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003: Cuerposburbujeantes.
ISABELLA SE CANSÓ DE BAILAR Y REÍR. Sus mejillas comenzaron a dolerle de lo mucho que estaba sonriendo, pero es que sinceramente, la estaba pasando genial.
Alentó a Lindsay cuando se enfrasco en una competencia de Beer Pong con Noah Brown; habían apostado otra fiesta. Si Noah ganaba, Lindsay y su casa serían la próxima locación del siguiente viernes, y si Lindsay ganaba, el patio de Noah estaría repleto nuevamente.
Isa juraba que Lindsay era capaz de arrancarse su hígado con tal de ganar aquella apuesta. Tal vez le encantaba la idea de ser anfitriona, pero detestaba perder contra Noah. Y a pesar de que Noah la doblaba en peso y estatura, no soportó un sexto vaso de cerveza en su sistema cuando fue el primero en vomitar su preciada piscina.
Isabella felicitó a su amiga mientras contenía una arcada al ver al chico. El equipo de porristas festejó el logro de la pelirroja mientras los chicos se burlaron de Noah.
Volvieron a formar una ronda de baile, y tras la mitad de la primera canción, Isa sintió su garganta seca. Eran alrededor de las once y no había ingerido una sola gota de líquido. Así que se escabullo en dirección a la cocina.
Esquivó a los chicos que se agazapaban contra el umbral de la puerta que daba a la sala de estar, y se mezcló en el mundo de gente que ahora bailaban llenos de sudor y estaban pegajosos. Hizo una mueca de asco, pero suponía que la estaban pasando demasiado bien como para darle importancia.
A mitad de camino se chocó con una chica que retrocedía de espaldas hacia ella con un vaso de cerveza en su mano. Isa descubrió qué estaba algo ebria, porque ante el impacto, le costó estabilizarse y tuvo que ayudarla.
—Uh, lo siento. —se disculpó la castaña mientras sostenía a la chica.—¿Estás bien?
Ella se enderezó y dio sus ojos con ella, entonces Isa observó bien su rostro, pudiendo reconocerla y sonrió, naturalmente.
—Oh, Liz ¿cierto? —dijo mirando a la chica que antes conocía como media bronceada y pelinegra, ahora llevaba un tinte rubio que le quedaba realmente bien.—¡Por dios! ¡Amo tu cabello! ¡Casi no te reconozco!
Lizbeth soltó una risa burbujeante. —¡Gracias Isa! Necesitaba un cambio ¿No crees?
—No puedes haberlo dicho mejor. Me encanta.—Aseguró con sinceridad.
—Lo sé, a mi también.
Isabella le regalo otra sonrisa, y compartió otros halagos con la chica, después de un "nos vemos por ahi, diviértete" continuó con su misión; llegar a la cocina y obtener algo para hidratarse.
Volvió a meterse entre los estudiantes y logró cruzar el umbral, la cocina estaba mucho más vacía que el resto de la casa, salvo por algunas personas que comían algunos snacks y otras que reponían hielos.
