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006: Séptimo día.
AL QUINTO DÍA, Lindsay había desaparecido.
El mundo se sumió en un caos después de la visualización de la nave nodriza sobre ellos. La gente comenzó a conspirar, a volverse paranoica. Se activo La ley marcial, y toques de queda.
Habia un un interminable parloteo en internet y cobertura veinticuatro horas al día sobre la Llegada en todos los medios de comunicación. El día anterior el presidente se dirigió a la nación. . . y después desapareció en su bunker.
El mundo se dividió entre los que huían y los que resistían; la familia de Lindsay fue parte del primer grupo.
El día del sábado, Quinn e Isa despertaron con la noticia de que los padres de Lindsay enloquecieron y decidieron que lo mejor era escapar. Así que de un momento a otro, cargaron su auto con todas sus pertenencias, metieron a su hija dentro y se dirigieron a refugiarse cerca de los pantanos de Florida.
No la volvió a ver.
Quinn tampoco estaba más tranquila, el miedo se estaba adueñando poco a poco de ella. Los días nublados ni siquiera salía de su casa, aludiendo que tal vez Los Otros controlaban el clima y al desaparecer el sol, los aniquilarian. Así que Isabella veía a su amiga solo los días soleados.
Al séptimo día; una semana después de que las noticias solo se basen en sus nuevos visitantes galácticos, la gente que se quedó parecía convertida en zombies. Caminaban con la cabeza gacha, en un clima de oscuridad, incapaces de comprender lo que sucedía.
Cuando Isabella se encontró caminando por los pasillos de la preparatoria notó que gran parte del alumnado también escapó. Los saludos que recibía día a día disminuyeron, algunos apenas le sonreían. Y ninguna de sus amigas apareció aquel día.
A la hora del almuerzo, la gran mesa que compartían como con doce personas, estaba más deshabitada que nunca. Al dirigirse allí, se encontró solo con Nikkie, Chloe, Gregg y Noah. Todos quejándose de no encontrar algo diferente en las redes sociales.
—¡Isa! —saludó Nikkie cuando se dejó caer frente a ella.—Me alegra que sigas aquí.
Isabella le regaló una sonrisa de labios sellados. —No tengo planeado irme tampoco.—respondió.
—Tessa abandonó la ciudad por la madrugada.—contó. —Sin Tessa, Ally, Maddie, Kylie, y ni Lindsay ni Quinn, solo quedamos ocho. Éste equipo se viene abajo.
—Hey, Quinn no se fue a ninguna parte.—corrigió señalandola con su tenedor de plástico.—Solo se salta ciertos días, ¿De verdad crees que esa chica abandonará el equipo?
Chloe se encogió de hombros. —Viene cancelando tres prácticas seguidas, incluyendo la de hoy.
—Bueno, tal vez es momento de que aprovechen sus tardes libres y descansen.—recomendó Isa, tratando de alejar la negatividad de las chicas.—¿Acaso no les agrada tener la tarde libre?
