado a alguien porque le ha faltado el respeto a su chica ¿eso es cierto?

¿Lauren había golpeado al joven de aquella mesa porque me faltaron el respeto? ¿Por qué no me había dicho nada?

-Lo dudo, Lauren nunca había golpeado a nadie. ¿Qué ha pasado ahí dentro Camila? .- Silvio me veía como si quisiera negar todo lo anterior y yo no entendía nada.
-No creo que ella sepa algo Silvio, no parece el tipo de chica que frecuenta Lauren Jauregui. Por cierto ¿cual es tu nombre? Me encantaría invitarte a cenar esta noche si lo aceptas.
-Ella no puede Mario , viajará esta misma noche a Nueva York. Ya tiene los boletos listos en su hotel al igual que sus maletas.
¿Viajaría de regreso a Nueva York? Solo llevaba un par de días aquí ¿cómo se supone que iba a terminar el reportaje que me habían solicitado?¿ Lauren no me quería cerca? De solo pensarlo se me había quitado el hambre, podía ser que este restaurante fuera el más exclusivo de todo Cuba pero su comida no estaba haciendo el efecto que yo buscaba.
No me sentía bien en este lugar, me hacía falta algo y sabía que lo mejor era retirarme. Me levanté de la mesa sin dar ninguna explicación y me dirigí al automóvil que me había recogido hace apenas unos minutos.
-¿Se encuentra bien señorita?
-Solo necesito regresar al hotel, ¿Puedes llevarme?
El trayecto de regreso fue más tardado de lo que esperaba, no me había fijado la cantidad de luces preventivas que habíamos pasado para llegar a aquel restaurante. No esperé que el conductor se detuviera en la entrada principal de aquel hotel y me bajé aún cuando el auto seguía en marcha intentando no romperme un pie en el transcurso mientras descendía.
Me dirigí a la habitación que habían colocado a nombre de Lauren, antes de llegar al lugar pude escuchar una leve melodía y un suave tararear que traspasaba la puerta y hacía a mi corazón bombear más rápido de lo normal. Abrí un poco la puerta y me percaté que el lugar estaba completamente vacío pero el sonido incrementaba más con cada paso que daba, continué caminando hasta llegar a la puerta del baño principal de la habitación, abrí con cautela la puerta y en el reflejo del espejo pude ver la imagen de Lauren dentro de una gigantesca tina que estaba adornada con demasiados pétalos y velas; cerré la puerta con demasiada precaución y me recosté sobre la gigantesca cama, no podía dejar de pensar lo estúpida que había sido de reaccionar de esa manera con Lauren.
Cerré los ojos un momento y alcancé a detectar el aroma a menta y rosas que salía del cuarto de baño, era asombroso lo que Lauren podía hacerme con solo ingresar en una habitación.

-Pensé que tardarías más en la ducha .- dije mientras me acomodaba de una mejor manera sobre el colchón. Lauren pasó de largo y comenzó a secarse el cabello sin dirigirme siquiera la mirada.- ¿Por qué no me lo dijiste? .- le pregunté mientras me acercaba un poco para observar detalladamente su mano inflamada .- ¿No dirás nada?
Lauren dejó de secar su cabello y siguió siendo igual de indiferente como hasta ahora, tomó su celular y comenzó a marcar un par de números. No sé si era el olor que había inundado la habitación, el haberla visto en la tina o el solo hecho de que no fuera capaz de observar lo que me estaban haciendo reaccionar de esta manera pero sin pensarlo tomé su teléfono y lo lancé al otro lado de la habitación. Por primera vez desde que había salido de la ducha Lauren me había regalado una mirada, sus ojos se centraron en los míos tan intensamente que estoy segura que había comenzado a temblar sin darme cuenta.

-¡Qué es lo que ocurre contigo! ¿¡Porque no solo te quedaste a comer con Silvio!? .- En el rostro de Lauren podía ver la frustración reflejada, sus ojos estaban inyectados de dolor y un poco de rabia y sinceramente yo no entendía por qué. No había confiado en ella pero eso no era algo que antes le hubiera importado, Lauren se encargó de arrinconarme en una de las esquinas de la habitación
-Porque no podía concentrarme! Porque no quería comer lejos de una persona que fue capaz de defenderme y no lo tomé en cuenta! .- Necesitaba aligerar el ambiente, necesitaba reconocer mi error, que ella supiera lo mal que me sentía.
Lauren me aprisionó con sus brazos haciendo inutil un escape por mi parte, realmente yo no quería escapar nunca había tenido tan cerca a Lauren Jauregui, podía sentir sus respiraciones golpeando contra mi rostro y podía ingerir de una mejor manera el olor de su perfume, esta mujer era tan embriagante que me asustaba. Había convivido con tantas personas en mi vida que se me hacía imposible que una sola persona me hiciera rogar internamente porque me tocara aunque sea solo un poco.

Podía sentir toda la tensión que emanaba de su cuerpo y rogaba que por un momento ella pudiera romper la cordura y abalanzarse contra mi pero eso no pasó, Lauren tomó un fuerte respiro y tocó su cabello recién alisado para darme la espalda.- ¿Qué haces? .- Pregunté con la voz un poco entrecortada mientras la veía alejarse. Ella se dirigió al otro lado de la habitación y recogió su teléfono, volvió a marcar un par de números e ingresó nuevamente al baño.¡Esto había sido una completa estupidez! me recosté frustrada en la cama y debo admitir que un poco más que caliente, esto era oficial, no era la persona que Lauren Jauregui quisiera tener a su lado.

Lauren:
Había sentido la presencia de Camila desde antes de salir de la ducha, cuando ella estaba presente hacía que mis sentidos se intensificaran esa era una de las razones por las cuales no salía demasiado de la oficina; era difícil ver cómo ella podía desenvolverse sin ningún problema a mi alrededor y yo solo me quedaba petrificada. Había salido por años con Cara y nunca me había sentido tan estupida como me sentía con ella, salí del cuarto de baño para encontrarme con una Camila acostada en la cama, quería acostarme a su lado y solo quedarme ahí, observándola pero por alguna maldita razón ella tenía unos planes completamente diferentes.
-Pensé que tardarías más en la ducha .- dijo.- ¿Por qué no me lo dijiste? ¿No dirás nada?.
¿Qué quería que dijera? No me había dado la oportunidad de explicarte lo que había pasado! No se dio cuenta que era la primera vez que había golpeado a alguien y lo había hecho por ella, era obvio que no había comido con Silvio así que eso indicaría que tendría hambre en algún momento, no quería tener esta conversación sin que consumiera algún alimento así que lo mejor era llamar al hotel y pedirle servicio a la habitación.
Camila lanzó mi teléfono hasta el otro lado de la habitación provocando una reacción demasiado exaltada por mi parte, la arrincone en una de las esquinas de la habitación y podía oler perfectamente su perfume, me di a la tarea de analizar su rostro en todo su esplendor, sus cejas perfiladas y el contorno de sus labios que cada segundo me pedían más que impactara mi boca contra ellos, quería tomarla entre mis manos y besarla, tenía tantas ganas de saber porque todos se volvían locos por estar con Camila Cabello pero sabía que no era el momento, así que volví a hacer lo que cualquier persona con mis problemas haría ... alejarse.
Ese pequeño arrebato con Camila había provocado más que una alteración en mi corazón, podía sentir la excitación correr entre mis piernas y estaba segura que resultaría un fastidio si intentaba contenerla. Me dirigí al baño para poder concentrarme en mí un par de segundos, me retiré el pantalón sastre que traía puesto y comencé a descender por mi abdomen hasta llegar a mi entrepierna, la humedad que Camila había generado en mí era sorprendente, esta mujer podía cambiar mi estado de ánimo en un par de segundos y ni cuenta se daba. Comencé a realizar la tarea principal disfrutando de cada momento en el que mis dedos impactaban contra mi centro, era una sensación maravillosa que obligaba a mi cuerpo estremecerse de alguna manera tan diferente a las otras veces, podía escuchar la voz de Camila a lo lejos que comenzaba a gritar mi nombre y eso le estaba dando a mi cuerpo una razón para llegar más rápido al objetivo, comencé a cerrar mis ojos para dejarme llevar cuando la puerta amenazó con abrirse cortandome de esta manera toda la inspiración que tenía.
De mala gana abrí la puerta del baño encontrándome con una Camila completamente arreglada, ¿Cuánto tiempo me había tardado en ir al baño? Camila lucía un Jumpsuite en tonos vino demasiado escotado para mi gusto y unas zapatillas tan altas que casi estaba a mi altura, podía ver a la perfección su clavícula y el contorno de sus pechos, si el tenerla tan cerca hace algunos minutos me habían puesto demasiado caliente esta imagen de ella estaba haciendo un mejor trabajo.

-Iré a cenar con Mario, al parecer te molesta mi compañía y yo muero de hambre.
-¿Por qué dices que me molesta tu compañía?
-¡Es obvio Lauren! Hemos estado dos días aquí y no has podido estar ni un minuto cerca de mi! ¡No sé como pretendes que funcione la idea de que estamos saliendo si no eres capaz de convivir conmigo! .- Camila lucía increíble cuando se molestaba, con cada palabra que salía de su boca podía ver la movilidad de su pecho un poco más de cerca .- Estoy cansada de perseguir a Lauren Jauregui, estoy tan cansada de tus arrebatos y lo único que espero para esta última noche en Varadero es una excelente cena y al parecer un fascinante polvo de media noche.

La última oportunidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora