Ai—Por favor, por favor, amor. —exclamó suplicando mi estúpido novio sentado en el suelo de mi laboratorio, yo sentada en mi silla.
—¿Para qué quieres un APOTOXIN? —preguntó fastidiada.
¿Y cómo no estarlo?
Cada vez que le daba una iba y se reunía con Ran-san me sentía extraña, no estaba celosa, pero... tenía miedo que un día simplemente me abandonara.
Sabía que esos sentimientos eran tontos, conocía lo suficiente a Shinichi como para saber que me amaba mucho y no se alejaría de mí, pero ahí estaba el fantasma del abandono, ninguno en mi familia quiso alejarse de mí y en la actualidad solo me queda él y Agasa.
Lo amo tanto que el solo pensar en que estar lejos de él, me genera preocupación... ¡Él no puede morir!
—No pongas esa cara, esta vez. —afirmó mostrando una brillante sonrisa. —No será solo para mí.
—¿Qué? —solté extrañada.
Se levantó del suelo y se acercó a mí, dejando su peso en los soportes de los brazos, prácticamente invadiendo mi espacio personal aunque ya eso era normal en ambos.
—Shiho Miyano, te invito a una cita secreta. —sentenció con una brillante sonrisa, esa de las que sabía que jamás me negaría a algo.
Este chico es un demonio.
Antes de que me diera cuenta me había convencido de hacer una escapada de un día e íbamos en carretera hacia quien sabe donde con nuestros verdaderos cuerpos.
—¿A dónde vamos? —le pregunté por enésima vez.
—Te dije que era una sorpresa. —exclamó con diversión, mostrando esa sonrisa insufriblemente brillante.
—Shinichi, sabes que odio las sorpresas. —me queje.
—Las mías no. —comentó en un tono melódico riendo con una dulzura que podría empalagarme si no fuera él.
—Eres insoportable. —me queje volteando hacia la ventana, queriendo evitar que vea mi sonrojo aunque sabía que era inútil.
—Yo también te amo, cariño. —me respondió sin más.
Dejamos esa discusión sin sentido que no nos llevaría a nada y simplemente nos dejamos llevar por el silencio armonioso esperando pacientemente a llegar a nuestro destino.
—Ven por aquí. —la voz divertida de Kudo me llamó la atención, miré hacia arriba notando que me llevaba de la mano hacia quién sabe dónde.
—¿A dónde vamos? —le pregunté quejumbrosa aunque me divertía la situación.
Acabábamos de bajar, pues me había arrastrado a Saitama, el perfecto lugar para vacacionar en la playa.
—¿Que? ¿Acaso me quieres ver en traje de baño? —le pregunté con burla.
Él solo me miró con diversión y lo que salió de sus labios me dejó impactada y avergonzada. —Claro que sí, ver tu cuerpazo bajo la luz de la luna en el mar es un deseo que tengo que cumplir.
Casi me ahogue con mi propia saliva al oírlo. Aunque era cierto la única forma de perdernos era poder irnos al atardecer y regresar lo más temprano que podíamos, no podíamos dejarnos descubrir por Ran-san que pensaba que dormíamos con Agasa.
—Pero no te preocupes, puede esperar eso. —me respondió riendo divertido ante mi reacción. —En este instante. —se detuvo de golpe tomando mis manos con ternura. —Lo único que quiero es gozar de nuestra cita. —hablo besando con suavidad mis dos manos. —No sabia que hacer, así que pregunte y busque en internet algo para ayudarme, al final termine con algo no muy original, y no se si te guste pero creo que me quedo muy bien, además tiene un significado y... —lo detuve de golpe al verlo parafrasear dándole un profundo beso. Tal vez era porque las sensaciones con nuestros cuerpos reales eran tan diferentes y gratificantes que nos quedamos largos minutos ahí.
Solo deleitándonos entre las sensaciones que nos transmitimos.
—Podría besarte toda mi vida. —exclamó con firmeza, su voz se escuchaba ronca, más profunda de lo habitual y eso me produce una extraña y magnífica sensación de placer. Acarició con suavidad mis mejillas mientras apoyaba su frente con la mía
—Eres mi perdición y estoy feliz que lo seas. —termine por decir, sin control alguno de mi cerebro.
Él me mostró una enorme sonrisa antes de darme un fuerte abrazo. —Cierra los ojos. —me dijo, yo simplemente hice lo que me pidió. —Déjame guiarte y te juro que siempre estarás a salvo. —me susurró con dulzura en mi oído.
Sentí ese cosquilleo habitual que solo él me provocó y dejó un suave beso en mi oreja. En mi mente maldije, puesto que desde que descubrió ese punto débil siempre iba contra ese mismo. —Haz lo que tengas que hacer antes de que me arrepienta. —trate de sonar molesta, pero se echó a reír antes de besar mi cuello esta vez más lento y... Mierda su lengua. —pensé soltando un suspiro. —A-Aca-caso esto era-era lo que tenías en mente. —quise quejarme, pero mi voz salió tan suave y melodiosa que me avergonzó, podía sentir su sonrisa contra mi piel.
—No, pero tenía que hacerlo. —afirmó divertido, antes de empujarme con delicadeza hacia quien sabe donde, yo cumpliendo su petición de no abrir los ojos.
—Eres tan molesto. —me quejé tratando de sonar molesta, él solo soltó una sonrisa risueña.
—Lo soy, pero soy todo tuyo. —me contestó en un tono lleno de diversión. —Además, recuerda que te prepare una sorpresa no vaya a ser que me retracte. —contestó de forma burlona. —Así que... —murmuró con una suavidad en mi oído que me revolvió todo en mi interior. —Ve abriendo los ojos, amor. —su cariñoso susurro estaba por cautivarme por completo, hasta que vi una manta en el suelo llena de diferentes comidas siendo reemplazada por destellos de luz en medio de la oscuridad; no me tomó mucho tiempo para que en medio de la oscuridad unos hermosos ojos azules deslumbraban.
—Shinichi...—murmuré mostrando una sonrisa, él me devolvió la sonrisa.
Me aferré aún más a su brazo, el cual no sabía que mantenía agarrado pero qué importaba; me deje llevar por su calidez.
Agradecería al cielo, al universo e incluso a Dios con tal de seguir a su lado; hablar; jugar; comer; dormir o solo estar a su lado sin hacer nada; mientras esté con él lo demás no importa.
ESTÁS LEYENDO
15 minutos de silencio
FanficAl momento de ir a un viaje con los Shonen Tantei, Conan Edogawa nota a una extraña persona, en tan solo un instante se ve envuelto en un pesado caso que lo llevará al borde de la muerte. ¿Podrá solucionar este caso? ¿Qué le sucedió a unos antiguos...