Capítulo 33

553 113 73
                                    

[Mi regalo de Navidad es un capítulo ❤️. Espero que la estén pasando muy bien con sus familias y los rode mucho pero mucho amor ❤️]

Vagamente recordaba el aspecto de un soldado de Yuei, fue una noche durante un ataque a su aldea, su madre no tuvo tiempo de decirle que se quedará adentro y Katsuki salió por curiosidad. Estaba todo controlado e incluso una de sus tías había capturado a uno de los hombres del Señor Feudal Todoroki —el gran dueño de todas sus tierras, supuestamente— en la entrada. El hombre llevaba el cabello lacio de color rojo y ojos azules, la piel medio tostada y hablaba e insultaba en un tono de voz que nunca había escuchado.

Los ancianos le ofrecieron quedarse y vivir en la aldea a aquellos que habían capturado esa noche. Dos aceptaron. Diez murieron en el bosque. Y uno solo fue enviado al Señor Feudal Todoroki con una nota del anciano Ren, que pedía que por favor dejara de interrumpir el descanso nocturno de su clan.

Katsuki había crecido pensando que todo aquel que no viniera de su aldea se parecería a esos soldados y al Señor Feudal Todoroki, creyéndose con el derecho de apoderarse de unas tierras en las que jamás habían estado, pero esos niños que se abrazaban a las piernas de su tío Ame y hablaban en ese dialecto que conocía eran distintos.

Tres niños y tres niñas y, al parecer, en los brazos de su tío Jyu se encontraba el cuarto niño. Todos de cabellos rojos y ojos azules o verdes, se veían intrigados por él y su aspecto pero se mantenían tímidamente detrás de Ame, el cuál era alto como una muralla para ellos.

—Niños, por favor, saluden a su...—vaciló el adulto mirando hacia el joven de cabello cenizo y ojos rojos, al final, agrego la palabra más adecuada que se le ocurrió —Hermano mayor Katsuki. Él es el héroe de quién Jyu y yo les contamos, ¿se acuerdan?

— ¿No nos había dicho que tenía nuestra edad, papá? —pregunto una de las niñas analizando al joven delante suyo —Él me recuerda a mi hermano mayor.

—Nos mentiste —hizo un puchero uno de los niños.

—Ya, ya. Mi Ame no les mintió, niños —intervino Jyu, colocando al bebé en brazos de su pareja y sonriendo a los pequeños insatisfechos —Es solo que su hermano mayor creció mucho mientras no estábamos cerca. Es todo. Ahora, saludarlo bien.

Katsuki miro a los niños que se dieron la vuelta y le fueron por uno sonriendo y diciendo sus nombres. Kise, Haji, Kiku, Gurene, Asami, Toya y el bebé que no tenía nombre se llamaría Hikari Bakugou, ya que la madre extranjera murió antes de llegar a la aldea y lo dejo en manos de la pareja que la ayudo a llegar hasta ahí. Por lo que tenía entendido el cenizo, esos niños eran de la aldea más cercana a Yuei, la capital del Señor Feudal Todoroki, que fue atacada hace seis meses, perdieron a toda su familia y estuvieron vagando en un grupo hacia el sur, buscando los rumores de el niño que podía asesinar a los monstruos que acabaron con su hogar.

—Katsuki-niisan, ¿es cierto que los salvajes no se comen unos a otros como dice el diario y la Catedral? Papá lo leía a menudo y por eso tenía miedo que saliera por la noche con mamá.

—Katsuki-niisan, ¿acá no se pagan impuestos? El vendedor de leche nos contaba que eso estaba mal. Que todos teníamos que pagar impuestos, ¿por qué no los tienen que pagar?

—Katsuki-niisan, ¿es verdad que bailan desnudos por la noche y hacen tributos paganos? Las monjas de la Catedral decían que eso nos llevaría al infierno.

El cenizo nunca se había sentido tan invadido por preguntas y confundido, ¿que eran los impuestos? ¿o los tributos? ¿un vendedor qué es, que oficio cumple? ¿o una monja? Él tampoco lo sabía y estaba corriendo el riesgo de quedar como todo un idiota delante de unos niños de Yuei que brillaban de admiración y curiosidad hacia su persona. Tuvo la bendita suerte de que la anciana Tsuki llegó para llevárselos a su adiestramiento, algo que tomo a los niños por sorpresa y los volvió a su primera etapa donde se ocultaban detrás de Ame cómo si fueran pollitos. Pero con un par de palabras alentadoras de Jyu terminaron acompañando a la anciana Tsuki de buen agrado.

Todo tiene un precio [TodoBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora