XXVII.

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AMALIA.

—A la cuenta de tres, ¿ok? —[ok]—. Uno, dos y... Tres.

Huxley y su papá me trasladan a la silla de ruedas.

Hoy, después de lo que parecieron ser tres muy largas semanas, por fin salgo del hospital.

Me gustaría decir que ya estoy completamente bien, pero la verdad, todavía no puedo moverme o por lo menos, no mucho.

El lado bueno es que puedo hablar, aunque tampoco es mucho porque me duele todo por el más mínimo esfuerzo todavía.

Suelto un quejido de dolor e intento regular mi respiración para que el dolor agudo pase.

—¿Estás bien? —me inquiere Huxley preocupado.

—Due... —tomo aire para completar la frase—...le.

Huxley se pone a mi estatura y agarra mi mano no lastimada.

—Regula tu respiración para que duela menos, ¿ok?

No digo nada e intento hacer lo que él me dijo.

—Tenemos que acomodarla bien —comenta el padre de Huxley—. Se puede caer.

—Esta bien —dice Huxley.

Ambos me acomodan correctamente en la silla y yo suelto un quejido de dolor.

—Mucho mejor —comenta el padre de Huxley y después voltea a ver este último— ¿Cómo la vamos a subir a su habitación?

—Hice que construyeran una habitación abajo y que la acondicionaran para ella —revela Huxley.

—Entonces llévala a la habitación mientras yo voy a hablar con tu mamá, ¿entendido?

—Sí. 

Huxley se pone detrás mío y empieza a moverme con la silla de ruedas mientras su papá nos abre la puerta del castillo antes de irse a otro lado.

—Ok —deja mi maleta en la esquina de la cama y se acerca a mí—. Voy a ponerte en la cama.

Asiento ligeramente antes de que él me cargue y me deje acostada en la cama.

—¿Te duele mucho? —[un poco]— ¿Tienes frio?

Niego.

—¿Hambre? —vuelvo a negar— ¿Estas cómoda?

Asiento.

—Ya que estarás algún tiempo en cama, he planeado algunas actividades para que no te aburras, no son muy entretenidas, pero creo que a lo mejor pueden gustarte —me informa— ¿Cuál es tu genero de película favorita?

[Películas y documentales policiacos]

Huxley me ve un poco sorprendido.

—Ok, eso no me lo esperaba —comenta—. Aunque, de alguna de forma, tiene un poco de sentido.

Lo veo confundida.

—Por algo estudias criminología —me dice y ahí entiendo a que se refería anteriormente, aunque, en realidad, eso no tiene nada que ver con que me gusten las películas y documentales policiacos—. Ahora que lo recuerdo, solo te falta un semestre en la universidad para que... —su celular empieza a sonar y él contesta— ¿Diga? No, aja, idiota, por lo menos me tienen más paciencia que a ti, mmm... —me voltea a ver—. Tengo que consultarlo antes con mi chocolatina —lo veo confundida—. Sí, ok, luego te aviso, bye.

Termina la llamada y vuelve a guardar su celular en el bolsillo de su pantalón.

—Era Brian, ¿lo recuerdas? —[Sí]—. Bueno, Rose y él tienen que salir de viaje y no tienen a nadie que cuide a sus hijos, así que nos preguntaron si pueden quedarse con nosotros, ¿qué dices?

LA CHOCOLATINA DEL REYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora