Harry ha iniciado su Tour por el nuevo lanzamiento de su álbum. Todo va bien, hasta que comienza a tener ciertos síntomas extraños.
Va con su médico, donde le da una noticia un poco inesperada.
¡Está esperando un bebé!
Harry estaría brincando de e...
Louis me esperaba en backstage. Seguramente viéndome por la pantalla.
Me sentía bien en este último show en mi gira por Estados Unidos. Ningún malestar. Creo que nuestro pequeño arrocito ha comprendido mi trabajo y quiere cooperar.
Estaba a la mitad de mi show, cuando leí un cartel a lo lejos. «¿¡Puedes hacer la revelación de sexo de mi bebé!?» algo muy común en mis shows desde el inicio de la gira. Aunque, ahora lo veía de otro modo. Uno más especial.
Señalé aquel cartel, la cámara lo enfocó también, mostrándolo en la gran pantalla del recinto.
—Por supuesto. Dame ese sobre.— me acerqué al público. Aquella chica castaña se acercó a mí con los ojos brillosos y mejillas rojas. Noté el ligero temblor en sus manos cuando me dio el sobre con la respuesta. —¿Cómo te llamas?— pregunté. Vi sus labios moverse y el grito de su nombre. —¿Meredith?— pregunté. Ella asintió. —Bien. Hoy haremos otra revelación de sexo. Es el turno del bebé de Meredith.— hablé con más emoción que otras veces. Alzando el sobre. —Tengo ese poder aquí en mis manos. ¿Has pensado ya en nombres?— ella negó. —Te recomiendo hacerlo, es algo que yo haría en tu lugar.
Y en efecto. Es algo que he estado pensando desde que sé de nuestro arrocito. Pensando en miles de nombres lindos para nuestro bebé.
—Tambores, por favor.— pedí queriéndole dar suspenso al momento mientras abría ese sobre con cuidado. Saqué la hoja de papel. Leí lo que decía dentro. Sentí algo extraño que jamás había sentido en un momento como estos, pero era lindo. Más especial. Llevé una mano a mis labios, apreté ligeramente el micrófono. —¡Es un niño!— alcé la voz con un ligero chillido. —¡Tendrás un niño, Meredith! ¡Felicidades!
Y de pronto. Mis lágrimas caían por mis mejillas mientras seguía hablando. No paraban de salir y yo no quería que eso pasara, pero claro, otro síntoma más del embarazo. Sensibilidad por todo, cómo algo así al saber que también viviría algo de este estilo pronto.
Giré un poco, evitando al público. Escuchaba los murmullos a mi espalda. Sólo me concentré en dejarlas salir hasta que esa emoción con llanto se fuera.
—¿Estás bien, Harry?— me preguntó Sarah, mi baterista.
Asentí y levanté un dedo pulgar en su dirección.
—Fue el momento.— murmuré.
Sarah asintió con su entrecejo arrugado. Por supuesto que no era la verdad completa y ella no me creía por el simple hecho de que nunca había estado así en alguna revelación.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Entré a mi camerino. Louis me recibió con un abrazo y un beso sonoro en mis labios. Tomando mis mejillas entre sus manos. Pude ver sus pupilas un poco más pequeñas que de lo normal.
—¿Estás bien, amor? ¿Todo bien allá afuera?— preguntó preocupado.
Asentí sentándome en el sofá. Bebiendo un poco de agua que había en una botella en el centro de la mesa, probablemente perteneciente de Louis.
—Sí. Fue la emoción del momento. Ya sabes, las hormonas. Creo que empezaré a llorar por todo.— dije lo último con ligera timidez. —Tendrás que soportarme mucho, amor.
Louis se sentó sobre la mesa de centro. Sus piernas a los lados de las mías.
—¿Más de lo que ya lo hago?— preguntó alzando una ceja. Usando ese tono burlón. —Mentira, amor. Estoy listo para esos cambios de humor. ¿Qué tan malos pueden llegar a ser? Sólo es consentirte y tenerte bien.— sonrió a mi lado.
—Si eso dices.— respondí dudoso. Claro que no sería así, pero no le quitaría las altas expectativas a mi esposo. —Sólo espero que después de esto no...
Fui interrumpido por la puerta siendo abierta. Mostrando un Jeff con cara de pocos amigos. Entró a donde nosotros.
—¿En serio lloraste por más de cinco minutos por eso?— preguntó. —No puedes hacer eso, Harry. No debes. Preocupas a tus fans y pensarán que algo anda mal.
Louis se puso de pie de inmediato. Acercándose a Jeff. Retador.
—¿No te enseñaron a tocar la puerta?— preguntó con tono molesto.
—No te metas en esto, Louis. Tú sobras aquí.— dijo.
Eso no me gustó. No puede hablarle así a mi esposo. Nadie puede hacerlo y menos frente mío. Y Jeff, mucho menos.
Dejé el sofá. Posicionándome en medio de ambos.
—¿Y las cosas están bien aquí?— alcé mi ceja poniendo mis manos en mi cintura. —Que yo lo sepa, no. Mejor que lo vayan notando, ¿no crees?
—Harry, no empieces.— rodó los ojos. —Y no me hables así ni me amenaces porque sabes lo que puedo hacer contigo.— me amenazó.
Era cierto. Podía arruinarme.
—Entonces no le hables así a mi esposo. Él tiene el mismo lugar que yo aquí. Y sí, lloré. Velo como una oportunidad para tus ganancias por mostrar sensibilidad con una fan.
Jeff pareció pensárselo bien. Pues ya no dijo nada más en contra.
—Empiezas tu tour en Reino Unido en siete días.— habló con determinación.
Asentí sin más. Entonces Jeff desapareció. Giré, permitiéndome ver a Louis. Tenía su mandíbula apretada, al igual que sus puños. Sus ojos mostrando nada más que enojo.
—Ese hijo de puta. Te juro que quiero hacerle algo a ese imbécil. ¿Quién se cree para gritarte y reclamarte así por lo que haces?— me encogí de hombros. —¿Por qué no me dejas hacerle algo? Un pequeño golpe no le afectará.
No pude evitar reír por su comentario. Siempre que lo veía, decía cuantas ganas tenía de golpear a Jeff.
—Porque va a llorar mucho y no quiero aguantarlo.— respondí. —Porque no quiero que te metas en problemas por eso, Louis. Recuerda que también pueden hacerte algo en contra por algo así.
Louis negó revolviendo su cabello.
—Estoy harto de tantos contratos. Se supone que ellos trabajan para nosotros, no nosotros para ellos.— se quejó.