Todo tiene un precio [TodoBaku]

Capítulo 17

—Mitsuki, sigo pensando que es una mala idea.

La mujer rubia suspiro y miro hacia su esposo que tenía sus ojos cafés llenos de preocupación, retrocedió unos pasos y lo tomo de la mano, sintiendo su calidez en la suya.

—Yo también lo creo, Masaru —reconoció —Pero no es que quede otra alternativa, ¿no? Solo quiero comprobarlo.

— ¿Y qué pasará si lo que sospechas es cierto? —titubeó el hombre de cabello castaño —No podíamos acercarnos a la Torre por la promesa de la primera generación. No tienes pruebas sólidas, amor. Es...peligroso.

—En el peor de los casos, solo voy a disculparme y Shoto-kun lo aceptará, ya que tampoco va a querer que su hermano mayor tenga una posición desfavorable cuando lo juzgue —suspiro la rubia y luego, sonrió levemente —Soy la matriarca de los Bakugou. La líder de la familia más poderosa en el imperio con el derecho de elegir al siguiente gobernante. Un escándalo o dos están perdonados para mí.

—Sería mejor si no pasará ningún escándalo —sonrió rendido el castaño, pasando un brazo por la cintura de su esposa y abrazándola contra su cuerpo —Has esperado este momento por mucho tiempo, querida, ¿no puedes tener un poco más de paciencia? Estás muy cerca de conseguirlo.

—Ah, realmente cometí un error al casarme contigo —le devolvió el abrazo —Se suponía que debía encontrar un marido fácil de manejar y no que él pudiera manejarme fácilmente a mí. Me siento estafada, Masaru.

Masaru Bakugou contuvo una risa y beso la frente de su esposa que hacia pucheros. Luego, ambos decidieron quedarse unos momentos a solas en la habitación designada para ellos por la familia Todoroki, todavía faltaba mucho para el baile y a ninguno de los dos les agradaba el ambiente de hipocresía entre los nobles. Preferían pasar su tiempo juntos hasta que llegara la hora de presentarse.

Hasta que llegara la hora de conocer a Katsuki.

Siempre la primera impresión del palacio de los Todoroki era una mezcla entre la sorpresa y la intriga. Altas torres de ladrillos grises por el tiempo, esculturas de dragones en las puntas custodiando la entrada principal, ventanales de colores azules cuando les daba la luz del sol —un efecto de los hechizos de protección más antiguos— escaleras de mármol blanco y múltiples sirvientes moviéndose por todos lados. Era un lugar hermoso e intimidante, imponente pero lleno de gente común que trabajaba arduamente. Todos ponían una expresión de emoción al verlo, al recorrer el interior y sentir la historia pasando a través de ellos por las paredes.

Pero aunque Shoto no podía ver la expresión de Katsuki, estaba bastante seguro que no se sentía impresionado y que mucho menos escuchaba a su hermana mayor hablando acerca de la historia de cómo se creó y diseñó el castillo.

—Tenemos el Ala Este diseñada para ser el salón de los banquetes, se dan muchos eventos importantes ahí a lo largo del año, pero la usamos pocas veces. El Ala Sur es designada para los magos de la corte, tienen sus dormitorios, salas de conferencias, laboratorio de estudio, ¡y un maravilloso huerto! Es hermoso, además que se siente la magia muy impregnada en esa zona y hace que los sirvientes no puedan acercarse cómodamente a veces, les da un poco de mareo la sobrecarga —se rió tímidamente la princesa por ese inconveniente que seguía sin solucionarse después de tantos años —En el Ala Norte están nuestros dormitorios y oficinas, se agradan según los miembros de la familia y cuando se decida por el siguiente rey, podemos seguir viviendo ahí o elegir irnos con nuestra familia política, los Palacios del Sol y el Palacio de la Primavera están para albergar a miembros de la línea real hasta su descanso final. Y el Ala Oeste, que es la última, es bastante pequeña, es nuestro archivero y da con la salida al mausoleo familiar. Los sirvientes la mantienen limpia, pero nosotros no solemos ir ahí sin autorización de nuestro padre y nadie tiene permitido entrar a ciertas habitación. Se limpia por fuera, así que por dentro debe estar lleno de polvo y telerañas.