Era impresionante cómo es que la vida de una persona cambiaba en un abrir y cerrar de ojos.
En un momento yo me encontraba con mis amigos de la escuela, viendo películas de terror y leyendo sobre historias paranormales. Y en el otro, me encontraba en lo que era un instituto escondido dentro de un bosque, en donde se practicaba lo que era la hechicería exorcista de demonios.
Había conocido a tres de los estudiantes que eran de mi edad. Jimin era demasiado parlanchín, pero divertido, hablaba hasta por los codos y siempre que abría la boca, era para decir algo ingenioso y gracioso; Yeri era callada, en su diferencia, aunque sí decía muchas cosas con señas, cosas que después Jimin terminaba interpretando para mí. Me dijo que con el tiempo me acostumbraría e incluso aprendería el idioma; la que sí que era todo un misterio, era Ryomi.
Ella no hablaba para nada y siempre que lo hacía, era para decir alguna maldición hacia Jimin o para quejarse con las reprimendas que Yeri le daba por maldecirlo.
Unos días habían pasado desde que había llegado aquí, había ido a muchísimos trabajos para exorcisar maldiciones y debo decir que lo hacía bien. Aunque eran Yeri y Ryomi las que tenían más ventajas en comparación de Jimin y yo.
―La maldición de Yeri es una habilidad con muchos problemas, es por eso que siempre lleva medicina para la garganta consigo ―me explicó Jimin luego del primer día que nos tocó trabajar y noté cómo es que Yeri se colocaba más débil conforme atacaba con su maldición ―. No es como tú o yo, pero muy similar a Ryomi.
―¿Qué es lo que puede hacer Ryomi?
―Mientras que Yeri es de primer grado en hechicería, Ryomi no se queda atrás, probablemente esté pisándole los talones ―sonrió mientras veía las hojas del cerezo que teníamos sobre las cabezas ―. Ahn Ryo tiene la habilidad de tener Geulimjas, que son espectros de maldiciones. Ella discipa cierta cantidad de energía maldita hacia ellos, volviéndolos más fuertes y con diferentes habilidades.
Pronto recordé el lobo que estuvo con nosotros en todo momento cuando fuimos a la escuela. Fue el elemento que me ayudó a encontrar a los rehenes que tenían las maldiciones. Ese lobo blanco no me dejó en ningún momento y me ayudó cuando yo no noté una maldición que se había lanzado hacia mí. De no ser por su ayuda, probablemente haya salido más herido.
―¿Es por eso que se veía cansada luego de que saliéramos?
Jimin asintió ―. Ella ya estaba recomponiéndose de una herida luego del ataque a tus amigos. Debió costarle el doble el manifestar a Naj.
―¿Naj?
―El Geulimja que es un lobo blanco ―me explicó, mientras alzaba un dedo ―. También está Bam, un lobo negro; Sae, un pájaro que usa la electricidad; Baem, una serpiente enorme y...
―Park, deja de hablar de mí ―de pronto apareció Ryomi, dándole un golpe en la nuca.
―¿Qué es lo que haces despierta, no deberías estar descansando?
―A diferencia de vosotros, a mí me interesa entrenar ―bufó con obviedad ―. Además, los de tercero llegan hoy. Seguro que el idiota de Jin querrá presentarlos al recipiente.
Jimin viró los ojos ―. Ahn Ryomi, no seas así de grosera con Jungkookie y llámale por su nombre.
Alcé las manos, un poco avergonzado, cuando sentí la mirada de odio por parte de ella ―. N-no te preocupes por mí. Sé que soy un recipiente para Beom.
Ryomi dejó de mirarme o prestarme atención, para hacerlo con su móvil, un bufido apareció en sus labios, aunque no dijo nada más. Ella solo se recargó sobre sus codos en el césped, luego de tomar un lugar a un lado de nosotros y cerró los ojos.
Su cuello se dobló un poco, de tal manera en que el cabello azavache caía en una cascada que se perdía entre el pasto. Su piel pálida resaltaba gracias al suéter negro que llevaba puesto. Me di cuenta ahí que ella casi no usaba ropa de otro color que no sea el negro o las tonalidades grises.
―Oye, Jungkookie, ¿por qué no usas esa táctica que te enseñé con Ahn Ryo? ―miré con espanto a Jimin ―. Anda, el profesor Jin ha dicho que uses esa táctica de pelea con alguien más fuerte.
―Tú eres más fuerte que yo ―refuté.
―Sí, pero yo soy un pan comido para ti en pelea. Ahn Ryo es más hábil, lo suyo sí puede ser el cuerpo a cuerpo. Así que te supondrá un poco de dificultad.
Miré a Ahn Ryomi, ella me miraba con aburrimiento. Sabía que era fuerte, tenía entendido que era de los grados superiores, a diferencia de Jimin, lo que significaba que era muy fuerte y sus maldiciones también. Aunque aún no entendía al cien por ciento lo que significaban las clasificaciones.
―No voy a hacerlo ―sentenció Ryomi.
―Anda, si lo haces, te daré mis postres por todo lo que resta del semestre.
―Nop ―se negó Ryomi de nuevo.
―Y haré tus tareas por la misma cantidad de tiempo ―sonrió Jimin, haciendo que, por fin ella se levante de su lugar y se quitara el suéter que tenía sobre su cuerpo, quedándose únicamente en una polera de tirantes.
―¿Qué miras? ¿Por qué no te levantas de una vez? ―se quejó ella con una mueca de aburrimiento.
Sin dudarlo y pidiendo disculpas, me levanté de mi lugar para ponerme frente a ella. Con las manos en posición de defensa. Ella solo se quedó recargada en una pierna, casi con aburrimiento. Sin demostrar querer defenderse o algo.
―¡Puedes empezar cuando quieras, tú puedes hacerlo, Jungkookie! ―apoyó Jimin desde la lejanía, distrayéndome un poco, lo suficiente para que recibiera un golpe al lado de mi mejilla, haciéndome perder el equilibrio.
―No te distraigas ―gruñó Ryomi cuando pude pararme en mi lugar de nuevo.
Un poco molesto, por estar comenzando a hartar por la manera en que ella era conmigo, decidí atacar. Soltando un golpe hacia lo que era su estómago, aunque ella fue más ágil y lo evitó sin problemas, dando un salto hacia la izquierda. Lancé otro golpe y ella lo esquivó de la misma manera, no sin antes darme un golpe lo suficientemente fuerte como para hacerme caer hacia atrás.
Tosí un poco cuando perdí el aliento al caer. Sin duda estaba comenzando a enojarme, ella se veía tan aburrida que me enfadé y me acerqué a ella para darle los golpes posibles. Tal vez ella era más ágil, pero yo aprendía rápido y era veloz, así que eso lo usaría a mi favor.
―No dejes que la ira te ciege, úsala como ventaja, pero no te dejes guíar al cien por ciento por ella ―me riñó, era obvio. Me dio otro golpe, que me dejó en el suelo. Me levanté tan pronto tuve la oportunidad y le lancé uno más, aunque lo esquivó con agilidad, enviando mi puño hacia abajo. Sonrió ―. Ese fue un buen golpe, pero has fallado.
Ahora fue mi turno de sonreír ―. En realidad, hiciste lo que esperaba que hicieras.
Fue cuestión de segundos, pero Ryomi cayó al suelo. La sorpresa en su mirada la noté y me sentí orgulloso. Un gruñido fue escuchado por todos, al igual que la risa de Jimin a la distancia.
Ahn Ryomi se levantó con un movimiento de caderas, poniendo sus manos detrás y dándose impulso con las piernas, hasta quedar de pie. Sentí su enojo en el momento que su puño impactó con mi mentón. La fuerza que Ryomi tenía era casi similar a la mía, aunque no era eso por lo cual me estaba venciendo, tampoco el hecho de que ella fuera de primer grado, sino que tenía mucha más agilidad.
Me coloqué en posición de pelea de nuevo, mientras que ella se arrodillaba y colocaba sus manos en el suelo. Me sorprendí la manera en que ella enterraba sus dedos en el pasto, una sombra negra los envolvía y de ahí, comenzaba a sacar algo, aunque no tuve la oportunidad de continuar viéndolo, porque pronto escuché la manera en que alguien silvaba para llamar nuestra atención.
―Aigo, aigo, Ahn Ryomi, ¿qué haces con ese rastro de sangre en la boca? ―se burló un chico de cabello negro, lo suficientemente largo como para necesitar de una coletilla para poder tener los ojos libres. Se colocó a un lado de ella y usó su cabeza para recargarse ―. ¿Quién eres tú? ¿Acaso eres quien ha causado que mi sobrina esté herida?
Tragué duro cuando noté la manera en que un hankumdo alzando mi mentón, sintiendo el frío de la hoja.
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Eyes don't lie | ʲᵘⁿᵍᵏᵒᵒᵏ
FanficSegún estadísticas, las maldiciones crecen en número y fuerza según la población. En Seúl, debido a la gran población de personas que existían, las maldiciones abundan. Las puedes encontrar de todo tipo, tamaño y forma. Y es el trabajo de brujos co...