(El Bufón con una sonrisa marcada se volvía así mismo un chiste para animar al rey)Primer Acto
Los pasos apresurados de Robert y Atenea hacían estruendo en los anchos pasillos mientras trataban de llegar, obviamente sin desaprovechar la oportunidad para pavonearse presumiendo su mera presencia. Con tres minutos más de tardanza dado que Caos se negaba a correr. Antonio los esperaba junto a Tony mientras se quejaba y el viejo cumpleañero negaba con la cabeza dramáticamente como si nadie se interesara por él. Jadeando se frenaron frente a padre e hijo que los observaban furibundos. Robert apoyo la mano moviendo las plumas en su manga mientras trataba de retomar el aire, tras unos segundos lo logro se acercó a Antonio y lo abrazo apoyando su mandíbula en la cabeza calva de Antonio. Este último permanecía tieso cual estatua sin embargo cuando Robert le dio un beso en la frente la vena sobre su ceja se disipo. Tony se aclaró la garganta, estaba cansado que le quitaran la atención, más si era el caza fortunas que se aprovechaba de su primogénito.
Robert se separó pero entrelazo su brazo alrededor del de su esposo, Antonio rodo los ojos sin embargo no aparto a Robert. Atenea ojeó el vestuario de Antonio, como cosa extraña iba con un simple esmoquin regular, lo raro era lo blanco y el pañuelo de plumas negro "Que romántico" se rió mentalmente, esperaba nunca ser así de cursi.
—Si si muy bonitos y todo —dijo Tony haciendo ademanes exagerados y poniéndose frente a la puerta, aplaudió y dos hombres le pusieron una capa y una corona, Atenea se fijó en el traje que cargaba su abuelo "Que innovador" pensó Atenea y rodó los ojos. Plateado, un traje plateado y brillante que gritaba estrafalario —Pero esta noche se trata de mi —luego miro a Atenea —Sabelotodo ven acá.
Atenea se abstuvo de rodar los ojos ante el penoso apodo y se acercó a regañadientes hacia el canoso viejo gris. En silencio el metió una mano en su saco dejando ver una diadema delicada con un gran zafiro en forma de ovalo en el centro. Quisiera admitirlo o no, aunque estaba aún molesta con él, el origen de esa joya lograba suavizar su corazón y seguía llenando de ilusión a su versión pequeña que deseaba con tanto anhelo conocer a la princesa Andrómeda
—Pensé que te gustaría —dijo con una sonrisita amable.
—Si —la miro con entretenimiento y luego la coloco sobre su melena negra —No creas que con esto te perdono nada, seguro con Ares ni te disculpaste Matusalén... Hablando de eso, ¿aquí entre nos al final que edad tienes? Te ves como de ciento cuarenta, yo siendo tu tendría cuidado con Caronte esta noche.
Tony rió con calma el escuchar a Atenea bromear significaba que con ella volvía todo casi a la normalidad. Atenea lo señalo con el dedo índice y entrecerró los ojos con amenaza — Ojala mi hermana tenga una de estas porque si no, no pienses que derramare lágrimas en tu funeral viejo nefasto .
—Pajarito que crees que soy ¿Un monstruo? —La mirada irónica de Atenea lo hizo seguir —Bueno tal vez lo sea un poco pero, como crees que un rey dejaría a una princesa sin corona —su expresión cambio a una seria y en su tono Atenea percibía la advertencia —Sabes perfectamente que ya tu recibiste tu castigo por el arrebato que tuvieron al desobedecer, querida, no quiero que me vengas a reclamarme por algo que ustedes provocaron.
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La Caída del Olimpo
Genç KurguDuologia La Caida de los Dioses (Primer libro) Un linaje que marca como una herida a cada miembro de la familia. Un apellido grande antiguo y poderoso que se jactan de ser dioses, una mentira que a ellos mismo los a consumido. Una organización con c...