siete

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JJK.

— Ese idiota. — bufé en un susurro casi imperceptible.

Mientras me colocaba un hermoso traje azul con cadenas doradas que unían las dos partes del saco y una camisa de manga junto a una camisa blanca con olanes.

» —Piensa qué, después de ser tan irrespetuoso, estaré dispuesto a ayudar. Si tanto necesita ayuda qué se la pida a Namjoon. — declaré.
Manteniendo mí postura indiferente hacía sus problemas.

Pareciera qué le parece raro estár con un hombre; siendo qué, se supone qué nos casaremos pronto por la coronación.

«No pienso casarme con ese pedazo de tonto». Pensé.

Afortunadamente, aquel se retiró del castillo hace unas horas, caminando junto a las estúpidas hadas y duendes por detrás para que le presentaran su reino vecino.

— No debería estar ahí. No se lo merece, por déspota. — carraspeé.

Me encontraba caminando hacia mí despacho; un Rey también tenía un trabajo qué hacer
Hace 19 años que llegué aquí, me crié aquí; ella me crío. Renací aquí, aquí era mí vida, mí pasado, futuro y presente.

Si alguna vez tuve familia del otro lado, ni siquiera eran mí familia; no los recuerdo siquiera.

»— ¿Qué piensa?, ¿que él es el único con problemas? —

Se parece a alguien qué conozco bien. Son igual de tercos y delirantes.

— Rey Jeon. — Escuché una voz conocida del otro lado de mí puerta.

« ¿No se había marchado ya?... ¿Qué tan malo sería si finjo no estar aquí? ». Pensé, mientras escuchaba los suaves y pausados golpes a la madera.

Pegué mí oreja con la puerta, escuchando como susurraba una y otra cosa qué no logré descifrar.

— Mí castillo... — susurró — Necesito quedarme más tiempo contigo; mí castillo sigue en acoplamiento. —

— Imposible, tendrás qué irte al menos treinta metros lejos de mí. — dictamine abriendo las puertas de par en par.

— ¡Si estabas aquí!. ¿Osas fingir qué no me escuchas?. — me recriminó

— Sí, de hecho sí. De hecho — sonreí —, podría hacerme perder el sentido de la audición con tal de no volverte a escuchar. -

—Y yo la vida — carraspeó —. Déjate de cosas, rubiecito. Estoy cansado y fueron muchas cosas en tan pocos días —

Aquel, con su vestido amarillo brillante y su semblante de cansancio; entró en mí despacho sin permiso, quitandose los zapatos y echándose a mí sillón de piel exhausto.

— No es como si salieras mucho de tú habitación o este lugar, me imagino — sonrió mientras hablaba entre dientes —. Con eso de qué no tienes amigos ni absolutamente nadie qué te quiera a casi 30 metros a los alrededores. Déjame en una habitación lejos de tí y, te aseguro, no me verás el tiempo qué me quede. —

«Maldito hijo de perra. ¡Yo tengo muchos amigos!, por ejemplo... »

— Ajam, ¿y luego? — me crucé de brazos —. Te recuerdo qué vamos a casarnos por coronación. ¿Vamos a evitarnos por el resto de nuestras vidas?. —

— Ay, por favor — rió —. Solo será por la monarquía o está mierda, fuera de eso, los dos no somos ni seremos nada. Somos hombres — bufó —. Ni por la monarquía aceptaría convivir contigo. Mandamos este lugar juntos siendo enemigos en las sombras, y ya está. —

Crystal Kingdom*⁠.⁠✧ Taekook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora