XXXXIV (11/19)

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AMALIA.

—Ok, una vez más, ¿lista? —asiento—. A la cuenta de uno.., dos.., ¡y tres!

Austin me lanza el golpe y yo lo esquivo al mismo tiempo que le pegó.

Empezamos a pelear y después de un largo tiempo y por primera vez en largo tiempo, termino ganando yo.

—Muy bien —se levanta del piso adolorido—. Te felicito, lo has hecho muy bien.

Sonrió muy feliz y contenta que siento que en cualquier momento voy a empezar a dar brincos de la emoción.

—Ey —nos dice Paxton cuando nos ve a aparecer en la sala— ¿Cómo les ha ido? ¿Mi chocolatina por fin te dio la paliza que mereces?

—Lamento informarte que... Así es —le contesta Austin sentándose en la mesa, ya que mi soulmate está sirviendo el desayuno—. Sinceramente, pensé que no alcanzaría a entrenarla bien, pero me equivoqué, aprende rápido.

—Aw, gracias —le digo.

—Aunque eso no quita el hecho de que necesita esforzarse más por ser humana —añade.

—No por mucho tiempo.

Paxton sonríe al decir eso y yo igual.

—¿¡En serio ya van a...!? —asentimos—. Wow, no pensé que lo hicieran tan pronto.

—Es lo mejor —dice mi pareja sentándose en la mesa con nosotros para desayunar—. Estamos en medio de una guerra, que mi chocolatina siga siendo humana no es muy conveniente, aunque esté aprendiendo como defenderse.

—Además, estaré mejor si me convierto en una licántropa, no digo que ser humana sea malo —añado—, pero tiene más desventajas que ventajas sinceramente.

—¿Y cuándo lo van a hacer? —nos cuestiona—. Si es que se puede saber, claro.

Paxton me voltea a ver esperando mi aprobación y yo solo asiento.

—Lo haremos en la época de celo —le revela.

—Pero si todavía falta para eso, ¿no es mejor que lo hagan antes?

—Sí, pero sabes bien que para convertir a tu soulmate en tu misma especie se requiere de varios días y de mucha actividad sexual, así que por eso decidimos hacerlo hasta el celo —le informa Paxton—, así nos ahorramos tiempo que no sabemos si vamos a tener.

—En ese caso... —Austin me voltea a ver—, te deseo suerte, el cambio de especie es bastante agotador y en el celo será peor.

—Lo sé, pero no es nada que no pueda soportar —le digo— o eso espero.

—Por cierto, ¿hasta cuándo seguirás aquí? —le pregunta Paxton a Austin—. No es que me moleste tu presencia, pero... ¿No te aburres de estar aquí?

—Hay formas más sutiles de decir que quieres que me vaya, primito —le dice Austin—. O puedes decírmelo directamente, no hay ningún problema.

—Quiero que te vayas de nuestra casa.

—¿Por qué no me sorprende? —cuestiona irónicamente Austin—. Sé que no lo puedes evitar, pero dale un descanso a la pobre de Mía, a este paso si sale embarazada en cualquier momento no me sorprendería.

—Nos cuidamos para que eso no suceda —le informo—. No estamos listos para ser padres y mucho menos en medio de una guerra entre los rogues.

—¿En serio? —asiento—. Pero... —Paxton casparrea—. Olvídalo.

Lo veo confundida a ambos mientras ellos desayunan, la diferencia es que Austin lo hace con una expresión de confusión y Paxton con una expresión neutra que por más que lo intento, no la logro descifrar.

¿Qué esta pasando?

🍋🍋🍋🍋🍋

—¿En qué tanto piensas?

Lo volteo a ver brevemente antes de seguir jugando con los dedos de su mano.

—En nada importante —le respondo.

—Mientes —me dice— ¿Hay algo que te preocupa? Sabes que estoy para escucharte.

Lo pienso bien antes de hablar.

—Pues... En el internado nos prepararon para casi cualquier situación cuando nuestro soulmate nos encontrará y normalmente, las que resultaban siendo lunas empezaban una nueva vida dejando muchas cosas atrás, de hecho, muchas de ellas que estudiaban dejaron de hacerlo para dedicarse a su soulmate.

—Sabes que yo nunca te pediría algo que no quisieras hacer.

—Lo sé, pero lo he pensado y... Voy a dejar la universidad —le revelo—. Es lo mejor para todos.

LA CHOCOLATINA DEL REYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora