40. El miedo puede matarte.

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Luzu disfrutaba de ver a quackity bajo su cuerpo, disfrutaba sus gemidos y el cómo le decía que se sentía bien por cada golpe dulce dentro de él. Luego de hacerlo, se recostaron en la cama jadeando antes de caer dormido con quackity abrazando su espalda adormecido.

Despertó sintiendo frío en su espalda, bostezó notando que había quedado solo en la cama -¿quackity?- susurró sin verlo en la habitación -¡Quackity!

Volvió a llamar vistiendo sus piernas desnudas saliendo hasta la sala con ningún alma presente -¿qué mierda?

Notó que entre los platos de la cocina cayó una hoja de papel arrugada, de inmediato la sujetó leyendo la tinta del lápiz que parecía ser escrita de forma rápida.

"Luzu, perdóname, sé que dije que me quedaría con ustedes pero tengo que arreglar un asunto con una persona, voy a volver en unas horas! Lo prometo, perdóname.

Con amor; quackity."

Sabía y entendía que quackity era un adulto ya, podía tomar sus decisiones y sobre todo arreglar sus problemas con otras personas, podía salir sin avisar porque nadie de allí era su papá o mamá. Pero otra cosa que sabía de él, es que quackity era manipulable, era sobre todo débil aunque no quisiera aceptarlo, tenía tanto que sanar que sabía que cualquier comentario lo llevaría a su cabeza.

Tenía miedo, algo escarbaba en su cabeza, había pasado 3 horas durmiendo, ¿por qué quackity no había llegado a esa hora? La ansiedad comió su estómago entero, arrugó a un más la carta mordiendo el paladar de su lengua.

Sentía miedo, sentía que había perdido el control, ¿y cómo se supone que era un alfa sin control? Jadeó tratando de ver tan sólo sus pies, no sabía cómo actuar o qué decir, su teléfono estaba dentro de sus bolsillos; lo sacó.

Marcaba a alexby, una y otra vez escuchando el tono de llamada desde sus tímpanos, duró un siglo, pensando en todo y a la vez en nada -¡Alex!

-Luzu, estoy ocupado ahora perdón, necesito irme- su tono estaba estresado, más serio de lo normal, respiraba agitado como si hubiera corrido -Alex, quackity, ¿lo has visto?

-Carajo, luzu, te dije que estoy ocupado, ¿¡y ese no estaba contigo, yo que mierda tengo que ver?!

-¡QUE SE FUE Y NO SÉ DÓNDE ESTÁ, PUEDES DEJAR DE ALTERARTE POR UN SEGUNDO!- jadearon a la par, los dos estaban agitados; todo había pasado tan rápido en un lapso tan corto.

-...¿lo llamaste, llamaste a vegetta o a fargan?- su voz se había roto, luzu tomaba bocanadas de aire -No sé qué hacer, estoy asustado.

-Yo lo arreglo- dijo antes de colgar, luzu se desmoronó, sus rodillas se debilitaron haciéndolo caer a un lado del suelo, había perdido el control, lo había perdido a él, tenía tantas ideas en la cabeza pero a la vez no estaba pensando en nada. Una sensación horrible que caía desde su cabeza hasta su pecho mismo.

Marcaba como pudo los números, hasta llegar al de vegetta, ni siquiera pensaba bien lo más sensato sería alertar a las autoridades, pero ni siquiera tenía fuerza para aquello. Ni siquiera pensó el porqué alexby parecía agitado, ni aunque estuviera molesto le habría gritado de tal forma.

(...) Horas antes.

Willy tenía en brazos a aquel chico castaño desde sus cabellos, le recostó en la cama acariciando su cabeza con una media sonrisa en su rostro, salió de la habitación cerrando la puerta con cuidado de no provocar algún sonido de la madera contra el suelo.

"Nunca lo había visto tan borracho" pensó, antes de que aquella burbuja suya fuera explotada por dos golpecitos en la puerta principal, abrió la manilla con suavidad encontrándose un clima lluvioso donde yacía alexby, el de menor estatura viéndolo con los brazos cruzados y mojado hasta los tobillos.

-Willy- susurró entrando a la casa ensuciando la madera de barro, quitó sus zapatos en la entrada desabrochando los cordones -Donde está él?

-Él está bien, te sirvo algo para...- sin cesar alexby se adentró en la casa golpeando levemente el hombro de Willy quien solo se dignó a cerrar la puerta sin protestar.

-Fargan!- vio en aquella pequeña habitación el cuerpo de fargan postrado en el colchón cuando parpadeo al escuchar la dulce voz del menor.

-Hey, eres alex- hizo una mueca apretando uno de sus puños al ver al policía de uniforme acostado como si fuera un niño -¿Qué tanto tomó?

Sin ver a Willy preguntó quien yacía detrás de él -Cómo 10 o más- alexby rodó los ojos sacándose la capucha donde caían gotas de agua.

-Traere pastillas para la resaca- menciona el rubio cerrando la puerta de la habitación -¿Qué carajos crees que haces, fargan?

-Tal vez...beber- río con torpeza dejando caer su cabeza; alexby sujetó su cuello apoyándola en su pecho pequeño -¿Qué tan mal estarías para beber tanto?

-...estoy horrible- sudaba como cerdo, sin embargo a alexby seguía siendo su soporte de peso -Quackity me necesitaba y yo tenía miedo.

-Todos lo tenemos- susurró dándole un beso en sus castaños cabellos -Yo también te necesito, fargan.

-Yo te necesito a ti, alexby- algunas lágrimas brotaron de los ojos rojizos de fargan, quien se aferró a la cintura de alexby confundiendo al mismo.

-¿Fargan?

-Me he enamorado de ti, de tu belleza, de tus ojos, de tu cabello, de tus virtudes y tus imperfecciones, podría vivir una vida entera a tu lado si tan sólo me lo permitieras- a veces, alexby soñaba con escuchar esas palabras de la gente a la cual quería.

Cuando se enamoraba de chicas que lo ocupaban como el tipo de las tareas, cuando chicos le engañaban teniendo sexo con él y luego diciendo "no soy gay". A veces él fantaseaba con un castillo donde a la gente que le daba amor se lo entregará de buena forma.

Nunca se imagino, que su mejor amigo, el cual había compartido su vida con él y viceversa le diría aquello, no se lo esperaba. Y aunque lo hubiera deseado, se sentía agrio, como un pedazo de crema que solo servía para saborear, no sabía si era por el sueño, o simplemente esperaba que fargan sintiera lo mismo que él; diversión.

Fargan sollozaba en su pecho con las manos rozando la cadera de alexby, quien abría los labios tratando de conjuntar palabras sin poder decirlas -perdón.

Fargan podía saber cuál era la respuesta con tan solo ver el reflejo de sus ojos apuntarlo.

ᵍʰᵒˢᵗ ᵇᵒʸ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora