dieciséis

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— Hace 10 años, aún éramos unos veinteañeros con Taehyung... — Koo se aclaró la garganta — Taehyung. En fin, todo era muy normal con nosostros, nos casamos demasiado jóvenes; de hecho, en cuanto se legalizó aquí el matrimonio igualitario. Teníamos dieciocho años y llevábamos casi cinco años de noviazgo en aquel tiempo. —

— Por la corona de Kur. Demasiado tiempo para estár junto a este idiota  desgraciado — el rey Jeon se sobó la cabeza de solo pensar en el estrés qué eso sería. Recibiendo un manotazo del rey Kim  —.  ¡Ouch! ¡¿Acaso miento?!. —

Koo aclaró su garganta en cuanto miró el ambiente tenso entre los dos reyes.

— Prosigo. No me gusta mucho hablar sobre esto, en realidad. — suspiró con pesadez

— ¿Te engañó?

— ¡Dejalo hablar, maldita sea!. — Taehyung le dió otro manotazo en la cabeza al rey Jeon.

— Ojalá solo haya sido eso. Mí Taehyung desarrollo cancer. En ese tiempo había una crisis global por el estado deplorable de la tierra, por eso actualmente vivimos como lo ven de hecho, demasiada tecnología para poder sobrevivir — bufó —. Taehyung nunca me dijo, ya que el tratamiento era demasiado caro y no había ni dinero ni recursos; recuerdo qué, el día que me dijo sobre eso, le prometí trabajar arduamente día y noche hasta conseguir ser el mejor científico del país. Así podría pagar su tratamiento con ayuda de la empresa en la qué estaba siendo reclutado por mis investigaciones. —

— Carajo... Debí quedarme callado. — el rey Jeon miró la pesadez del problema, casi de inmediato, se arrepintió de sus anteriores palabras de burla.

— Taehyung murió tres días después de aquella promesa. El mismo día qué fui aceptado en la compañía y me dieron el primer pago — susurró mirando a sus manos que se movían con desespero entre sí —. No pude salvarlo. Y yo... Yo les juro que Taehyung era la persona más animada y hermosa que pudieran ver en este y otros mundos. Con su cabello rubio y sus zapatos repletos de moños, lazos y bordados que él le hacía a sus camisas. Él estaba estudiando último año de corte y confección, era su sueño. —

» — Siempre tenía esa forma chistosa de hacerme reír cuando estaba estresado por el último año de universidad. Cuando su cabello empezó a caerse por el estrés de mantener el secreto y el dolor, junté la beca que me habían dado en la universidad para comprarle una peluca bonita. Dijo qué solo era eso, estrés por la crisis que estábamos pasando y todo lo de su vida personal — se quitó los lentes para limpiar sus pesadas lágrimas con la bata —. Y yo le creí, no me di cuenta. Fui un estúpido, no me dí cuenta cuando empezó a adelgazar y a penas y podía levantarse. No pude hacer nada, por no darme cuenta antes de qué lo dijera. —

El castaño comenzó a llorar en silencio, tratando de encontrar las palabras y los animos para terminar su historia. El rey Kim  se acercó a él y lo inundó en un abrazo, escondiendo la cabeza del castaño en su estómago y cerrando los ojos mientras le susurraba qué todo está bien.

— Está bien, está bien llorar. Llora. — susurró.

El rey Jeon juraba qué jamás vería a Kim acercarse a alguien, menos a ayudar a otro humano qué no fuera su propio reino.

«¿Ese es mí Rey Kim?. Digo, el rey Kim, de mí reino. El rey Kim qué pertenece a mí reino, por eso el “mi”. Carajo, ¿A quién le importa?, nadie puede escucharme ». Pensó.

— ¿Qué pasó después?. — Jungkook se acercó y se sentó en el suelo frente a Koo y Kim.

— No tuvo funeral, no tenía los recursos para darle un funeral, no tenía familia y su hermana había muerto cuando él era pequeño. No tenía a nadie, solo a mí, lastimosamente — la voz del castaño se escuchaba rasposa y cortada, sus piernas temblaban y Taehyung tomaba su mano en señal de apoyo —. Descansa en mí patio, hice un ataúd de madera, le puse flores y plantas dentro. A veces voy a hablar con él. —

— El sigue cerca de tí, y te agradecería lo que hiciste por él todos esos años — susurró el rey León —. Seguramente está muy orgulloso de tí. —

El castaño sonrió un poco ante el comentario de Jeon.

— Yo tomé nuestros recuerdos. Cuando falleció, pude conectar su memoria a un transformador y seguido a mí base de datos, y ahora sus recuerdos están... bueno, ahí. —  Señaló a aquella máquina detrás de él, que se miraba justo de carne y hueso, sin embargo, se encontraba con los ojos cerrados —. Me llevó casi una década conseguir lograrlo, hice unas cuantas cosas, cree piel falsa lo más realista que se pudiese. Y bueno, es un robot justo como él pero... Yo me arrepiento mucho de haberlo creado. —

Taehyung miró a Jungkook con susto, esperando qué el rey Jeon dijera algo qué no fuera una completa locura -como todas las cosas qué dice desde la perspectiva del rey Kim-.

— Oh, eso no es... — contesto el rey Jeon — bueno. — rió con nerviosismo

El rey Jeon se acercó a aquella persona -o lo que sea qué es-. La máquina abrió los ojos en cuanto sintió una presencia acercandose.

— Señor. — Su suave voz le congeló la sangre al rey, quién se mareo al ver la sonrisa de aquella cosa.

El castaño se levantó de su asiento, haciendo a un lado al rey Kim y colocándose al lado del rey Jeon.

— Pero él no es Taehyung... Nunca lo será. — se colocó las gafas y suspiró de tristeza.

Aquella cosa solo cambio su sonrisa a una de tristeza lentamente y comenzó a mover los dedos.

— Pues yo la veo muy real, parece de carne y hueso — Jungkook acercó su mano a las mejillas de aquel extraño ser, las cuales se estiraban mientras aquel le quitaba la mano con un "ouch".

» — Dios santo, voy a vomitar de lo realista que es, me voy a desmayar. Qué increíble trabajo — acarició los cabellos rubios de la máquina —. Le queda muy lindo el rubio. —

Aquella se ruborizó, como si de un humano se tratase, volvió a sonreír y miró de reojo al rey Jeon. — Gracias... —

El rey Kim ni siquiera sabía que decir. Las palabras no le alcanzaban a este punto, totalmente vacío de conocimientos.

No sabía dónde estaban y qué hicieron para caer en este lugar, ni como una máquina estaba hablando, ni porque sus palmas sudaban y su pecho se oprimía ante la mirada mutua de los dos rubios.

— Bien, separense ustedes dos — ordenó, empujando el pecho del rey Jeon hacía atrás —. No sabemos si es... Peligroso. — aclaró su garganta.

— No lo soy. Soy alguien común y corriente. No les haré daño — sonrió —. ¿Cómo te llamas?. — volvió a mirar al rey Jeon

— Jeon, mucho gusto en conocerte. — sonrió el rubio

El robot rubio sonrió, al ver como el rey tomaba su mano y dejaba un casto beso en sus nudillos en forma de saludo.

— ¿No me vas a preguntar cómo me llamo yo?. — carraspeó el rey Kim hacía su otro “el”.

— No, así estoy bien. Gracias. — sonrió el robot.

«¿Hay algún universo donde no sea un gay con historia tragica?. Esta versión de mí me cae mal, es muy... indiferente. ». Pensó

Crystal Kingdom*⁠.⁠✧ Taekook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora