Capítulo 6

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20 de julio de 1995

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20 de julio de 1995. Madrid.

—¿Qué te parece? —pregunta Luis.

Norman se queda atónito ante lo que sus ojos están presenciando en estos momentos. Es más, está sin palabras. Ni siquiera sabe lo que decir. Lo diría, lo soltaría todo. Pero no puede. Simplemente no puede. Es tan absoluta y sincera su hermosura que se encuentra completamente mudo.

—¿Vas a decir algo o qué?

—Luis, esto es...

—No te gusta, ¿verdad? ¿Es eso? Lo sabía. He malgastado siete días de mi vida —se queja Luis, tirando el pincel que tenía en la mano hacia el suelo. Ni siquiera él mismo está convencido de que su trabajo constante durante esta última semana haya merecido la pena.

—Al contrario, Luis. Esto es... Esto es lo más bonito que he visto nunca.

—¿De verdad?

—De verdad.

—¿Es en serio? ¿O lo dices solo por compasión?

—No, no. Estoy siendo totalmente honesto. Luis, es el mejor cuadro que he visto nunca —Norman se acerca para verlo con más detalle. Cuanto más lo contempla, más bonito le parece. Incluso le dice que es un fanático del arte y que ha estado en muchas exposiciones y que nunca había visto nada igual—. Increíble. Es el cuadro más bonito del mundo.

—Gracias, gracias —se sonroja—. Entonces ¿te gusta?

—¿Tengo que darte un beso en los labios para decirte que me gusta?

—Creo que no será necesario.

—En serio, Luis. Como ya te he dicho, lo tuyo es de otro planeta. No entiendo por qué has estado escondido todos estos años.

—Inseguridades.

—Sé que no puedo quitártelas así de un día para otro, pero te lo digo en serio, Luis. Con solo este cuadro puedes convertirte en un artista de primera, en un artista famoso y amado por todos; en un artista que futuros estudiantes de la historia del arte estudiarán.

—No creo que sea para tanto...

—Lo es. De verdad, lo es. ¿Cómo lo has llamado, por cierto?

—"Dios con Ángeles".

—Para el nombre no te has comido mucho la cabeza.

—¿Qué otro nombre le podría poner si no?

—También es verdad.

En el cuadro se aprecia el cielo con nubes de diferentes tonalidades de azul por los laterales y la imagen de Dios en el centro subido en otra nube, esta vez, roja, rodeado de un gran destello de tonos anaranjados y ángeles tocando la trompeta. Luis no es mucho de pinturas de temática religiosa. Es más, ni siquiera es creyente. Pero ha sentido la necesidad de pintar este cuadro. Cree que, de esa manera, puede llegar a un público más extendido.

¿Por qué a mí? (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora