—Entonces tu nombre es Wednesday Adams
Wednesday observa la oficina de la directora de la academia, definitivamente la detesta, odia todo lo que sus ojos pueden ver, el color rosa pastel de las paredes, las fotografías colgadas por todas partes, en su mayoría de la directora acompañadas con personalidades de la política.
En el fondo estaba el escudo de la preparatoria junto con una inmensa bandera de los estados unidos, también podía oler un fuerte perfume que no podía reconocer.
—Así es
—En tu anterior escuela tenías un promedio excelente, pero aquí en Nevermore las cosas son diferentes, y lo digo por tu conducta, veo que fuiste expulsada de dos escuelas
—Algunas personas no tienen sentido del humor
La directora hace una mueca de disgusto, sabía perfectamente los problemas que habían ocasionado Wednesday en sus anteriores escuelas, lo que había hecho que la expulsaran, y no por incidentes menores.
Una chica rubia entra a la oficina de la directora.
—Hola directora ¿Me estaba buscando?
—Así es, adelante
La chica entra y se sienta a un costado de Wednesday, quien solo la mira sin hacer expresión alguna.
—Ella es Enid Sinclair—dice la directora—Una estudiante de Nevermore quien te mostrará la escuela
—Hola, soy Enid y creo que seremos grandes amigas
—Lo dudo
—Ya verás que sí, te aseguro que al terminar el grado escolar seremos las mejores amigas de la historia, tú y yo haremos grandes cosas, porque juntas nadie podrá detenernos.
Nevermore estaba construida sobre un castillo medieval de estilo gótico, aunque debido a las reformas que se hicieron con el paso del tiempo, por dentro no era tan diferente como el resto de sus escuelas, grandes pasillos con casilleros, aulas modernizadas, pisos encerados, canchas de baloncesto, futbol americano, y tenis.
Wednesday había escuchado que antes, hace mucho tiempo, perteneció a un hombre llamado Benjamín Hooldbrock, un conde que, según la leyenda urbana, sacrificaba personas en los sótanos para alimentar a los monstruos que vivían allí, sus mascotas, como él las llamaba, una de ellas se llamaba Dorothy, quien despellejaba vivas a sus víctimas y después se comía sus órganos, su madre solía contarle esa historia antes de dormir.
—Bien, tu casillero estará junto al mío—dice Enid—Lo cual es genial ya que es una de las mejores ubicaciones de la escuela, pues nos queda cerca tanto las aulas, la cafetería, y también el auditorio.
Wednesday no dice nada, solo se ha limitado a escuchar a Enid, aunque en realidad no le había puesto mucha atención, pues no podía dejar de pensar en las historias de su infancia
—¿Tienes algún gusto en particular?
—¿A qué te refieres?
—La escuela tiene muchos talleres y club que te podrían interesar, desde danza, teatro, música, hay una gran variedad
—No estoy interesada en esas cosas
—Pero es obligatorio—dice Enid—Para pasar el semestre debes unirte, aunque sea a dos clubs, yo estoy en arte y repostería.
—Quizá uno de artes oscuras
—Esto no es Howarts, no creo que haya un taller llamado así
—Que lastima
Un grupo de chicos pasan frente a ellas, pero Wednesday solo observa el interior vacío de su casillero, piensa en una decoración macabra, quizá podría reemplazar el color verde por uno negro.
—¿Qué tal los chicos?
—¿Qué hay con ellos?
—Me refiero a... ¿qué es lo que te gusta de un chico?
—Que no me moleste
—¿Alguna vez te has enamorado?
—No
—Pero nunca te ha gustado algún chico, no sé, quizá un famoso
—Charles Howard
—¿Quién es?
—Un hombre que, en 1820 fue quemado vivo en la plaza principal por ser sospechoso de brujería. Él maldijo a todo el pueblo antes de morir, y según la leyenda, su maldición hizo que todos murieran de formas horripilantes.
Enid la mira de forma extraña, pero no perdía la esperanza de que ambas serían grandes amigas, solo tenía que encontrar algún tema en común.
—Aun no te he mostrado lo mejor, el estadio de futbol
—Odio los deportes
—Yo igual—dice Enid—Pero me gusta ver a los jugadores en pantalones ajustados encimándose unos sobre otros, en especial a Chad Baker
Los jugadores estaban en la cancha entrenando para el partido del fin de semana, Enid y Wednesday observan a los chicos lanzando y atrapando un balón, aunque Wednesday no se siente para nada impresionada con ello.
—Me pregunto en donde estará Chad
Enid busca entre todos los chicos, pero no lo ve por ningún lado, cosa que le decepciona.
—Quizá un autobús lo atropello y está en urgencias
—¿Siempre eres tan negativa?
—Si
Las chicas regresan al interior de la escuela, Wednesday puede notar la decepción de Enid por no ver al chico de sus sueños, pero realmente no le interesa lo que siente una chica que acaba de conocer, termina de guardar sus cosas en su casillero cuando de pronto escucha a Enid suspirar
—Oh por dios, es él, viene hacia acá
Wednesday observa a Chad aproximarse a donde se encuentran, pero él se detiene en seco frente a otra chica que, supone se trata de su novia al juzgar por su expresión, a ella nunca le agradaron ese tipo de chicos, pero entiende porque Enid se siente atraída hacia él, es el clásico niño rubio, rico y deportista por el que la mayoría de las mujeres adolescentes sueñan, pero ella no, definitivamente no era su tipo.
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Wednesday Addams y el chico de sus pesadillas
FanfictionUn fanfic sobre Wednesday Addams