¿Segunda oportunidad? |Maitake|

012

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Luego de aquella charla con Manjiro, Takemichi empezó a sentir mucho sueño, además su novio empezó a repartir suaves caricias por sus rizos, cosa que no ayudaba, así que a pesar de su sed cerró sus párpados, como dijo Hinata todo ya estaba resuelto, así que Takemichi se sintió más tranquilo por primera vez en tanto tiempo.

— ¿Estás cansado Takemitchy? — susurró Manjiro con dulzura, su aliento golpeó el lóbulo de su oreja, provocándole un extraño cosquilleo — Descansa.

Takemichi estaba tan somnoliento que no encontró palabras para hablar, simplemente asintió. Sus dedos se hundieron en la camisa blanca de Manjiro, un suave gesto para impedir que abandonaran aquella cómoda posición, a Takemichi le gustaba ser estrechado entre los brazos de su novio, se sentía cálido y podía escuchar el latir de su corazón, cosa que le confirmaba que todo era real.

Manjiro pareció entender su silencioso pedido, se acomodó un poco y sin dejar de repartir caricias cerró los ojos, intentando conciliar el sueño. Poco a poco, sus movimientos cesaron, Takemichi antes de ceder en un profundo sueño, sintió su frente arder.

¿Una visión?

Estaba tan agotado que ignoró la incómoda sensación.

Todo su entorno se distorsionó, Takemichi cayó en una profunda oscuridad al mismo tiempo que visiones tan claras como el agua invadieron sus sueños.

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Cuando Takemichi "abrió los ojos" se encontraba en un lugar totalmente diferente, todo era oscuro al principio pero conforme pasaron segundos, un difuso escenario apareció.

Era extraño, esto no se parecía para nada a las visiones que tuvo antes, se sentía como un espíritu vagando por el futuro que le esperaba.

No podía moverse, ni hablar, sólo observar.

Parecía un sueño, pero Takemichi estaba seguro que se trataba de una de sus visiones.

El escenario se aclaró; rápidamente notó dos cosas:

Lo primero; fue sangre, mucha sangre a su alrededor.

Lo segundo; fue la silueta imponente  de Manjiro frente a un cuerpo inerte pero lo que le llamó la atención fue que aquel espeso líquido rojo, manchaba las manos de Manjiro; ojos vacíos, un rostro tan inexpresivo que le podía provocar escalofríos hasta al más valiente.

— Mikey  — lo llamó una voz firme, se trataba de Kisaki — La policía viene en camino, pero no te preocupes ya preparé a los peones que asumirán la culpa por esta muerte.

Manjiro no respondió, solo observó en silencio el cadáver de Shinichiro.

— No quería que termine así... — intentó limpiar una mancha de sangre en su rostro pero sus manos estaban tan llenas de sangre que sólo ensució más su pulcra piel.

Kisaki se ajustó sus lentes, su mirada se volvió fría — No iba a detenerse, jamás iba a detenerse.

Manjiro de nuevo no contestó, todo rastro de vida se perdió en sus ojos, quedando sólo un cascarón vacío. Era la primera vez que asesinaba y había asesinado ni más ni menos que a su propia sangre.

Luego de que Shinichiro se fue de la residencia Sano, la pareja de adolescentes vivió unos meses de tranquilidad hasta que de nuevo todo volvió a suceder, Shinichiro volvió a acosar a Takemichi, aparecía en su escuela de imprevisto a veces en su hogar, lo cual era aterrador, para echarle la culpa de todo, e incluso lo presionó para que rompiera su relación, tal como en la primera línea temporal.