Cuando finalmente pude recuperar el control de mi cuerpo, logré ver por completo qué tan herida se encontraba Ryomi. Había un par de cortadas en su mejilla, la cual sangraba. Recordé que fue por parte de un ataque de Beom. Fuera de ello, parecía que se encontraba bien.
―¡Ryo...!
―Estoy bien ―chasqueó la lengua mientras hacía un movimiento con su mano para alejarme de su cuerpo ―. ¿Cómo te sientes?
Había preocupación en su mirada cuando sus ojos vieron algunas heridas en mí, pero eran demasiado mínimas en comparación a la sangre que tenía en la mejilla. Sin poder evitarlo, me acerqué a ella para limpiar el rastro. Esta vez, sí que se dejó hacerlo.
―¿Quiénes son? ―pregunté apuntando a los sujetos que nos veían con sonrisas en los labios a la distancia.
―No lo sé, pero, debo dejaros, yo iré... contra aquél ―apuntó con la barbilla el profe Jin ―. Ryomi, ¿estás...?
―Qué estoy bien, coño. Mejor ya vete ―se quejó ella. Si sabía que Ryomi odiaba algo, era que demostrasen que se preocupaban por ella. Lo cual, era absurdo, claro que nos preocuparíamos por ella. Solo que, a ella le costaba demasiado aceptar que lo hiciéramos.
―Jungkookie, te recomiendo que no dejes salir a Beom ―me dijo Jin, yo asentí ―. Os dejo.
Y sin decir más, él se alejó para ir hacia el otro lado, contrario de donde se encontraban esos sujetos. Pronto miré a Ryomi, quien ya se encontraba quitándose la chaqueta que tenía puesta y que hasta cierto punto, tenía varios agujeros por las rasgaduras que las garras de Beom habían hecho.
―Ryomi... ―le dije cuando vi que se arrodillaba, enterró un poco sus manos en el suelo y de ahí sacó lo que parecía ser una cadena junto con una espada corta. Cuando las tuvo en las manos, conectó la empuñadura de la espada con parte de la cadena. Me sorprendí al ver aquello. Nunca había visto algo similar.
―Tú tienes tu fuerza bruta, no puedo usar mis geulimas. La fuerza maldita que ellos tienen solo nos hará perder el tiempo ―se limitó a explicar ―. No puedo usarlos ahora. Estaré bien.
Viendo cómo es que hacía girar el arma, me pude dar cuenta que ella estaba más que lista para continuar con el combate. Aún cuando estuvo peleando contra Beom y algunos destellos negros. No se veía cansada.
―Bien, ¿quiénes son vosotros? ―preguntó ella mientras caminaba hacia ellos.
Al hacerlo, pude ver que se trataba de un sujeto demasiado alto y con los ojos completamente negros. Así como uno de menor estatura y con el cabello más largo que el de Ryomi.
―Eso a ti no te importa ―sonrió el alto ―. Hemos escuchado ruidos y nos ha dado curiosidad. Sois estudiantes de la escuela de hechicería, ¿no es así? ¡Pero sois tan jóvenes!
―Estáis un poco alejados de la civilazación, no deberíais estar aquí ―mencionó ella con una ceja alzada.
―Hemos venido para ver qué tan fuertes eran los estudiantes ―mencionó el de los ojos negros como la noche, tenía una sonrisa bailándole en los labios ―. Pero, vaya espectáculo que habéis hecho antes.
―Y ahora os tocará vivirlo ―sonrió Ryomi cuando apuntó al de ojos negros con su arma.
Esa fue la razón necesaria para que los extraños se acercaran a nosotros y comenzaran a atacarnos. El primero en hacerlo, fue el de cabello largo. Estuve a punto de llamar a Ryomi, sin embargo, ella se encargó de lanzarle una daga, directo al pecho.
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Eyes don't lie | ʲᵘⁿᵍᵏᵒᵒᵏ
FanfictionSegún estadísticas, las maldiciones crecen en número y fuerza según la población. En Seúl, debido a la gran población de personas que existían, las maldiciones abundan. Las puedes encontrar de todo tipo, tamaño y forma. Y es el trabajo de brujos co...