Crystal Kingdom*⁠.⁠✧ Taekook

cinco

Esto era una broma, y una muy mala.

Todos en las bancas estaban sorprendidos, y yo solo miraba como sus ojos me veían como platos.

— Oh,no. No, hay una confusión. — quité el collar, inmediatamente este dejó de brillar cuando lo puse en mis manos. — Yo no soy, no soy a quién buscan. Soy un subterráneo yo...— con pavor, intenté darle el collar al hombre de la tunica.

Este negó sonriendo.

— Usted es, no hay duda. Su cabello comenzó a brillar junto al collar, Kur lo dejó a usted. — colocó de nuevo el collar en mí —. Usted es el elegido. — tomó mí mano para alzarla al aire.

Había olvidado que aún no tenía mí camisa y tapaba mí pecho avergonzado.

— ¡Larga vida al rey!. — Su grito fue imitado por la multitud.

Y sentía la mirada furiosa de un rubio hueco olvidado en las sombras.

— Por favor, Lea. Bañen y cambien a este joven, pronto tendrá que adaptarse al castillo. — El hombre bajó mí mano hablando con una de las mujeres.

— Soy Namjoon, Kim Namjoon. Rey, si necesita algo no dude en hablarme; casi siempre estoy en este castillo. — guiñó un ojo a mí dirección.

Se quitó la tunica mientras unas mujeres me tomaron de los hombros.

» — Asegúrate de portar ropa la próxima vez. — soltó una risa.

« Su cabello morado... Era lindo »

— ¡No!. — Se me abalanzó el pelirosa mientras jalaba mis cabellos.

— Mierda. ¡Quítate de encima, maldito idiota!. — exclamé soltando un par de manotazos hacía él.

Un derechazo mío aterrizó sobre su moflete, haciendole caer al suelo frente a mí.

— ¡Esa es mí corona!. ¡Se suponía qué está sería mí vida!, tú me tendrías qué servir a mí. — gritó contra el suelo, ganando unas miradas desagradables del público. — ¡No eres nada, eres un asqueroso subterráneo!. — 

—  Y tú, jovencito. Necesitas una lección para comportarte mejor. — Susurró namjoon para tomar el cuello de su vestido — No tratamos a la gente así aquí. Llevadlo con el Rey Min. — gritó a los guardias.

» — Ahí le hará entrar en razón. —  guío al muchacho entre sus manos.

— No tienes el derecho de hablar, Namjoon. — El rubio se posicionó frente a los dos jóvenes. Con una mirada retadora.

— Te recuerdo que mí puesto es igual de importante qué el tuyo, Jeon. Así que quítate del camino. —  respondió imponente Namjoon.

Y yo solo estaba ahí, resistiéndome a qué me llevarán las chicas. Quería escuchar el cotilleo de los dos y ver a Jimin llorar unas horas más.

Se lo merece. Malditos los de arriba, ojalá todos mueran y Jimin cargue con el karma de su gente

— No te vas a llevar a mí esposo. Está en la profecía, él es mío. — respondió tomando a Jimin de los hombros

— Por favor, Jungkook. No soportas su aroma, ni su presencia y ni siquiera seguiste el protocolo de las pruebas que tenía que pasar el elegido de tú Kur qué, claramente, te dijo bien las órdenes antes de morir. -— Namjoon arrebató al pelirosa entregandoselo a los guardias.

— ¡Rey mío, yo soy tú omega! ¡No dejes que me lleven, me necesitas aquí! Nadie va a sobrevivir aquí sin mí—Gritó Jimin.  Mientras le llevaban a la entrada.