El Césped es Verde | Junghope |

6

La fiesta en la playa se había convertido en algo demasiado loco para Jungkook. Después de algunas horas las personas comenzaron a estar demasiado borrachas y ya nada hacía sentido. Él también había bebido y, aunque al inicio su intención también fue perder la consciencia, terminó por dejar de tomar la cuarta botella.

En lugar de eso, miró a su alrededor. Ciertamente era increíble que hubiera logrado armar aquella gran fiesta con tan solo pasar la tarjeta de crédito. Muchas cosas pasaron en ese tiempo. Namjoon y Hwasa se habían besado, Wendy había convencido a media fiesta de meterse al mar, Yoongi había estado a su lado con un brazo sobre su hombro mientras bebía y le decía a todos que Jungkook había salvado la noche.

Sinceramente muchas cosas pasaron, pero ahora sentía como que se había quedado en una burbuja mientras los demás reían, gritaban, bailaban y bebían a su alrededor. Casi como si todos se hubieran vuelto borrosos, como si él los estuviera viendo desde afuera.

La verdad era que él no los conocía demasiado, tal vez con el pasar del tiempo no se sentiría de ésta extraña forma. Tal vez más adelante podría estar metido en el mar durante la noche, sin miedo de que algún animal extraño aparezca por el agua oscura. Tal vez podría estar besando a su crush como le había pasado a Namjoon. Tal vez podría haberse mantenido abrazado a Yoongi hasta quedarse dormidos por tanta bebida, en vez de animarlo a seguir solo en la fiesta. No lo sabía, muchas cosas podrían pasar en el futuro. Ni siquiera sabía cuánto tiempo le dejaría Hoseok gastar esa cantidad exorbitante de dinero sólo porque sí.

Así que, viendo que ya no estaba disfrutando aquello, se puso de pie, pues se encontraba sentado cerca de la fogata que ya estaba por apagarse. Se dió cuenta de que tal vez no estaba tan sobrio como le habría gustado estar, pues al ponerse de pie se tambaleó un poco, pero fue algo que controló rápidamente.

Caminó hacía la orilla de la playa y quitó sus zapatos para poder caminar sobre la arena mojada por las olas. Aún no se acostumbraba al hermoso paisaje del mar, por lo que se perdió un poco en él mientras caminaba. Fue así hasta que notó que estaba cerca del hotel, gracias a las palmeras que lo delimitaban. Sin embargo, notó que frente a éste, apenas iluminado por las luces del hotel, había alguien de pie mirando hacia el mar.

No pensó mucho en esa persona que estaba observando aquel mismo paisaje, hasta que al acercarse más notó que se trataba de la persona con la que estaba enojado en el momento. Bufó con un poco de molestia y se giró hacia las palmeras, pero notó que Hoseok se movió por lo que giró el rostro hacia él y dejó de caminar cuando lo vió observando la pantalla encendida del puto celular.

Iba a dejarlo ahí, pero luego Hoseok lanzó el celular al mar.

Sus ojos vieron aquello casi en cámara lenta, no es que lo hubiera lanzado con demasiada fuerza, pero sí la suficiente para que se perdiera entre las olas. Le pareció extraño porque todo lo que Hoseok hacía era mirar la pantalla de ese celular, no supo por qué aquello lo hizo sentir un poco inestable.

Así que cuando Hoseok se giró y comenzó a caminar por la playa hacia el lado contrario del pueblo/ciudad costera, lo siguió. El chico parecía no haberse dado cuenta para nada de su presencia, lo supo porque no se giró hacia atrás ni una tan sola vez.

Hoseok simplemente siguió caminando, después de algunos minutos se detuvo y sacó sus zapatos, lanzándolos al mar también. Continuó caminando, ésta vez metiendo sus pies al agua.

Jungkook no podía pensar en nada específicamente, solamente pensaba preguntas: ¿Por qué lanzó su celular? ¿Qué va a hacer ahora que no tiene su celular? ¿Irá a comprar uno nuevo? ¿Por qué lanzó sus zapatos? ¿Por qué no los dejó a la orilla de la playa simplemente? ¿Hacia dónde va? ¿Irá a algún lugar específico o simplemente está caminando a la orilla de la playa?

¿Se dará cuenta de que lo estoy siguiendo? ¿Si se da cuenta se va a enojar conmigo? ¿Si se da cuenta me va a ignorar?

Estas preguntas se repetían una y otra vez mientras avanzaba con su mirada enfocada en el chico que caminaba frente a él.

Después de algunos minutos más, en el horizonte, logró ver un muelle, un poco más pequeño que el que había visto antes. A medida se acercaban a éste, el muelle comenzó a llamar más su atención. Se notaba bastante viejo, incluso se balanceaba un poco con las olas del mar. Con la poca luz de la noche notaba que la madera se miraba ya algo carcomida y cuando estuvieron más cerca, notó que en la base se habían acumulado piedras que probablemente el mar había traído en algún momento.

La entrada a aquel muelle estaba cerrada con algunas cuerdas y tenía un letrero muy viejo donde apenas se leía un "fuera de uso, ¡Peligro!"

Aquellas señales parecieron importarle poco a Hoseok, pues se agachó pasando bajo las cuerdas que sellaban la entrada y entró al muelle como si nada, como si éste no estuviera balanceándose, como si la madera no estuviera rechinando con cada balanceo.

Jungkook se detuvo en la entrada al muelle y se comenzó a decir a sí mismo que no estaba lo suficientemente ebrio como para seguir a Hoseok al muelle. Pero al parecer su cuerpo no pensaba lo mismo que su mente, pues se agachó al igual que Hoseok y pasó bajo las cuerdas, entrando al muelle.

Se quedó de pie unos segundos sobre la poco confiable madera y levantó la mirada hacia el resto del muelle, observando que Hoseok ya iba caminando a la mitad de éste como si nada.

─ Por la mierda, está loco... ─ Susurró con asombro.

Comenzó a caminar lentamente sobre la madera con sus pies descalzos, escuchando como la madera sonaba un poco a cada paso. Aquello pareció alertar a Hoseok, pues éste se giró bruscamente y lo miró con los ojos bastante abiertos. Ambos se sostuvieron la mirada en un extraño momento de total confusión. Hasta que Hoseok se giró y comenzó a correr.

Fue entonces cuando Jungkook lo entendió y agradeció que su cuerpo comenzara a actuar casi por sí solo. No supo por qué corrió con todas sus fuerzas, casi sintiendo sus músculos resentir el esfuerzo. Se olvidó por completo de que el muelle se balanceaba, se olvidó de que la madera estaba en mal estado, se olvidó del fuerte rechinar y lo único que sonaba en su cabeza era una voz un poco desesperada pidiendo a gritos que lo alcanzara.

Llegó tan cerca de él como pudo y estiró sus brazos con fuerza hacia adelante, envolviendolo en un fuerte abrazo que provocó que ambos se tambalearan hasta casi caer al suelo y que Hoseok se quejara por el golpe ocasionado por el choque del cuerpo de Jungkook contra el suyo.

─ ¡¿Qué mierda te pasa?! ─ Le gritó Jungkook abrazándolo tan fuerte por los nervios de lo que acababa de pasar, sintiéndose demasiado ansioso y sin saber cómo calmarse del golpe de adrenalina que había recibido. No podía evitar apretar a Hoseok lo más fuerte que podía contra él, pensando en que no debía soltarlo.

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