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Trío de oro

Llevo media hora delante de la casa de Stiles. No me atrevo a tocar. Le he estado dando vueltas a esto más de una hora desde que Stiles se fue. Creo que ambos estábamos arrepentidos de lo sucedido, así que no tenía sentido alargarlo más.

Voy a tocar al timbre cuando empiezo a escuchar una conversación de dentro de la casa.

"-No estés así, Stiles. Solo necesita tiempo -habla Noah, intentando tranquilizar a su hijo.

-No lo entiendes, papá. La he fastidiado por completo, no va a perdonarme. Soy un idiota. Acabo de perder a mi mejor amiga. ¿Qué voy a hacer ahora? -dice en tono derrotado -. Nada tiene sentido sin ella, papá. La quiero mucho, ¿sabes?

-Sí, hijo. Lo sé.

-Y le dije que se moriría por ser como Lydia. Menuda estupidez, ¿verdad? Lizzie no tiene nada que envidiarle. Es perfecta, y yo le he hecho creer que no lo es...

Toco al timbre cuando siento que ya he escuchado suficiente.

-Abre tú, Stiles.

Abre la puerta, se le nota cansado. Pero su expresión cambia por completo cuando me ve. Al principio parece sorprendido, pero la sorpresa pronto empieza a convertirse en expectación.

-Qu-...

No le dejo hablar. En ese momento me lanzo a sus brazos y le doy el abrazo que tanto he deseado darle en estos días. En el primer momento se queda quieto, no se lo esperaba, pero seguidamente me corresponde. No puedo evitar que unas lágrimas se deslicen por mis mejillas.

-Lo siento mucho, Stiles -digo entre sollozos -. Lo siento mucho.

-No pasa nada. Ahora todo está bien.

Me separo y le miro a los ojos, aún entre sus brazos. Sus ojos están brillantes por las lágrimas que amenazan con caer. Stiles tenía unos ojos preciosos. Al mirarlos era imposible no perderte en ellos. Él también me miraba. Sonreímos y volvemos a abrazarnos.

-Menos mal -dice una voz detrás nuestra -. Ya era hora.

Noah nos mira con una sonrisa desde el salón.

-Hay pizza en la cocina por si quieres quedarte a cenar.

Acepto la propuesta de Noah y Stiles y yo vamos a la cocina. Cenamos entre risas y bromas. Había echado mucho de menos esto. Conversaciones triviales con Stiles con las que era imposible aburrirte. Nos ponemos al día sobre los sucesos de la semana, y por un momento somos dos adolescentes normales.

En medio de la cena mi teléfono empieza a sonar, no dudo en cogerlo cuando veo el nombre en la pantalla.

-Scott, ¿qué pasa? -su voz suena entrecortada, no puedo escucharle -. No te escucho bien, Scott. Habla más despacio.

Vuelve a repetirlo todo, ahora más calmado.

-Qué... -mi respiración se detiene cuando le escucho. No podía estar hablando en serio.

-Lizzie, ¿está todo bien? -Stiles parece haberse dado cuenta de mi cambio repentino, ya que se acerca a mí -. Lizzie, ¿quién es?

Cuelgo la llamada y cojo aire.

-Era Scott -digo -. Peter Hale pretende morder a mi madre.

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Estamos tras el coche de Peter. Después de enterarnos que el hombre lobo pretendía morder a nuestra madre como incentivo para que Scott se uniese a su manada, tuvimos que hacer algo al respecto. Mi hermano nos dijo que Peter había invitado a mamá a cenar, así que les estábamos siguiendo.

Discover | Teen Wolf | (T1-2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora