Capítulo 1: No fue una tragedia

822 23 4
                                    

Era un día soleado con muchas nubes blancas, el día era caluroso y no ayudaba ir por el asfalto de la carretera; pero por suerte nuestros protagonistas iban en un carro amarillo en forma de escarabajo con el aire acondicionado encendido. Entre ellos estaban cinco niños y un adulto mayor, Genta Kojima, Conan Edogawa, Ayumi Yoshida y Mitsuhiko Tsubaraya en la parte trasera del auto; de piloto el profesor Agasa y de copiloto Ai Haibara.

El mocoso de lentes como el obsesionado que es, estaba mirando la transmisión en vivo de un tren bala del gobernador.

—Estoy muy emocionado por esta "Exposición del enorme universo''. —exclamó alegre Mitsuhiko mirando un panfleto.

—He oído que tienen simulaciones de viajes espaciales. —le siguió entusiasmado Genta.

—¡Ayumi quiere intentarlo! —afirmó Ayumi, los tres seguían alegres sin notar al detective tan ensimismado.

—Pero, parece que alguien está preocupado por algo más. —dijo Haibara divertida viendo de reojo al chico, tomándolo desprevenido.

—Uhg.

—¿Estás intrigado? —preguntó curioso el profesor dándole un vistazo rápido al pequeño que ha visto crecer y encoger. —Acerca de lo que Mouri escuchó del inspector Megure, la carta con amenazas que recibió el gobernador.

—Si, espero que no ocurra nada. —comentó neutral, volviendo su atención a la transmisión. Allí se vio como el hombre tan importante entraba en el tren coincidiendo cuando el coche entró a un túnel.

—Eso me recuerda, este túnel. —exclamó Mitsuhiko aprovechando tener el tema, para ganarse su sobrenombre de "listillo". —Va junto a la línea de Toto.

—Si. —confirmó el detective infantil. —Se encuentra con la línea de Toto y pasa por debajo de ella, van paralelas por un kilómetro. —dijo antes de señalar una curva que estaban a punto de dar. —Esa curva, después de tomarla estaremos junto con la línea de Toto. —sus palabras se detuvieron al ver un extraño sujeto con una sonrisa maquiavélica en una zona de descanso sin ningún tipo de transporte cercano. Esto prendió las alertas de su cabeza, haciendo cuestionar los motivos de esa persona.

Mientras pensaba en la razón del sospechoso para estar allí, vio en el techo del túnel algo negro rectangular. Asustado con las probabilidades que se le estaban ocurriendo encendió sus lentes, descubriendo efectivamente lo que era, unas bombas.

—¡Profesor para el coche! —afirmó con seriedad.

—¡¿Qué?! —soltó sorprendido sin dejar de conducir.

—¡Bombas, alguien ha puesto bombas en el túnel! —dio su explicación de inmediato.

—¡¡Bombas!! —soltó alterado Mitsuhiko.

—¡¿Qué?! —le siguió alarmada Ayumi.

—¿Eh? —finalizó Genta extrañado.

—¡¿Has dicho bombas?! —preguntó aterrado el viejo, el auto se desvío por unos segundos; sin embargo, este no se detuvo. —Pero... —el hombre mayor no podía parar debido a que había autos delante y detrás de él. —¡No puedo parar hasta la próxima área de servicio!

Cuando por fin salieron del túnel, Conan salió empujando a Genta de paso, monto en su monopatín y miro a Ai, esta solo asintió y él entro al túnel, el pequeño detective sorprendía a los autos que venían, tratando de no arrollarlo, subió al techo viendo las bombas, para volver abajo y recorrer unos metros más, cuando se dio cuenta que el criminal oprimió el botón de la bomba, el tiempo se acababa así que llamó a Megure.

—Aquí Megure. —le respondió el inspector manteniendo la seriedad que usa en su trabajo, en especial al vigilar a un hombre tan importante como lo estaba haciendo.

—¡Soy Kudo! —respondió apresurado. —¡Paren el tren rápido! ¡Hay bombas debajo del tren! —soltó de golpe, no espero mucho para colgar de nuevo.

—¡¿Bombas?! —al estar todos los policías conectados escucharon esas palabras, tanto Sato como Takagi se apresuraron a parar el tren.

Mientras esto sucedía, Conan se detenía en medio de la carretera con su monopatín en las manos, logrando su cometido; sin embargo, el impacto ocasionó una expansión que logró mover los vehículos hacia atrás por suerte sin ningún herido.

 —¿Un terremoto? —preguntó Ayumi extrañada al sentir el movimiento en el suelo.

—No, no es eso... —arrugó el entrecejo preocupada, Haibara.

Los niños y el viejo lograron ver como el tren salía desbordado por la carretera.

—Esto es malo, si no recuerdo mal, ¡hay una curva más adelante! —exclamó asustado Agasa.

El tren seguía en movimiento, todos deseando que se detuviera, sino ocurría una gran catástrofe; pero los esfuerzos del detective no deben desperdiciarse, el tren logró detenerse y absolutamente todos lograron salvarse.

Detective Conan: 15 Minutos de Silencio

Soy el detective de preparatoria Shinichi Kudo, un día fui al parque de atracciones con mi amiga de la infancia, Ran Mouri. 

Fui testigo de unas negociaciones con unos hombres de negro, estaba tan concentrado en la negociación que no me di cuenta que su cómplice estaba detrás mío y me golpeó, ese hombre me dio una droga y cuando desperté... 

¡Mi cuerpo se había encogido! 

Si descubren que Shinichi Kudo sigue vivo, pondría en peligro a todas las personas que me conocen, después de escuchar el consejo del Profesor Agasa, decidí ocultar mi identidad y cuando Ran me pregunto por mi nombre, le dije que me llamaba: "Conan Edowawa", para reunir más información de los hombres de negro me fui a vivir con el padre de Ran que es detective privado.

Estos chicos son mis compañeros de clase: Genta, Mitsuhiko, Ayumi, ellos forman los "Shonen Tantei" y me forzaron a unirme.

También está el hombre mayor es Mouri Kogoro, con él no se necesita explicar ¿o si? 

Los objetos que me ayudan con él, son inventos del Profesor Agasa, el profesor ha ido inventado objetos únicos uno tras otro, adaptado para mi encogida forma, el cinturón infla-balones y el centro de atención esta vez, una tabla de snowboard de alto rendimiento, al pisar el pedal de aceleración permite moverse aun cuando no está en una pendiente, por supuesto porque mi monopatín tiene un motor turbo.

Por cierto, los que conocen mi verdadera identidad aparte de Agasa son... mi novia Ai Haibara, su nombre real es Shiho Miyano, ella era originalmente un miembro de la Organización de los Hombres de Negro; pero después de un incidente, ella decidió acabar con su vida e ingirió la misma droga que yo fui obligado a tomar, por lo que su cuerpo encogió de igual forma, ahora con la presencia de Ai que vive con el profesor tuvimos que seguir con nuestra vida como niños de primaria, aunque sin ella creo que ya me hubiera vuelto loco con tantos niños.

Aunque sea más pequeño, mi mente es la misma... el genial detective... 

¡Siempre habrá una sola verdad!

15 minutos de silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora