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Disfrutando del poder del caos


Veo los horarios el pastor estará a las 11 am dando su sermón, ¿Que podría hacerle yo a ese ser despreciable?

Voy al pueblo a comprar lo que necesito y luego a dejar la carta para que se la entreguen, después paso rápidamente a ver a mi amiga Valery, me comenta que hay un chico lindo que ha estado cortejándola, se nota emocionada, aún que me preocupa, no suele tener suerte para atraer a alguien que valga la pena

Llega el gran día, me paro muy temprano, me pongo ropa cómoda, tomo las cosas que son necesarias, me acerco con todo el cuidado para que no noten mi presencia, tomo una soga, la pintura, una escalera, me apresuró a tener todo listo, una vez que terminó dejó todo como estaba, regreso a mi casa, dónde tengo que esperar mi turno para bañarme

Me coloco el vestido, mi madre cepilla mi cabello mientras me repite lo difícil que es de tratar, me coloco los zapatos

Se que mi madre no está contenta con que mis senos se vean tanto —Es que no, se te ven muy grandes, se ven vulgares, si bajarás un poco de peso..., a ver, ponte esto

Me hacía sentir incomoda, cómo su fuera mi culpa

—No mamá, ya basta—me quejo, negandome a cualquier prenda más

Toda mi vida he ocultado mi cuerpo, por mis senos, por no ser tan delgada como mi hermana, ni tan gorda como mis tías, hoy no quería sentir lo mismo, no quería sentir que no era esto, ni aquello, hoy solo quería ser yo

Todas toman sus cosas, mi padre le extiende su brazo a mi hermana, yo me mantengo cabizbaja, se supone que tendría ir conmigo porque soy la mayor, pero no recuerdo si mi padre ha hecho eso conmigo alguna vez. Tomo a mi madre y le hablo a Canelita, tomamos la carroza y nos dirigimos al pueblo, dónde ya están todos mis amigos y los pueblerinos, son saludo de lejos con una sonrisa amplia, no tardan más en llegar los nobles del pueblo, entre todos cortan el listón para dar comienzo

Los pueblerinos se dirigen al podio que instalaron para ver al pastor, las mujeres de mi familia ponen excusas para no ir, yo en cambio, está vez iré

Me siento a lado de Valery, el pastor pide que nos persinemos, veo a todos hacerlo

—¿No te sabes persinar?—pregunta entre susurros mi amiga

Yo niego con discreción, ella se acerca a mi con intención de hacerlo, la detengo de inmediato

—¿Acaso me quieres matar?— cuestiono también entre susurros

—¿Esto te puede matar?— se confunde

—No, pero si me irrita la piel y me quita energía

—Arrodillence ante mi y ante dios—nos ordena

Veo como todos hacen caso, pero yo no me arrodilló ante nadie, pues eso me ha enseñado madre Moonlight, así que me concentro y le reviento el botón de su pantalón, de inmediato se le caen los pantalones, todos empiezan a carcajear, me siento animada, la energía de esto empieza a correr por mi cuerpo, el pastor se levanta rápidamente los pantalones, sumamente avergonzado, incluso enojado

—Lo siento, pero prosigamos, ahora vamos a- a tomar la sagrada biblia— trata de tomar su libro mientras también se sujeta los pantalones—Bueno, co- comentemos sobre el salmo

No en esta vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora