catorce

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Los dos jóvenes se encontraban en aquel local, dónde las luces parpadeaban y el olor era meramente agradable.
Había hologramas por todos lados y el mesero era un pequeño robot de apariencia graciosa y linda.

Una vez ya calmados y sin el estómago vacío, Jeon procedió a explicarle al rey Kim que había pasado, no por voluntad, cabe aclarar; el rey Kim se vió obligado a rogarle por quince minutos sin parar.

— Bien, lo explicaré una sola vez — aclaró su garganta —. Hace años fue la guerra de las siete espadas, los siete reinos colapsaron debido a una ruptura de los multiversos qué sostienen a nuestro reino y nadie supo qué pasó; todos comenzaron a sospechar de todos y la guerra estalló. Kur, mí madre y reina de ese tiempo, falleció en la misma tratando de encontrar una respuesta —  Jungkook miró fijamente a Taehyung —. Se encontraron saltos cuanticos a través de rastros que se daban en madrigueras de conejos, pero nunca se supo quién fue el que los hacía. Era la primera vez qué se veía algo así. —

» — Los conejos fueron reclutados por el castillo y encerrados en el patio del mismo, pero los saltos y rupturas seguían pasando. De hecho, por eso te necesitábamos a ti — lo señaló con sutileza —. Mí madre dejó una profecía en sus últimos días debido al veneno qué estaba en la flecha qué le dió en el campo de guerra. “Un elegido”, la ruptura sigue pasando y nuestro reino iba a colapsar; por lo tanto, el universo entero colapsa. —

El rey Kim sonrió con burla al escuchar las bobas palabras -desde su perspectiva- del rubio frente a él.

— ¿Y yo qué tengo qué ver?. —

— Eso no lo sé — hundió sus hombros —. Solo sabemos qué tú eras el elegido que llegó al reino y tú sabrías cómo arreglar esto. Pero ahora estamos aquí, atrapados en otro universo gracias a nuestras actitudes de niños, mientras nuestro reino está a nada de colapsar. Carajo. —

— En pocas palabras, caímos en una madriguera — El rey Jeon asintió —. Mierda... ¿Y cómo salimos?. —

— Eres un genio, rey Kim. ¿Cómo no se me ocurrió antes una forma de salir de aquí? — sonrió Jeon con sarcasmo —. ¿No ves qué ya estaríamos fuera de aquí si yo supiera cómo?, pedazo de idiota. —

Taehyung tomó el cabello del rubio y lo jaló, llevándose miradas de todos en el establecimiento de ramen cuando aquel rubio grito.

— Yo fui allá porqué ví a un conejo raro mirarme fijamente mientras miraba un reloj. Eso o me metí drogas o algo parecido. — bufó el rey Kim.

El rey Jeon se quedó en silencio, acariciando sus cabellos con dolor.

— Imposible. Todos los conejos y las crias solo están en el jardín de mí castillo. No hay más afuera. — susurró entre quejidos.

— ¿Entonces qué ví?.

— Carajo... — siseó —. Rey Kim, si lo que vio es real estamos muy jodidos. Eso no puede ser, ni siquiera es posible que algún conejo esté fuera del castillo. —

El rey Kim intentó conectar los puntos, con la esperanza de qué algo le diera la respuesta a salir de ahí.

— Pero...

— ¿Podrías dejarme terminar?. — se quejó el rubio.

Taehyung asintió en un suspiro.

» — La profecía decía qué tú, el elegido, sería el responsable de encontrar la manera de qué las rupturas no siguieran pasando. Tendrías la respuesta y se salva el reino —Jeon tomó el puente de su nariz entre sus dedos con claro estrés —. Pero ahora veo qué “el elegido” está tan confundido como yo. —

Crystal Kingdom*⁠.⁠✧ Taekook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora