Capítulo 41

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Jiro se despertó debido a la luz que entraba en su habitación, la cual recordaba claramente haber oscurecido con su propio poder. No podía ver la luz del sol hasta haber hecho sus respectivos rituales a Isoe en la madrugada cuando todavía no amanecía y formaba parte de su papel como Sacerdotisa. Así que se asusto mucho, Kaminari que dormía a su lado —le importo bien poco tener su propia habitación a un lado de la ella— se había despertado y le tomaba de la mano, dándole un pequeño apretón le aseguro que él se haría cargo de la extraña luz que volaba por la alcoba.

La Sacerdotisa de Isoe dudo, la habitación estaba llena de su magia y reaccionaria mejor con ella que con el Líder de Gadia. Pero la magia que se relacionaba con la luz era el elemento del rubio, si era maligna o natural, él se daría cuenta mucho antes que ella. Por eso, dejo que se hiciera cargo.

El rubio se sentó lentamente en la cama con los ojos cerrados y respiro hondo, la magia que había invadido la habitación no era nociva. Al contrario, la sintió pura y refrescante, estando seguro que no recibiría alguna maldición o ataque, abrió los ojos y vio que en la oscura habitación volaba una mariposa mágica de color rojo. El pequeño ser creado con magia aleto alegremente sus alas al verlo despierto y se le acercó, para dar el mensaje dado por su maestro.

Si quieren que vaya a ver a Hake, levantarse y buscarme en los establos de caballos detrás del palacio.

Una vez dada esa información, la mariposa desapareció volviendo a dejar el lugar en total oscuridad. El rubio se arrojó en la cama pesadamente y abrazó a la azabache que se acurrucó en su pecho.

—Bueno, se me hace que tendremos que irnos sin despedirnos de su alteza Shoto —murmuró el de ojos dorados — ¿Crees que invitarlo a nuestra boda haga que se olvide de esto?

—Creo que me preocupa más el estado en que debe estar Katsuki para llamarnos con una mariposa mágica y no venir en persona —respondió la azabache separándose de su pareja bastante a su pesar —Arriba, Denki. Se acabó el descanso.

El rubio suspiro y teniendo un mal presentimiento, se apresuró en vestirse.

El Agua del Fuego calmo los dolores corporales pero no devolvió la vitalidad a el cuerpo del mago, el cuál ahora sufría las consecuencias de que Shoto hubiera usado su magia para reestablecer el Ritual de Protección

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El Agua del Fuego calmo los dolores corporales pero no devolvió la vitalidad a el cuerpo del mago, el cuál ahora sufría las consecuencias de que Shoto hubiera usado su magia para reestablecer el Ritual de Protección. Tenía muchísimo cansancio y quería dormir, descansar por varios días y no hacer nada. Pero aparte de esa extrema fatiga tenía cierta fiebre molesta debido que su propia y escasa magia buscaba curarlo, provocando con eso todo lo contrario, más malestar.

No aguantaría. Se desmayaría en breve.

Diez minutos más carajo. Diez minutos más.

Después de dejar al inconsciente cuarto príncipe en su recamara —o la que suponía era su recamara en el Palacio de la Nieve— tras haber evadido la guardia que Ritsu e Iida tenían en las puertas del lugar, el mago se dirigió con los caballos a su establo. El único lugar privado y discreto dónde podía planificar su partida al lado de los elfos. Estaba usando el lomo de uno de los animales para no carse al suelo cuando escuchó unas pisadas acercándose en su dirección y vio que se asomaban entre las puertas del establo de madera los elfos con gestos curiosos y preocupados.

Todo tiene un precio [TodoBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora