Discover | Teen Wolf | (T1-2)

~33~

Lecciones amorosas

Siete y media. Centro comercial.

Stiles había acabado convenciéndome de todo el drama de Lydia. Estábamos frente a la floristería a punto de entrar a comprar un regalo para ella.

-¿Cuáles le gustarán? -pregunta Stiles nervioso cuando la dependienta saca cinco tipos diferentes de ramos.

-No sé, Stiles. Todos son bonitos.

Sigo sin entender por qué pretende que puedo ayudarle, no tengo ni la más remota idea de los gustos de Lydia.

Stiles evalúa todos los ramos antes de volver a hablar -. ¿Cuál te gusta a ti?

-Las margaritas -contesto en seguida -. Son mi flor favorita.

Piensa la decisión unos segundos. -Deme un ramo variado, por favor -demanda a la chica del mostrador.

Pongo los ojos en blanco ante su contestación.

-Que decisión tan arriesgada -comento de forma sarcástica.

-Calla. Había que ir a lo seguro.

Me río y ambos esperamos el ramo, apoyados en el mostrador.

-¿Crees que le gustará? -cuestiona con el mismo nerviosismo de antes.

-Stiles, deberías dejar de preocuparte tanto por esto.

-Ya. Lo sé. Solo quiero que sea perfecto -confiesa.

-Y eso es genial. Pero no puedes dejar que te afecte tanto, ¿de acuerdo? -murmuro apoyando mi mano en su hombro -. Todo saldrá bien si eres como siempre.

-¿Y si no le gusto?

-Entonces, Lydia será más idiota de lo que pensaba.

Stiles me mira con una mirada acusadora.

-Estoy bromeando -digo excusándome de la frase anterior -. Si a Lydia no le gustas por quien eres, entonces no es la chica que te mereces. Y no pasaría nada, Stiles. A veces, es difícil encontrar a la persona correcta.

-Y, ¿cómo sabré si lo es?

-Cuando la encuentres lo sabrás -digo mientras le miro -. Lo sentirás.

-¿Tú lo has sentido alguna vez? -pregunta curioso.

-Sí. Bueno, eso creo -digo confundida y aparto la mirada de sus ojos. Esos ojos que me hacían sentir tanto. No sabía si Stiles era la persona correcta, es decir, ¿puede un amor no correspondido ser el correcto? No lo sé. Supongo que no. Supongo que una persona que no te ve a ti de la misma manera, no puede ser la correcta. Pero, a veces no se sentía así. En ocasiones, cuando le miraba a los ojos, sentía que él era el lugar donde debía estar.

Stiles va a añadir algo, pero en ese momento llega la dependienta de la tienda con el ramo de flores. Salimos de allí oliendo a rosas y amapolas, con un sentimiento diferente. Después de esta conversación sentía que algo había cambiado, y no sabía decir exactamente el qué.

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-Lo mejor será que las pongas en agua hasta mañana.

-¿Y no se marchitarán?

-Ya te he dicho...

-¿Stiles? -la voz del señor Stilinski sale del salón -. Oh, hola, Lizzie. Me alegro de verte.

-Igualmente, Noah -le dedico una sonrisa sincera. Él pasa la mirada por nosotros unos instantes antes de fijarse en las manos de Stiles.

-¿Le has comprado flores a Lizzie? Vaya, que detalle -exclama con una sonrisa de oreja a oreja.