Por fin, las cigarras habían dejado de hacer ruido a mi alrededor. Podía caminar por los pasillos de la escuela sin tener que escucharlas. Aunque claro, era un poco extraño que no hubiera tanto ruido, ahora que ya estabamos en otoño. Aún no hacía tanto frío como para que ellas fueran a invernar o lo que sea que hicieran cuando caía el frío, pero ya no estaban presentes.
Habíamos dejado por fin el uniforme de verano, ahora podía mantener mi cabello suelto para no sentir nada de sudor. Aunque siempre lo ataba en una coleta a la hora entrenar.
Los días de evaluación por fin habían llegado. Se suponía que el día de hoy llegarían los alumnos de Jeju, por lo que tenía que encontrarme con los demás en el campo de entrenamiento.
Iba de camino para encontrarme con los demás, cuando pude sentir que alguien se encontraba a mis espaldas, al volverme, me encontré con los alumnos de la escuela de Jeju.
―Pero miren a quién tenemos aquí, Ahn Ryomi ―sonrió Agust, el hermano gemelo de Yoongi, de no ser porque él tenía el cabello largo y una enorme cicatriz que cruzaba su ojo derecho, podría confundirlo con Yoongi ―. Escuché que tu recipiente está muerto.
Como era de esperarse, Agust no era más que un brabucón. Me costaba aceptar que Yoongi fuera mi familiar, ahora tenía que hacerlo también con su hermano gemelo. Era un imbécil.
―Agust... no seas tan duro con ella, era su compañero ―le llamó la atención Kwon Suho, era el heredero de una de las familias importantes ―. Mis condolencias si era tu amigo.
Aún con su fachada de pacifista, sabía que era un doble cara.
―¿Cómo podría ser su amigo?, era un puto parásito ―se quejó Eunji, ella tenía mi edad. Hechicera de grado tres.
―¿Por qué están parados ahí como estúpidos? ¿Qué no dijo el director Seokmin que nos encontráramos con él cuanto antes? ―esa voz ronca debía pertenecer a Sangmi, un chico de primer grado y que de verdad tenía un gusto por las idols que estaba un poco mal. Honestamente, nunca logré entenderlo. Dudo que alguien lo haga, en realidad ―. Ah, ¿no es esa tu sobrina, Min?
Agust chasqueó la lengua y se recargó en la barda a su lado ―. No tiene la capacidad para ser alguien de mi clan.
Sabía que intentaban molestarme, los de la escuela de Jeju eran... especiales y la verdad, un poco problemáticos. Este era mi primer año participando, así que, nunca los había visto en compate. Pero les conocía porque, bueno, Agust era el gemelo de Yoongi; Suho era el heredero del clan Kwon y Eunji... no recuerdo realmente de dónde la conozco. A Sangmi, todo el mundo lo conoce, más teniendo en cuenta el accidente del año pasado y porque era amigo cercano de Taehyung oppá.
Abrí la boca para decir algo o más bien, para largarme de ahí, sin embargo, la voz de Yoongi se hizo presente.
―¿Qué coño hacen aquí? ¿No deberían estar con su director?
Detrás de Yoongi estaban los demás, no pasé por alto que se colocaron de modo protector un momento. No entendía porqué, quiero decir, no creía que los de Jeju hicieran un espectáculo antes de las evaluaciones, ¿no es así?
―Estábamos dando un paseo por su escuela, nos aburríamos ―sonrió amablemente Suho ―. Es admirable que todo siga igual.
―Ajá ―repuso Namjoon, sin creerse las palabras ―. Pues id con su director, que seguro os está...
―¡Chicooooooos! ―el grito de Seokjin se hizo presente de pronto, interrumpiendo las palabras de Namjoon ―. ¡Ay, me alegro encontraros a todos aquí juntitos! Os he traído obsequios de mi viaje de negocios.
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Eyes don't lie | ʲᵘⁿᵍᵏᵒᵒᵏ
Fiksi PenggemarSegún estadísticas, las maldiciones crecen en número y fuerza según la población. En Seúl, debido a la gran población de personas que existían, las maldiciones abundan. Las puedes encontrar de todo tipo, tamaño y forma. Y es el trabajo de brujos co...